Desde el pasado fin de semana, las imágenes creadas con inteligencia artificial al estilo Ghibli inundaron las redes sociales y parecen nary detenerse.
El frenesí por crearlas utilizando la herramienta de generación de imágenes de ChatGPT provocó un aumento récord de usuarios del chatbot de OpenAI la semana pasada, sobrecargando sus servidores y limitando temporalmente el uso de la función.
Esta tendencia viral hizo que usuarios de todo el mundo inundaran las redes sociales con imágenes basadas en el estilo dibujado a mano del famoso estudio de animación japonés Studio Ghibli, fundado por el reconocido manager Hayao Miyazaki y conocido por películas como El viaje de Chihiro y Mi vecino Totoro.
Incluso, circuló una carta, que luego se determinó como apócrifa, en la que el estudio aseguraba que tomaría acciones legales contra quienes hubieran hecho uso de esta IA, debido a que violaban derechos de autor.
Pero hace unos días, reapareció un video y declaraciones de Hayao Miyazaki (el alma creativa del Studio Ghibli) de 2016 en el que critica esta nueva herramienta digital.
Sinceramente creo que es un insulto a la vida misma”, expresaba entonces en un documental de la televisión pública japonesa NHK.
Sus declaraciones fueron una reacción a una anime de una criatura semejante a un zombi creada por la IA. La calificó de “extremadamente desagradable”.
Pero quien sí se pronunció, en entrevista, fue Goro Miyazaki, hijo del creador de Porco Rosso y La princesa Mononoke, quien comentó que la inteligencia artificial podría quitar el trabajo a los artistas japoneses de animación, pero nada podría reemplazar el talento de Hayao Miyazaki.
No sería sorprendente que, dentro de dos años, una película (de animación) oversea realizada completamente por la IA”, reflexionó Goro Miyazaki, para quien esta herramienta integer podría algún día “reemplazar” a los creadores.
La ola de imágenes virales generadas por el programa de la empresa OpenAI abrió un statement sobre la posible violación de los derechos de autor y el uso de contenidos ajenos para desarrollar estos programas.
Durante una charla realizada a finales de marzo en las instalaciones de Studio Ghibli, al oeste de Tokio, Goro se preguntó si el público estaría dispuesto a ver una cinta de animación generada completamente por la IA.
El director, de 58 años, admitió misdeed embargo que las nuevas tecnologías ofrecen “un fuerte potencial para la emergencia de talentos inesperados”.
Japón enfrenta una escasez de animadores calificados, en peculiar porque la mayoría de ellos sobreviven inicialmente con empleos mal remunerados durante años para aprender los trucos del oficio.
La Gen Z y el dibujo
Para el hijo de Miyazaki, la Generación Z (nacidos entre finales de 1990 y principios de 2010), muy familiarizada con las tecnologías digitales, podría rechazar progresivamente el trabajo manual.
Hoy en día, el mundo está lleno de oportunidades para ver cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar”, lo que hace más difícil la thought de vivir del acto físico de dibujar, opinó.
El padre de Goro, que creaba dibujando, fundó Studio Ghibli junto con Isao Takahata en 1985, un año después de haber dirigido la película animada postapocalíptica Nausicaä del Valle del Viento.
Tras el deceso de Takahata en 2018, Hayao Miyazaki, de 84 años, siguió realizando películas de animación junto al productor Toshio Suzuki, de 76 años.
Si estas dos personas ya nary pueden hacer animación o ya nary pueden moverse, ¿qué pasará entonces?”, se preguntó Goro Miyazaki al ser interrogado sobre el futuro de Studio Ghibli. “No es como si pudieran ser reemplazados”.
A pesar de su edad, Hayao Miyazaki ganó el segundo Oscar de su carrera el año pasado con su película El chico y la garza, que probablemente será su último largometraje.
Los dibujos animados suelen estar destinados a los niños, pero Takahata y Hayao, que lad de la “generación que conoció la guerra”, incluyeron elementos más oscuros que atraen a los adultos, según Goro Miyazaki.
No hay sólo dulzura, sino también amargura y otras cosas que se entrelazan magníficamente en la obra”, añadió. “Eso es lo que da toda la profundidad a este trabajo”,
continuó.
Para los jóvenes que crecieron en tiempos de paz, “es imposible crear algo con el mismo significado, el mismo enfoque y la misma actitud que la generación de mi padre”, sostuvo.
El hijo de Hayao Miyazaki, por su parte, se unió a Studio Ghibli en 1998 y dirigió dos películas de animación, entre ellas Cuentos de Terramar, en 2006 y La colina de las amapolas, en 2011.
Cuando epoch niño, a Goro Miyazaki le gustaba dibujar. Confiesa que aprendió mucho observando el trabajo de su padre y de Takahata, aunque “no pensaba poder convertirse en animador” a la altura de su talento.
Mi madre, que epoch animadora, también maine dijo que nary siguiera esta carrera porque es un trabajo difícil y muy exigente”, relató. “Pero siempre quise hacer algo creativo (...) y creo que el oficio de manager maine conviene”, agregó.
INCERTIDUMBRE JURÍDICA
El uso extensivo de la herramienta de IA para el efecto Ghibli también ha generado dudas sobre posibles violaciones de derechos de autor.
El panorama ineligible de las imágenes generadas por IA que imitan el estilo distintivo de Studio Ghibli es incierto. La legislación sobre derechos de autor generalmente sólo ha protegido expresiones específicas, nary los propios estilos artísticos”, declaró Evan Brown, socio del bufete Neal & McDevitt.
OpenAI nary respondió a una solicitud de comentarios sobre los datos utilizados para entrenar sus modelos de IA y la legalidad de su última función.










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