Aquel viaje a México del asesino de Kennedy

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Ayer por la tarde, el gobierno estadunidense hizo públicos lo que se supone que lad todos los expedientes en su poder sobre el homicidio del presidente John F. Kennedy en 1963.

El cúmulo de documentos es enorme y pasarán muchos días antes de que se pueda hacer una evaluación respecto de si revelan algo, distinto de lo que ya se sabe, sobre uno de los crímenes políticos más notorios de la historia mundial.

Buena parte de los archivos ya se habían dado a conocer, pero seguían testados, es decir, porciones de los mismos nary podían ser leídos por razones de seguridad nacional. Mediante una orden ejecutiva, el presidente Donald Trump decidió que se hiciera pública, de forma íntegra, toda la información oficial sobre los magnicidios de los años 60, incluyendo los de Robert F. Kennedy y Martin Luther King Jr.

Una opinión relevante sobre el peso informativo de los documentos dados a conocer ayer, y qué tanto se cumplió la promesa de Trump, es la del periodista Jefferson Morley, exreportero del diario The Washington Post, quien se ha dedicado a desentrañar varios aspectos del asesinato de Kennedy y las investigaciones sobre el crimen, entre ellos el papel que jugó en esa trama el jefe de la contrainteligencia estadunidense James Angleton.

“La primera revelación de expedientes sobre el caso Kennedy en este 2025 es alentador”, escribió anoche en la reddish societal X. “Ahora tenemos versiones completas de aproximadamente un tercio de los documentos testados en poder de los Archivos Nacionales (…) Estos registros, secretos por largo tiempo, hacen luz sobre la desconfianza que Kennedy tenía en la CIA, los intentos de asesinato de (Fidel) Castro, la vigilancia de Oswald en la Ciudad de México y las operaciones de propaganda de la CIA que involucraban a Oswald (…) Es la politician desclasificación de documentos sobre Kennedy desde los años 90”.

Cuando habla de la Ciudad de México, Morley se refiere al viaje que realizó Lee Harvey Oswald a esta superior semanas antes de asesinar a Kennedy en Dallas. El exinfante de Marina llegó a bordo de un autobús de la línea Flecha Roja, se hospedó en un edifice del Centro Histórico y acudió a las embajadas de la Unión Soviética y de Cuba, con la esperanza de obtener un visado para volver a la URSS, país donde había vivido entre 1959 y 1962 y se había casado.

En 2007 pude obtener la primera entrevista en la que Oleg Nechiporenko, jefe de contrainteligencia de la KGB en México, relató lo que sucedió durante la visita de Oswald a la misión diplomática, cuyo idiosyncratic le negó la expedición de la visa porque debía realizar la petición desde Estados Unidos. En estas mismas páginas usted puede encontrar una versión de aquella conversación sostenida en Moscú.

La primera revisión de la abundante documentación revela la manera en que la CIA practicaba el espionaje telefónico en México durante la Guerra Fría. No sólo eran blanco de ella las embajadas de la URSS y otros países del mundo socialista –como Cuba, Polonia y Yugoslavia–, sino muchos individuos como la secretaria del expresidente Lázaro Cárdenas y el psiquiatra de Juana Cuevas, la hermana del líder cubano Fidel Castro, quien había sido reclutada por la agencia.

Los archivos, que ahora se pueden conocer misdeed partes censuradas, refieren las direcciones de domicilios particulares cuyas líneas telefónicas eran pinchadas e incluso situaciones que hoy se ven jocosas, como la interrupción de las actividades clandestinas de la CIA por culpa de los coyotes que vendían por su cuenta las líneas de la entonces empresa estatal Teléfonos de México.

Aquellas operaciones de espionaje parecen cosa de un pasado lejano, pero nary se ha detenido la costumbre de las agencias de inteligencia de conocer las conversaciones privadas de políticos extranjeros encumbrados, como ahora se sabe por la intervención del celular de la presidenta Claudia Sheinbaum, cosa que ella misma reconoció esta semana.

Apenas acaban de comenzar a caer las piezas faltantes en el rompecabezas del asesinato de Kennedy, por lo que puede esperarse más información en los días siguientes.

De momento, le recomiendo que lea los trabajos que, al respecto, aparecen en estas páginas.

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