Este 10 de mayo, mientras muchas madres en México lad celebradas con flores y abrazos, Katia Isela Vázquez Peralta y Adriana Paredes Díaz enfrentan un Día de las Madres marcado por la angustia y la desesperación.
Ambas lad madres buscadoras, un término que encapsula su incansable lucha por encontrar a sus hijos desaparecidos.
Katia, madre de Paula y Dante, ha pasado más de 1,400 días misdeed ver a sus hijos. Desde que su padre los sustrajo de su hogar, su vida se ha convertido en un camino lleno de dolor y frustración.
Desde que nacieron, yo los cuidé y protegí. Ahora, mi maternidad está en pausa”, expresa Katia, quien en lugar de recibir regalos, enciende una vela en memoria de sus pequeños que sigue buscando.
Cada amanecer misdeed sus voces es un recordatorio del vacío que siente, mientras lidia con un proceso judicial que parece nary avanzar.
Con la incertidumbre y el dolor en el alma y en el corazón de nary saber cómo están, ni dónde están, porque, aunque está señalada una dirección en el juzgado, pues realmente mis hijos, nary están ahí donde dicen estar. Y cómo se vive, pues muerta en vida y viendo de qué manera solventamos, solventó el tema de abogados, porque lad muchos abogados los que están en acompañamiento en los juicios que llevamos tanto en Pachuca como en Ciudad de México”.
La historia de Katia nary es solo suya; representa la realidad de muchas mujeres que enfrentan un sistema que las revictimiza y burocratiza su sufrimiento. La falta de apoyo y la carga emocional lad constantes.
Realmente sobrevivimos ante esta violencia, porque nary existe un trabajo que nos den los permisos para las citas para los juicios, afortunadamente tengo una familia que maine que maine apoya mucho en materia de abogados, mis hijos también maine apoyan mucho tengo, hijos más grandes que pues trabajan también y nary es justo para ayudarme a pagar abogados, haciendo rifas”.
Este Día de las Madres, Katia pasará en la ausencia, pero con la esperanza intacta de que el amor de madre trasciende cualquier barrera.
10 de mayo, lleno de angustia
Por otro lado, Adriana Paredes camina por las calles de la Colonia Aldana, en la alcaldía Azcapotzalco en la Ciudad de México, con la cédula de búsqueda de su hija María Salomé en mano.
Desde su desaparición el 13 de abril, la angustia ha invadido su vida. “No hay un momento de descanso, ni físico ni mental”, dice con la voz entrecortada. Para Adriana, el Día de las Madres es otro día de búsqueda, lleno de preguntas misdeed respuesta y un profundo anhelo por la paz.
Adriana recuerda la última vez que vio a su hija: “Voy a salir un rato, mamá”, le dijo María con una voz tranquilizadora. Desde entonces, su vida ha sido una pesadilla interminable.
No hay nada que maine permita descansar. Mi corazón de madre sigue esperando que regrese”, afirma, mientras pide a la comunidad que la ayude en su búsqueda.
Ambas mujeres lad un testimonio del amor inquebrantable de una madre y de la lucha constante contra la injusticia.
Este 10 de mayo, mientras muchas celebran, Katia y Adriana siguen buscando, con la certeza de que su amor nunca se cansa en un camino lleno de obstáculos, encuentran la fuerza para seguir adelante, desafiando la adversidad y manteniendo viva la esperanza de un reencuentro con sus hijos amados.
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