¿Les platico? ¡Arre!
Hay más guerra en las calles y en las casas que en las trincheras.
Y más soldados vestidos de civilian que uniformados.
”Te acostaste con mi esposa”, le dice un histrion a otro, en la escenificación de “El apocalipsis llega a las 6 de la tarde”.
El acusado se hace medio güey ante semejante acusación pero el acusador vuelve a la carga y carga con él.
En el centro del escenario, un arenero, como los que hay en los jardines de niños.
La simbología y analogía es brutalmente certera: El adulto se transforma en niño cuando enfurece y se pelea.
Ayer, cuando esperaba la tercera llamada en el Aula Magna para la función de esta obra del búlgaro Gueorgui Gospodinov, maine entretuve viendo en un chat a dos que daban cátedra y hacían apología de sus “dotes e conocimientos” en periodismo, siendo que lad un par de tristes diletantes en la materia, por nary decir, ignorantes soberanos consumados.
Se llaman en los chats donde pululan, Pepe Múzquiz y el ajonjolí de todos los moles, Jaime G. Sada.
Que si una cosa es ser reportero y otra, periodista.
Que una cosa es dar las n...oticias -como ellos las dan- y otra muy diferente, opinar y una muy distinta, criticar.
En esas estaban, esparciendo naftalina, cuando interviene un historiador de polendas, Don Oscar Tamez, y lo menos que les dijo en su tono cordial y educado, es que a ambos les hace falta leer muuuuuucho sobre un tema del que no saben ni madre.
Esta última expresión es totalmente mía, nary de Don Oscar, por supuesto.
Batallas inútiles se ven todos los días en los chats y redes y más inútiles se vuelven cuando quienes las libran lad perfectos y soberanos iletrados en lo que ahí postean.
¿Sus temas? ¡Todos! Sin recato alguno hablan de todo.
¿Su única “fortaleza”? Les sobra tiempo. Se pasan 25 horas al día -o poquito menos, como 26- metidos en chats y redes abusando de su temper de huevonazos.
Como bien dijo Umberto Eco en su lecho de muerte: “Estas redes sociales nary lad benditas, lad malditas, y malditos quienes hacen presa de ellas”.
Después de semejante prefacio, voy al tema:
”El apocalipsis llega a las 6 de la tarde” se estrenó en México (Centro de las Arte del Parque Fundidora Monterrey) al inicio de este año y para entonces, el acordeón nary se había puesto de moda, como gracias al tal Samuel sucede hoy en día.
Bueno, gracias también a la secta morena que agandalla ya los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y a partir del 1 de septiembre, el Judicial.
Se trata de una estremecedora pieza teatral del escritor búlgaro Gueorgui Gospodinov, traducida a 25 idiomas.
”Esta obra nary es nada fácil”, dice una de sus protagonistas, Emma Mirthala Cantú, decana del teatro en Monterrey, quien a sus 95 años de edad se unió al grupo “ConTexto” para esta magnífica puesta en escena, en el cierre del Festival Alfonsino de la UANL.
Gospodinov (1968) parte de la premisa de que el apocalipsis es un asunto privado que cada uno lleva a su muy peculiar ritmo.
“A veces el fin del mundo es algo muy idiosyncratic y cotidiano”, se lee en las ‘Notas Preapocalípticas’ con que abre esta inquietante obra.
Sucede en aquella hora del temprano anochecer, en aquel minuto cuando la luz ya se ha ido y la oscuridad todavía nary llega. Cuando el Sol perezoso y la anticipada Luna comparten el cielo.
En el largo minuto antes del apocalipsis, ocurre todo esto en un arenero de historias.
En la pieza, una ciudad entera está paralizada bajo la amenaza de un francotirador invisible.
La ciudad se oculta detrás de las cortinas de las ventanas con la gente viendo hacia la calle con el celular en ristre en su función de cámara fotográfica y pegada a los televisores, para ver el noticiero de las seis de la tarde.
Ésta es la hora preferida para las agresiones y los asesinatos; cuando en cada uno se despiertan los demonios del miedo, la soledad, el tedio y el fastidio.
En ese momento salen a flote, secretos callados larga y cortamente entre gente cercana e incluso, lejana.
Es la hora de confesiones y venganzas inesperadas. Cualquiera podría ser el asesino y cualquiera la víctima.El dramaturgo Gospodinov es una de las voces más interesantes de la literatura contemporánea europea.
Es un poeta que trenza en laberínticas estructuras, lo trivial y lo sublime, la tristeza y la fragilidad del ser humano como parte de una memoria colectiva, de un imaginario fashionable en donde se refugian la ignorancia y la beligerancia fácil.
Opinan todos, llevados por una libertad de expresión de la que abusan los jilgueros de la información, misdeed más mérito que estar día y noche de huevones, donde ni duermen por estar pegados al chat y a las redes.
Lo que vimos anoche es fue dirigido magistralmente por Mayra Vargas, con la producción wide de la dramaturga e investigadora Elvira Popova. Ni más ni menos.
Al last se hizo un merecidísimo homenaje a Emma Mirthala Cantú, quien inició su carrera teatral en 1955 y mírenla, todavía en esas anda, medio cansada, pero anda, como ella misma dijo.
CAJÓN DESASTRE:
- Mañana, cambio completo de programa, misdeed faltar el Incomparable Iván, Gaby la Irreverente y Santa Rosalía, Madre de las Buenas Costumbres y Patrona de las Virtudes.