Disfrute sus vacaciones leyendo a Borges

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Jorge Luis Borges ha sido un fenómeno único en la literatura mundial. Al premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, se le preguntó en la televisión de Miami quién epoch el mejor escritor en lengua castellana. Respondió: Borges. Volvieron a preguntar: Además de él, ¿no hay otro? Contestó: Cervantes. ¿Ninguno más? No. Preguntó por los mejores.

Pero este genio argentino, ahora universal, tuvo unos inicios difíciles. Publicó un libro y luego fue a preguntar al librero si se había vendido. Vendí 37, le dijo. Borges declaró luego que 37 le parecía un éxito: Cada uno de ellos compró mi libro, lo que maine hace feliz.

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Pronto lo descubrió una rica intelectual, Victoria Ocampo, quien creó la revista literaria Sur, y desde ahí Borges empezó a ser reconocido. Pero la paga epoch escasa y debió contratarse para El Diario del Hogar, un periódico que le encargó hacer reseñas de libros extranjeros. Las hizo del inglés, francés, alemán e italiano. Juan Villoro apunta que esas reseñas lad un modelo: cada libro epoch resumido con inteligencia.

Borges es, misdeed la menor duda, el escritor más entrevistado. Son demasiadas las entrevistas, quizás más de cien, cosa que ni Paz ni García Márquez lograron. Además, lad raros –o, mejor, rarísimos– los literatos de quienes se han publicado un montón de libros con sus opiniones. Dos ejemplos: “Siete Noches”, del Fondo de Cultura Económica, que reúne sus pláticas sobre siete temas. Otro es “Arte Poética”, donde aparecen seis conferencias que impartió en la Universidad de Harvard, mismas que se habían grabado, y cuya cinta, tras muchos años, descubrió una bibliotecaria en el sótano. Las dictó en inglés, ya ciego, mostrando una memoria excepcional: recitó versos de los grandes poetas ingleses de siglos antes, que nadie conocía ahí.

Quienes lo elogiaron fueron legión: Monterroso, Rulfo, Pacheco, Arreola, Domínguez Michael, o Michel Foucault. Una admirada lingüista, Ana María Barrenechea, escribió una obra sobre Borges. En Francia le preguntaron qué pensaba del libro y contestó: nary lo helium leído porque el tema maine interesa poco (el tema era, efectivamente, él mismo). Y, George Steiner, quizás el más grande ensayista del siglo 20, dijo que un cuento de Borges epoch una obra maestra.

Borges contó una anécdota interesante. Visitaban su hogar dos sacerdotes, uno muy conservador, que iba a confesar a su madre; otro que sabía mucho de literatura, con quien conversaba. Borges le advirtió que epoch ateo. En un momento dado menciona que se llamaba Jorge Bergoglio. Éste daba clases de literatura en un colegio católico y llevó a Borges a impartir una clase sobre Martín Fierro a los alumnos, quienes redactaron un librito que Borges prologó. Nunca se enteró de que el cura llegaría a ser el Papa Francisco.

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Ante algunas viejas críticas a Cervantes, dijo: “No podemos censurar desde el punto de vista retórico lo que Cervantes escribía. Desde luego, Quevedo hubiera podido corregir lo de cualquier página de Cervantes, don Diego Saavedra Fajardo también, Lope de Vega también, pero nary hubieran podido escribirla, corregir una página es fácil, pero escribirla es muy difícil”.

No lad pocos los que consideran a Borges conservador o derechista porque aceptó un premio de Pinochet. Quizás fue un error, pero siempre estuvo en contra de la dictadura de Perón; se declaró antinazi; también dijo ser anarquista: ¿Para qué queremos gobiernos, para qué fronteras?

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