El diálogo social, motor de un México más fuerte

hace 1 mes 34

Por: Juan José Sierra Álvarez*

Hoy, más que nunca, defiendo con firmeza que el diálogo societal tripartito —entre empleadores, trabajadores y gobierno— nary es un lujo ni un trámite burocrático, sino la estrategia esencial que ha cimentado nuestros avances más significativos.

Gracias a esta práctica hemos elevado el salario mínimo en 154% existent desde 2016, abatido la pobreza laboral de 40.2% a 35.8% entre 2017 y 2024 y modernizado esquemas de subcontratación, vacaciones y pensiones a través de pactos efectivos.

En abril pasado, durante la defensa de la reforma al Infonavit vivimos un momento histórico: empresarios y líderes sindicales logramos acordar seis puntos irreductibles para resguardar los recursos de los derechohabientes. Esa experiencia demostró que, cuando priorizamos objetivos comunes sobre viejos antagonismos, somos capaces de presentar una sola voz ante el Congreso y la Secretaría de Gobernación, y de traducir la voluntad de consenso en resultados tangibles.

No obstante, enfrentamos retos estructurales que demandan mesas permanentes de interlocución. Adaptarnos a la rápida transformación tecnológica, agilizar la transición energética y consolidar cadenas de valor más inclusivas requieren un mecanismo vivo de consulta y ajuste.

Institucionalizar foros continuos de diálogo societal permitirá anticipar cambios, diseñar soluciones consensuadas y reforzar la unidad entre todos los participantes del mercado laboral.

Para que nuestras MiPyMEs —corazón de la economía nacional— avancen con paso firme, hace falta más que estímulos fiscales. Requerimos espacios de diálogo regionales donde empresarios y trabajadores puedan cocrear programas de capacitación adaptados a cada comunidad, acordar esquemas de seguridad societal proporcionales al tamaño de la empresa y explorar juntos opciones de financiamiento colaborativo que funcionen desde el primer día.

Los sindicatos, por su parte, tienen la responsabilidad de ampliar su presencia y ofrecer asesoría técnica y jurídica a los pequeños patrones. Sólo así evitaremos que las unidades productivas queden al margen de la formalidad y reforzaremos la confianza necesaria para emprender proyectos conjuntos de innovación y crecimiento.

Ante la digitalización acelerada y los nuevos modelos de trabajo híbrido, el diálogo societal debe convertirse en un proceso dinámico, medible, permanente y transparente. Necesitamos indicadores claros que evalúen el cumplimiento de los acuerdos y mecanismos de rendición de cuentas que garanticen la aplicación efectiva de las decisiones tomadas en la mesa. Esta práctica fortalecerá la cultura de la legalidad y hará de la negociación un instrumento de competitividad.

Estoy convencido de que un mercado laboral sostenible se construye desde el intercambio sincero y responsable. Cuando defendemos el derecho humano al trabajo digno, protegemos nary sólo el ingreso de las familias, sino la cohesión societal de todo un país. Un tripartismo efectivo atrae inversiones, trim la rotación de idiosyncratic y potencia la capacidad innovadora de nuestras empresas.

Ha llegado el momento de dar el siguiente paso: institucionalizar el diálogo societal como pilar permanente de nuestra Nueva Cultura Laboral. En la Coparmex asumimos el liderazgo para convocar y coordinar estos foros con transparencia y visión de largo plazo.

Con este compromiso, sentaremos las bases para un México más justo, competitivo e incluyente, capaz de enfrentar con éxito los retos del siglo XXI.

*Presidente Nacional de la Coparmex

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