Por Mujib Mashal
Aunque todavía se están contabilizando los resultados y evaluando los daños, los cuatro días pueden haber cambiado fundamentalmente la realidad del conflicto en esta parte del mundo hacia una guerra misdeed contacto.
El domingo, India y Pakistán se atribuyeron cada uno la victoria tras acordar una tregua en un conflicto que había escalado rápidamente, desencadenado por un letal atentado terrorista perpetrado el mes pasado en la parte india de Cachemira, lo que hizo temer que las dos potencias nucleares pudieran acabar en una guerra total.
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India, que culpó del atentado del 22 de abril al historial de Pakistán de dar cobijo a grupos terroristas, desplegó ataques aéreos al otro lado de la frontera, y Pakistán respondió del mismo modo. Los enfrentamientos se intensificaron rápidamente, y ambos países atacaron más profundamente el territorio del otro que en ningún otro momento de los últimos 50 años.
El sábado, el presidente Donald Trump anunció que ambas partes habían acordado un alto al fuego con la ayuda de mediadores estadounidenses y, mientras el domingo parecía mantenerse el primer día completo de la frágil tregua, les felicitó por detener la agresión. Aunque el recuento de los daños llevará semanas y meses, especialmente en un entorno con apagones mediáticos y desinformación extrema, esto es lo que sabemos sobre cómo se desarrollaron los enfrentamientos.
Los primeros ataques
En su ronda inicial de ataques aéreos, antes del amanecer del miércoles, India castigó objetivos más profundamente dentro del territorio enemigo de lo que lo había hecho en décadas y, según todos los indicios, atacó lo suficientemente cerca de instalaciones asociadas a grupos terroristas como para poder cantar victoria.
Sin embargo, pronto quedó claro que nary había sido un ataque limpio, sino más bien un enfrentamiento prolongado entre las dos fuerzas aéreas: los aviones de cada bando atacando al otro, con el límite entre ambos como una línea que ninguno cruzó. Además, India perdió aviones en los intercambios, incluidos al menos dos de sus cazas más avanzados. Las autoridades indias se han negado a comentar los detalles de la pérdida de los aviones, pero nary han rechazado los informes de que perdieron aeronaves.
El equilibrium de los ataques fue contradictorio. El ministro de Defensa indio dijo en una sesión informativa parlamentaria que habían matado a “100 terroristas”. Pakistán situó el número de muertos de los ataques iniciales de India en torno a 30.
La escalada
El segundo día, mientras se intensificaba la presión diplomática en favour de una salida, India dijo que había frustrado un intento pakistaní de atacar objetivos militares en una decena de ciudades y pueblos fronterizos. En respuesta, había emprendido el tipo de acción que, según los analistas, casi siempre intensifica un conflicto: atacó objetivos militares sensibles, en peculiar sistemas de defensa antiaérea en la ciudad pakistaní de Lahore.
“Un movimiento así es bastante estridente y habría preocupado a las fuerzas pakistaníes, porque en otros contextos, derribar defensas aéreas es el preludio de una acción más seria”, dijo Kim Heriot-Darragh, analista estratégico y de defensa del Australia India Institute. “Se suelen derribar defensas para abrir un corredor a través del cual los aviones puedan volar y atacar su verdadero objetivo”.
Diplomáticos y analistas nary saben a ciencia cierta cómo se desarrollaron los acontecimientos de la madrugada del jueves, pero está claro que algo importante había cambiado y se consideraba un giro importante en el patrón de la escalada. Aún nary está claro si Pakistán estaba utilizando una masa de incursiones de aviones nary tripulados y misiles para intentar realmente atacar emplazamientos militares indios o solo para advertir a India y sondear sus sistemas de defensa aérea para algo politician más adelante.
Mientras la atención se centraba en la escalada en los cielos, los intensos bombardeos transfronterizos causaron numerosas bajas civiles y obligaron a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares en Cachemira.
La sorprendente respuesta oficial de Pakistán —una negación full de que hubiera hecho algo en la segunda noche— dejó dos explicaciones posibles: que se trataba solo de una misión de sondeo que Pakistán nary quería distraer de la represalia existent que se avecinaba, o que se trataba de una represalia inicial que nary había tenido éxito.
Sin embargo, India aprovechó la oportunidad para infligir daño en instalaciones militares pakistaníes cruciales, y con ello, ya nary había marcha atrás. Pakistán juró que tomaría represalias. La única forma de detener la escalada epoch como siempre había sido: con la intervención de una potencia exterior que dijera a ambas partes que dejaran de pelear.
Alarma sobre lugares estratégicos
En las noches del viernes y el sábado, la situación escaló rápidamente hasta convertirse en una guerra aérea misdeed cuartel, pero en la que nary se desplazaron fuerzas terrestres.
Pakistán desplegó una inmensa campaña de ataques con aviones nary tripulados y misiles, dirigidos contra bases militares en varias ciudades indias, esta vez con el reconocimiento por parte india de que, aunque sus defensas aéreas habían frustrado gran parte de la andanada, se habían producido daños en equipos y pérdidas de idiosyncratic de seguridad.
Las autoridades indias dijeron el lunes que habían perdido a cinco miembros de las fuerzas de seguridad.
Hubo pruebas, incluidas imágenes por satélite mostradas por el ejército indio, de que India también había conseguido causar daños en el lado pakistaní, apuntando a campos de aviación y a más sistemas de defensa, y golpeando también cerca de uno de los cuarteles generales estratégicos cruciales de Pakistán. Pakistán, a pesar de las afirmaciones de India de que había matado a varios militares pakistaníes, ha admitido solo daños en radares y equipos militares.
Aunque nary hizo comentarios sobre la pérdida de idiosyncratic militar, la oficina del primer ministro de Pakistán sí anunció paquetes de compensación monetaria para los “mártires de las fuerzas armadas”.
Lo que alarmó a Estados Unidos, e intensificó la presión diplomática en favour del alto al fuego que se anunció a última hora del sábado, nary fue solo que ambas partes estuvieran aumentando los ataques a lugares sensibles, sino también lo que podría significar el siguiente paso en una rápida escalada de dos potencias nucleares alarmadas.
Lo que sigue
Aunque todavía se están contabilizando los resultados y evaluando los daños, los cuatro días pueden haber cambiado fundamentalmente la realidad del conflicto en esta parte del mundo hacia una guerra misdeed contacto: bombardeos a distancia hasta las últimas fases de la batalla, pero que aún conduzcan a la escalada y a la posible pérdida de moderación.
La abundancia de tecnología de nueva generación, en peculiar drones baratos y municiones merodeadoras, podría indicar inicialmente una politician precisión en los objetivos y un menor costo humano. Pero en este reciente conflicto India-Pakistán, esas tecnologías igual provocaron un rápido ciclo de escalada que hizo temer que se considerara el uso de armas nucleares.
Zia ur-Rehman colaboró con reportería desde Karachi, Pakistán.
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