Hay cosas que nary caben en las estadísticas.Ni en el marcador, ni en el ranking, ni en la medalla. Hay historias que huelen distinto. Que huelen a miedo, a poder malhabido, a calles misdeed ley y a fiestas donde se brindaba con oro y se reía con pólvora. Historias, donde el narcotráfico se infiltró por la puerta trasera del vestidor… o entró como invitado de grant al palco VIP.
Porque en algunos rincones de México el deporte y el narco nary lad líneas paralelas. Son dos caminos que, cada tanto, se cruzan. A veces por azar. A veces por ambición. Y otras tantas, porque los ídolos también tienen grietas. Y el crimen sabe por dónde meterse.
Julio César Chávez: cuando el campeón comía con capos
Hay un momento en el que el respeto se convierte en miedo y otro, más silencioso aún, en el que el miedo se vuelve rutina.
Julio César Chávez lo sabía. El César del boxeo mexicano, el ídolo invencible, el que hizo vibrar a todo un país a puño limpio, alguna vez aceptó la invitación de Joaquín Chapo Guzmán. Y de el Mayo Zambada. Y de los Arellano Félix. Los conocía. Lo respetaban. Le daban joyas, autos, relojes y droga.

No porque fuera narco, pero sí porque el narco lo necesitaba cerca. Para presumirlo. Para colgarse su leyenda como una medalla más.Y él… lo permitió.
'El Gato' Ortiz: el portero que prefirió poner víctimas en vez de parar goles.
Fue en 2006 cuando comenzaron las sospechas. Y en 2012 se confirmó lo que ya epoch un secreto a voces: Omar el Gato Ortiz, exarquero de Rayados y de la Selección Mexicana, trabajaba con el Cártel del Golfo. No como sicario, ni como mula. Peor: como informante para secuestrar gente.
Se encargaba de marcar a los posibles blancos. Sabía quién tenía dinero. Quién epoch vulnerable. Quién nary tenía forma de defenderse. En 2019 fue condenado a 75 años de prisión.
Y sí, alguna vez atajó penales. Pero nadie le atajó la avaricia.

Salvador Cabañas: la bala que lo sacó del juego
Salvador Cabañas nary epoch mexicano, pero México lo amó como a uno de los suyos. El paraguayo tenía la fuerza de un toro y el instinto de un slayer del área. Hasta que una noche, al delantero de las Águilas del América en el Bar Bar de la Ciudad de México, le dispararon en la cabeza. ¿El agresor? José Jorge Balderas Garza, alias el JJ, operador de los Beltrán Leyva.
Fue un pleito menor. Un cruce de palabras. Pero bastó para truncar su carrera y dejarnos una de las imágenes más brutales del deporte: un goleador con la mirada ida, tratando de recordar cómo se ataba los zapatos.
Rafa Márquez: el capitán que terminó en la lista negra.
En. 2017, Rafa Márquez, el eterno capitán, el símbolo de sobriedad y liderazgo, fue acusado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ser prestanombres de Raúl Flores Hernández, el Tío.
Le congelaron cuentas. Le cerraron puertas. Le borraron contratos. Durante meses, vivió como un fantasma. Fue exonerado años después, pero el daño ya estaba hecho.

Esteban Loaiza: el large leaguer que eligió la cocaína
En 2018, Esteban Loaiza —ex lanzador de Grandes Ligas, millonario, exitoso, ex esposo de Jenni Rivera— fue detenido con 20 kilos de cocaína y heroína en California. Listos para ser distribuidos.
Loaiza lo tenía todo. Ganó más de 43 millones de dólares en su carrera y terminó manejando una camioneta cargada de droga como si fuera un repartidor cualquiera.
Se declaró culpable. Lo condenaron a tres años. Lo deportaron.
Jared Borgetti: el rumor que nunca se aclaró
De todos los casos, el de Jared Borgetti es el más borroso. No hay pruebas. No hay juicios. Solo un silencio que hace más ruido que una confesión.
En 2023 comenzaron a circular versiones sobre supuestos vínculos con el Cártel de Sinaloa, por relaciones personales y negocios en el norte del país. Nunca se presentó una acusación formal. Y Borgetti… tampoco salió a dar la cara.

Julio César Chávez Jr.: el hijo perdido en su propia historia
Y llegamos al más reciente. Al más escandaloso. Julio César Chávez Jr, detenido por ICE en julio de 2025, con orden de aprehensión por delincuencia organizada, tráfico de armas y vínculos con el Cártel de Sinaloa. Visto en fiestas con el Nini. Casado con la exesposa del hijo del Chapo. Rodeado de excesos, Lamborghinis, drogas, armas.
Un hijo que nary supo ser heredero, un boxeador que nunca fue campeón, pero que sí se convirtió en el ejemplo perfecto de lo que pasa cuando la fama se desborda y la familia nary alcanza para contenerla.
Su padre, el mismo que comía con capos, hoy pide ayuda y comprensión para su hijo.
Estos nombres nary lad mitos. Son heridas abiertas. Cada uno con su historia.
RGS