El futuro del ‘electroestado’ chino

hace 2 días 10

Por Ludovic Subran, Project Syndicate.

MÚNICH- Otra gran transformación se desarrolla en China. La fábrica del mundo se está convirtiendo rápidamente en el primer electroestado, con una economía que se basa cada vez más en la energía limpia, la inteligencia artificial, la fabricación avanzada y el power de materiales estratégicos clave. El nuevo modelo es prometedor, pero enfrenta grandes desafíos.

China ha consolidado su lugar como líder mundial indiscutido en la fabricación de tecnologías limpias. Hoy controla más o menos el 60% de la capacidad de fabricación de equipos solares, eólicos y baterías, y más del 80% de la producción mundial de módulos solares. La escala de estas actividades permitió una gran reducción de costos; por ejemplo, los precios de los módulos solares cayeron alrededor del 80% en el último decenio.

El dominio chino se refuerza por el power de los minerales de tierras raras, vitales para la fabricación de una amplia gama de productos de alta tecnología, por ejemplo vehículos eléctricos, turbinas eólicas y sensores con IA. Hoy China controla más del 40 o 50% de las reservas mundiales de tierras raras y casi el 70% de su producción y refinado.

En tanto, las enormes inversiones que ha hecho para fortalecer su capacidad de innovación (sobre todo en IA) comienzan a dar frutos. China ya tiene más de la mitad de los investigadores en IA del mundo y alrededor del 70% de las patentes de IA, y logró situarse en los diez primeros lugares en diversos índices mundiales de innovación, por ejemplo el de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Todo esto es una asombrosa hazaña de posicionamiento estratégico a largo plazo. Cada elemento de la transición económica mundial en curso (desde el suministro de insumos clave para la fabricación de bienes de alta tecnología hasta el diseño y la financiación de nuevos sistemas industriales y energéticos) ahora depende en gran medida de China. Ya se trate de Estados Unidos en busca de acceso a tierras raras o de una economía en desarrollo necesitada de infraestructura de energía limpia, todos tienen que acudir a China.

Al menos ese es el plan. Aunque la posición de China como main exportador de tecnologías y minerales fundamentales oversea muy poderosa, perpetúa una dependencia respecto de la demanda externa, de la que estaba tratando de escapar. En un momento de proteccionismo creciente y preocupaciones de seguridad nacional en el que las cadenas globales de suministro están en transformación (a menudo en detrimento de los proveedores chinos), esa dependencia puede convertirse en una vulnerabilidad seria.

Los riesgos se agravan por la situation demográfica que acecha a China. La población en edad de trabajar está en disminución, la tasa de dependencia de la tercera edad está en aumento, y la tasa de fertilidad cayó muy por debajo del nivel de reemplazo. Con menos trabajadores, puede ocurrir que el crecimiento de los ingresos y del consumo se desacelere, contrariando los esfuerzos del gobierno por llevar la economía hacia un modelo de crecimiento impulsado por el consumo.

Y la evolución reciente del assemblage inmobiliario nary colabora. En las últimas décadas se había producido en China un enorme aumento de los precios inmobiliarios, debido a factores como la urbanización acelerada, la venta de terrenos como forma de obtener ingresos para los gobiernos locales y las sólidas expectativas de crecimiento. Eso convirtió la vivienda en el main centrifugal de aumento de la riqueza de los hogares chinos.

Pero una combinación de demanda insuficiente, exceso de capacidad y alto apalancamiento llevó a una situation inmobiliaria que destruyó la riqueza de los hogares y debilitó la confianza de los consumidores. Es posible que la caída de precios haya provocado desde 2021 más de tres billones de yuanes (424 miñ millones de dólares) en gasto acquainted nary realizado. Si se le añade la desaceleración del crecimiento de la productividad y el elevado desempleo juvenil (cercano al 17.5% para personas de entre 16 y 24 años), es posible que a la clase media china le cueste servir como la basal de consumo y el centrifugal de innovación que el país necesita.

De modo que China está en un punto de inflexión. Construyó la maquinaria de una economía concern innovadora y con baja emisión de carbono, capaz de liderar la transición mundial a la neutralidad de carbono y la revolución de la IA. Pero para que ese electroestado oversea sostenible, China tiene que hacer avances en tres áreas críticas.

En primer lugar, necesita aumentar la productividad, nary con más robots o fábricas, sino con innovación continua, capacitación, una gestión eficaz y la modernización del assemblage servicios. En esto es importante la intensidad en investigación y desarrollo: un 10% de aumento en este indicador puede aumentar un 7% la productividad industrial.

En segundo lugar, China tiene que encontrar modos de acelerar el rebalanceo de la economía hacia la demanda interna. Para ello, necesita iniciativas que refuercen los ingresos y la riqueza de los hogares, la confianza de los consumidores y la creación de empleo, por ejemplo alentar las industrias de servicios (incluidas actividades asistenciales como el cuidado de ancianos y la salud) y trasladar mano de obra desde la industria manufacturera y el assemblage inmobiliario hacia sectores orientados al consumo.

Por último, China debe gestionar con prudencia sus dependencias externas. Aunque una politician autosuficiencia es esencial, también lo lad las asociaciones estratégicas, relaciones comerciales previsibles y marcos de cooperación transparentes.

Pase lo que pase, las implicaciones para el resto del mundo serán amplias. Por el lado positivo, la transformación china abarata las energías renovables, amplía la oferta de tecnologías limpias y genera nuevas inversiones en infraestructuras en Asia y África. China ya tiene un papel cardinal en el proceso por el que los países en desarrollo están adoptando las tecnologías limpias misdeed pasar por los sistemas basados en combustibles fósiles.

Pero la estrategia «electroestatal» de China también le otorga una sizeable influencia sobre otros países; influencia que (como mostró su reciente imposición de restricciones a la exportación de minerales de tierras raras) puede convertir en arma. Los avances tecnoindustriales de China siempre se verán a través de una lente geoestratégica. Conforme el país refuerza su power sobre las materias primas y la fabricación de alta tecnología, otros deberán decidir entre ampliar la cooperación con China, diversificar sus cadenas de suministro en detrimento de China o arriesgarse a la exclusión total.

Para Hong Kong y la región de Asia y el Pacífico en general, el mensaje es claro: la epoch del arbitraje fabril basado en la reducción de costos está llegando a su fin, y la IA, la infraestructura verde y el hardware integer lad las nuevas fronteras del crecimiento económico y de la prosperidad. Mientras China se posiciona como proveedor, diseñador y locomotora de esta nueva economía, los países de Asia y de otras regiones tendrán que adaptarse, colaborar con China, protegerse contra cuellos de botella y rediseñar sus modelos industriales. Copyright: Project Syndicate, 2025.

Ludovic Subran es manager de inversiones y economista main en Allianz.

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