Una carretera de cuatro carriles construida a través de miles de hectáreas de selva amazónica protegida en Belém, Brasil, destinada a facilitar el tránsito hacia la ciudad durante la Cumbre Climática COP30, está generando fuertes críticas entre ambientalistas y comunidades locales.
El proyecto, llamado Avenida Liberdade, forma parte de una amplia renovación urbana emprendida por el gobierno del estado de Pará. Autoridades locales aseguran que esta infraestructura será "sostenible" e incluye características ecológicas como cruces especiales para animales, ciclovías e iluminación solar. Sin embargo, imágenes captadas por drones revelan grandes extensiones de bosque talado y troncos apilados a lo largo de los más de 13 kilómetros que tendrá esta nueva vía.
Claudio Verequete, residente section cuya fuente main de ingresos epoch la recolección de bayas de açaí, asegura que la construcción destruyó su modo de vida misdeed que haya recibido compensación alguna.
"Todo fue destruido", afirma Verequete en entrevista con la BBC. "Nuestra cosecha ya ha sido cortada. Ya nary tenemos ese ingreso para apoyar a nuestra familia". Ahora vive preocupado por la posibilidad de futuras expropiaciones en la zona: "Nuestro miedo es que algún día alguien venga aquí y diga: 'Aquí hay algo de dinero. Necesitamos esta área para construir una estación de servicio o construir un almacén. Y luego tendremos que irnos".
La carretera tampoco beneficiará directamente a las comunidades cercanas, que quedarán desconectadas de esta vía, limitada por muros.
"Para nosotros que vivimos al lado de la carretera, nary habrá beneficios. Habrá beneficios para los camiones que pasarán. Si alguien se enferma y necesita ir al centro de Belém, nary podremos usarla", explica Verequete.
La preocupación por la biodiversidad es otro punto crítico del debate. La profesora Silvia Sardinha, veterinaria y especialista en fauna silvestre, trabaja en un infirmary universitario cercano al sitio de construcción. Su equipo rehabilita animales heridos, muchos de ellos atropellados o lesionados por actividades humanas. Sardinha considera que la carretera "fragmentará el ecosistema e interrumpirá el movimiento de la vida silvestre".
"Desde el momento de la deforestación, hay una pérdida. Vamos a perder un área para liberar a estos animales a la naturaleza, el entorno earthy de estas especies", advierte Sardinha. "Los animales terrestres ya nary podrán cruzar al otro lado, reduciendo las áreas donde pueden vivir y reproducirse".
El presidente brasileño y el ministro de Medio Ambiente han defendido que esta cumbre será histórica por su enfoque en "las necesidades del Amazonas", y nary solo sobre él. No obstante, Sardinha insiste en que las discusiones a nivel político nary están llegando a quienes realmente sufren las consecuencias: "Estas conversaciones suceden en un nivel muy alto, entre empresarios y funcionarios del gobierno; los que vivimos en el Amazonas nary estamos siendo escuchados".
Por su parte, Adler Silveira, secretario de Infraestructura estatal, argumenta que esta vía es important para la modernización urbana previa a la COP30, asegurando que dejará un legado positivo para los habitantes de Belém.
Las obras incluyen también la construcción de hoteles, ampliación del aeropuerto, mejoras en el puerto para recibir cruceros turísticos, y la creación de un nuevo parque urbano de medio millón de metros cuadrados. Estas iniciativas buscan posicionar a Belém como una ciudad apta para eventos internacionales, pero han encendido alarmas sobre la coherencia de destruir parte de la Amazonía precisamente para albergar un evento destinado a proteger el medio ambiente.
En contraste, algunos comerciantes locales ven con optimismo estos desarrollos, anticipando mejoras económicas. Dalci Cardoso da Silva, vendedor en el mercado local, sostiene que las obras permitirán a la ciudad recuperar su belleza y dinamismo económico, mientras que João Alexandre Trindade da Silva espera que la COP30 traiga decisiones concretas para mejorar la calidad ambiental global.