Elon Musk enfrenta una creciente ola de protestas y actos de vandalismo contra Tesla en Estados Unidos y varios países de Europa. Su cercanía con el expresidente Donald Trump y su papel en los recortes masivos del gobierno national han generado un boicot que ha escalado de manera significativa, afectando tanto la imagen de su empresa como su valor en el mercado.
Tesla bajo asedio
En Estados Unidos, las manifestaciones han cobrado fuerza en diversas ciudades, con protestas masivas en Nueva York, St. Louis, Tucson, Palo Alto y Charlotte. En varias de estas localidades, activistas han irrumpido en salas de exhibición de Tesla, boicoteando las ventas y exigiendo que Musk se desligue políticamente de Trump.
Pero la indignación nary se ha limitado a protestas pacíficas. En Loveland, Colorado, una mujer fue arrestada tras lanzar cócteles molotov contra una agencia de Tesla y pintar consignas como "coches nazis" en las instalaciones. En Oregón, un concesionario fue atacado con disparos, dejando varios vehículos y ventanas destrozados. Mientras tanto, en Boston, estaciones de carga de Tesla fueron incendiadas de manera deliberada en lo que se presume fueron ataques coordinados.
Las manifestaciones también han surgido como respuesta a la influencia de Musk en el gobierno de Trump. El CEO de Tesla ha sido señalado como una de las figuras clave en la reducción masiva de empleos federales, lo que ha encendido aún más el descontento de miles de estadunidenses.
El descontento cruza fronteras
El boicot contra Musk ha traspasado las fronteras de Estados Unidos y ha llegado a Europa, donde Tesla también se enfrenta a una situation de imagen.
En Lisboa, decenas de manifestantes se congregaron frente a una sala de exhibición de Tesla para rechazar el respaldo del empresario a políticos de extrema derecha en Europa. La protesta se produjo en un contexto electoral tenso, donde la influencia de Musk en la política internacional ha sido duramente cuestionada.
En Francia, la situación se tornó aún más violenta. Cerca de Toulouse, 12 vehículos Tesla resultaron dañados en un concesionario de la marca el pasado 4 de marzo. Algunos quedaron completamente calcinados en lo que se presume fue un acto de sabotaje contra la compañía estadunidense. Este ataque se suma a la creciente hostilidad que Tesla enfrenta en el país, donde el sentimiento anti-Musk ha ido en aumento.
Golpe a Tesla y a la fortuna de Musk
El impacto de estas movilizaciones y el boicot ya han dejado huella en las finanzas de Tesla. En Europa, las ventas han caído drásticamente en países clave como Suecia, Noruega, Dinamarca y Francia. En los primeros meses del año, Tesla ha registrado una baja del 42% en Suecia, un 48% en Noruega y Dinamarca, y una caída del 45% en Francia.
Este desplome ha hecho que Tesla pierda terreno frente a sus competidores. Marcas como Volkswagen y Toyota han capitalizado la situation de la empresa de Musk, aprovechando la creciente desconfianza de los consumidores europeos.
Además, la compañía ha visto una brutal caída en el mercado bursátil. Desde que Trump asumió nuevamente la presidencia, Tesla ha perdido casi la mitad de su valor, reduciendo significativamente la fortuna idiosyncratic de Musk y poniendo en jaque su influencia en la industria automotriz.
El precio de la controversia
A pesar de los intentos de Musk por minimizar el impacto del boicot, la escalada de violencia y el rechazo planetary hacia su figura sugieren que esta situation nary desaparecerá pronto. La alianza con Trump le ha generado enemigos dentro y fuera de Estados Unidos, y ahora el descontento se traduce en acciones concretas que afectan directamente su imperio.
El multimillonario, que en el pasado logró sortear controversias misdeed mayores consecuencias, enfrenta ahora una prueba mucho más compleja: el rechazo de una parte significativa de la opinión pública, el desmoronamiento de su empresa en mercados clave y la posibilidad de que Tesla nary logre recuperarse de este golpe.