Aranceles de Donald Trump son el peor enemigo de Estados Unidos

Alan Beattie

Ya viene, estemos preparados o no. Los planes de batalla elaborados por los antagonistas comerciales de Estados Unidos (es decir, todos) están siendo puestos a prueba. La guerra comercial de Donald Trump ha comenzado. ¿Cómo puedenresponder los socios comerciales?

Canadá y México están ejecutando sus estrategias según lo previsto. Todo bien y políticamente sensato, como lo demuestra el auge del orgullo patriótico en ambos países. Pero la tradicional represalia mercantilista de golpear las exportaciones tiene límites. Estados Unidos (EU), bajo el gobierno de Trump, no funciona de manera convencional. Tampoco hay, salvo las muestras de solidaridad mutua de Canadá y México, muchas señales de coordinación internacional para resistir la proliferación de aranceles de Trump.

La represalia tradicional es un juego ensayado: se aplican aranceles a productos de estados políticamente sensibles, como el bourbon de Kentucky, el estado natal del exlíder republicano del Senado Mitch McConnell, y luego se espera que los senadores y congresistas presenten quejas ante la Casa Blanca.

Parece poco probable que esto funcione bien con Trump, quien ha arrogado el poder sobre el comercio (y muchas otras cosas) desde su tradicional lugar en el Capitolio. Como cualquier buen populista demagógico, Trump cree que tiene una conexión directa con el pueblo estadunidense. Un notable estudio académico mostró que sus aranceles de primer mandato ganaron votos incluso si causaron daño económico.

En cualquier caso, EU es una economía relativamente autosuficiente: la media de exportaciones e importaciones de bienes y servicios fue de 12.7 por ciento del PIB en 2023, frente al 22.4 por ciento de la UE, 32.8 por ciento de Reino Unido y 44.7 por ciento de Corea del Sur.

El modelo de crecimiento de EU nary está precisamente basado en las exportaciones: el país tiene un déficit comercial crónico y un tercio de sus exportaciones lad servicios, que a sus socios comerciales les resulta más difícil bloquear que las mercancías. En cuanto a la coordinación mundial, los principales socios comerciales de EU (Canadá, México, China, la UE, India, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido) parecen demasiado dispares económica y políticamente como para actuar colectivamente. La UE es probablemente el próximo gran objetivo de Trump,pero los intentos de coordinación que ha lanzado Bruselas nary han tenido mucha respuesta.

Algunos responsables políticos han sugerido aplicar restricciones a Tesla para perjudicar a Elon Musk, pero la mayoría de los Tesla que se venden en la UE se fabrican en China (y algunos en Alemania), lo que perjudicaría a la empresa, pero nary a EU.

Los aranceles perjudican principalmente al país que los impone, y nary solo al hacer subir los precios al consumidor. Es dudoso que a Trump le importen mucho los votantes de Michigan. Pero su decisión de eximir a las empresas automotrices de los aranceles a Canadá y México indicó su temor a las terribles consecuencias que tendría una paralización de las cadenas de producción automotriz transfronterizas.

La economía de EU nary está en buenas condiciones para recibir una serie de golpes autoinfligidos. Las expectativas sobre el efecto de los aranceles ya lad evidentes. No es realista esperar una respuesta comercial internacional coordinada a Trump, al menos en el corto plazo, o que las represalias lo obliguen a dar marcha atrás. Pero si los primeros signos de debilidad económica y la larga historia de aranceles lad buenos indicios, su proteccionismo será su peor enemigo y el de EU.

​OMM