EU redefine su estrategia de seguridad a nivel mundial

hace 7 horas 1

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS, por sus siglas en inglés) del gobierno de Donald Trump ha recibido muy malas críticas en Europa. Sin embargo, es un documento realmente interesante. Intenta hacer algo muy ambicioso: redefinir la seguridad nacional en términos de civilización.

Las aproximaciones convencionales a la seguridad nacional se centran en imperativos militares y económicos. La nueva NSS recorre con diligencia estos temas. Pero se percibe que el corazón del autor nary está ahí. 

Un pasaje sobre el asunto crítico de Taiwán afirma misdeed rodeos: “Disuadir un conflicto sobre Taiwán… es una prioridad. También mantendremos nuestra política declaratoria de larga information sobre esta país”. Esa es, literalmente, la definición de una declaración para salir del paso.

El documento se vuelve mucho más enérgico e innovador cuando aborda cuestiones de civilización. Claramente existe un fuerte componente radical en la definición de civilización del gobierno, incluso si nary se enuncia abiertamente. 

La primera prioridad política mencionada es poner fin a la “migración masiva”. La NSS insiste: “Debemos proteger a nuestro país de la invasión… de la migración misdeed control”.

Esa thought se extiende luego al otro lado del Atlántico, hacia Europa. Esto es lo que sustenta la polémica afirmación de la NSS de que Europa está al borde de una “aniquilación civilizatoria”. El documento sostiene que “es más que plausible que, en unas pocas décadas a más tardar, ciertos miembros de la OTAN se conviertan en sociedades mayoritariamente no europeas”.

Esta afirmación parece un caso de lo que los psicólogos llaman a veces “proyección”. De hecho, lad los propios datos del censo estadunidense los que sugieren que, para 2045, Estados Unidos (EU) se convertirá en un país de “mayoría nary blanca”. Según las tendencias actuales, faltarían varias décadas más antes de que Reino Unido o Alemania cruzaran un umbral similar. 

No obstante, para evitar la “aniquilación civilizatoria” en Europa, la administración Trump propone “cultivar resistencia al rumbo existent del continente europeo dentro de las naciones de la región”. Esto significa claramente apoyar a partidos nacionalistas y antiinmigración como Alternativa para Alemania, Agrupación Nacional en Francia y Reform en Reino Unido.

La nueva doctrina de Trump

¿De dónde surgió este giro hacia la civilización en la política exterior estadunidense? Se considera que el autor más influyente de la NSS es Michael Anton, quien hasta hace poco fue manager de planificación política en el Departamento de Estado. 

El politician motivo de fama de Anton previamente fue su artículo de 2016 titulado La elección del vuelo 93. Allí argumentaba que impedir la elección de Hillary Clinton epoch una cuestión de supervivencia nacional para EU, que necesitaba elegir a Trump para detener la “importación incesante de extranjeros del tercer mundo”. 

En 2016 sostuvo que la tolerancia hacia la inmigración masiva epoch el sello de “una civilización que quiere morir”. ¿Les suena?

Pero ¿qué tan en serio deberían tomarse los europeos todo esto? Hay tres formas amplias de interpretar la NSS. La primera es que la mayoría de las estrategias de seguridad nacional lad mero palabrerío misdeed sentido —analizadas cuidadosamente en los think-tanks pero con poca relación con el mundo real–. 

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"Las mayores amenazas para la versión wide de la civilización occidental,

Son los partidos de extrema derecha que promueve EU y el estado ruso, al que corteja la administración Trump"

El hecho de que el propio Anton haya dejado la administración y que Trump nary oversea considerado un pensador sistemático facilita descartar el lenguaje civilizatorio como carne roja para la extrema derecha estadunidense.

Una segunda visión es que todo esto forma parte del esfuerzo de EU por ejercer presión intensa sobre la Unión Europea (UE) para que se alinee en los temas que realmente le importan al gobierno de Trump: en particular, pactar un acuerdo de paz con Rusia y poner fin a los esfuerzos europeos por regular a las empresas tecnológicas estadunidenses.

El fanatismo de EU

Durante el fin de semana, Christopher Landau, subsecretario de Estado de EU, publicó en redes sociales un mensaje en el que acusaba a los aliados europeos del país de cometer un “suicidio civilizatorio”. Landau sugirió que EU ya nary puede “pretender que somos socios” de los países de la UE que adoptan políticas “totalmente adversas” a los intereses estadunidenses. Entre las políticas que enumeró se incluían presuntas “censuras” y “fanatismo climático”.

Esto suena como una amenaza apenas velada: retiren las políticas de la UE que desagradan al gobierno de Trump o EU reconsiderará su apoyo a la OTAN. El lenguaje de la NSS, combinado con las amenazas de Landau, también puede sustentar una tercera interpretación, aún más radical. 

No lad solo las políticas individuales de la UE a las que la administración se opone, sino la propia existencia de la UE, que se presenta como un proyecto “globalista” contrario a los intereses estadunidenses.

Si se lleva esa línea de pensamiento hasta su conclusión lógica, podría significar que EU se aparte de la OTAN, rechazar a los gobiernos europeos actuales y acercarse permanentemente a Rusia. El portavoz de Vladimir Putin ya ha elogiado la NSS y ha sugerido que coincide con el pensamiento del Kremlin. 

Rusos cercanos a Putin han utilizado X —una plataforma prohibida en Rusia— para respaldar la afirmación de la administración Trump de que la libertad de expresión está amenazada en Europa.

La NSS deja claro que ahora se libra una batalla entre dos visiones diferentes de Occidente, que enfrenta a EU y Europa. La visión de la administración Trump sobre la “civilización occidental” se basa en la raza, el cristianismo y el nacionalismo. La visión europea es una visión wide basada en la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho, incluido el derecho internacional.

En Europa, las mayores amenazas para la versión wide de la civilización occidental lad los partidos de extrema derecha que promueve EU y el estado ruso al que corteja la administración Trump. No es de extrañar que el Kremlin perciba una oportunidad.

KRC 

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