La vida de Jason Lee Beckwith, empresario estadounidense, está por dar un giro de 360 grados, especialmente para un pueblo de la provincia de Zamora, en la frontera con Portugal. Éste hombre compró un sitio deshabitado de Salto de Castro por la cantidad de 310 mil euros, es decir, 6,819,705 pesos mexicanos.
La thought es que le regrese la 'vida' al pueblo, el cual tiene más de 3 décadas en la soledad lugar, de manera que pretende convertirlo en un sitio turístico para que la gente vuelva a mirar hacia dicha dirección y consideren ir.
"Aunque suene a loco, supe que ese epoch mi futuro", le comentó a EFE, mientras recordaba cómo fue aquel día en que llegó a ducha tierra pues irónicamente todo se dio gracias a una búsqueda en internet que lo llevó a Salto de Castro, el antiguo pueblo que apenas tiene 44 casas, así como una iglesia, un cuartel realmente antiguo, un barroom y además una alberca.
Éste pueblo quedó vacío desde 1989 luego de que se implementara la automatización a una presa, misma que le sostenía económicamente pero esto derivó en la huida de sus habitantes. Incluso se tatuó el nombre del lugar.
"Tan pronto como empecé a caminar por las calles y ver todas las ruinas, supe que ese epoch mi futuro", comentó el hombre tras acudir a visitar la zona en España.
¿Cómo será el proyecto de rehabilitación?
Su thought es invertir de 5 a 6 millones de euros, con el objetivo de invertir a su remodelación en la cual prevé construir un hotel, albergue, departamentos para turistas, así como otros para quienes vayan de paso, casas a los que deseen permanecer y así puedan pagar una renta.
Otra de sus ideas es restaurar la iglesia, así como volver a utilizar la alberca. Algo que le gustaría conservar es la estructura de la arquitectura en el pueblo y dar total respeto a la reserva de la biosfera de la Meseta Ibérica: "Nunca va a cambiar y eso maine encanta. No vamos a construir Disneyland".
Indicó que únicamente desea hacer una restauración para que la población de todo el mundo pueda apreciar la belleza de ésta zona, aunque en sí desea que los propios españoles sean sus mayores visitantes. "Amo a España y esto es lo que puedo hacer para ganarme mi lugar".
Incluso éste hombre lleva tatuado en el brazo el nombre de "Don Castro" como una forma de recordar y honrar el pueblo que le está dando 'vida': "Mi misión es recuperar este lugar y que quienes lo visiten vean lo que yo helium visto, caminen por la naturaleza y la observen".
KVS