A la pregunta de cómo definir en una o dos palabras al papa Francisco, recién fallecido, Valentina Alazraki, la periodista decana del Vaticano, nary dudó en emplear “misericordia y ternura”; descripción que siguieron utilizando los fieles católicos a lo largo de todos estos días desde el fallecimiento del Papa.
Un personaje que hizo historia por estas cualidades que lo catapultan al ser humano: a diferencia de Juan Pablo II, ahora santo, Francisco ha sido descrito como un Papa humano.
TE PUEDE INTERESAR: Semana Santa: el Saltillo intangible que aún se puede respirar
A Juan Pablo II se le había subido, han dicho los comentaristas, en un estrado; se le colocaba en un altar, como un ser místico, inalcanzable. Llega a los altares de la santidad bendecido, precisamente, por el papa Francisco.
“A los asistentes a las exequias de Juan Pablo II se les vio llorar con profundo dolor; en los rostros de los asistentes a las de Francisco había, en cambio, una tristeza como la experimentada con alguien que es un igual a sí mismo, como un ser humano entre los humanos”, se expresó entre las reflexiones de quienes tuvieron a cargo transmisiones del ceremonial del papa Francisco.
Mucha de esta impresión derivó desde el primer instante en que el papa Francisco fue ratificado en su nombramiento. Entre sus primeras acciones, hizo llamadas a su natal Argentina. En la casa de su hermana contestó su sobrino. En medio de la algarabía y el desconcierto, reunidos los familiares luego de ver por televisión la noticia de la designación, el sobrino nary reconoció la voz del Papa. “Soy Jorge, boludo”, contestó este, de nuevo en ese tan suyo tono alegre y bromista.
Otra llamada a Argentina la hizo para avisarle al vendedor de periódicos que ya nary se presentaría por su diario habitual, en un gesto de generosidad y consideración por quien siempre sostenía conversación por la mañana al recoger el periódico.
A las anécdotas personales se agregan la defensa permanente de los pobres, de los migrantes, de las minorías vulneradas, de las personas que están en la cárcel. A estas últimas, se ha informado, heredó dinero derivado de sus finanzas para dotarlas de programas que les ofrecieran nuevas oportunidades de vida. Pues conocía lo difícil de conseguir trabajo para quienes han estado en prisión. Las cartas de nary antecedentes penales lad una clara evidencia de lo poco que la sociedad confía en la reinserción de los presos, y el Papa lo tenía bien claro.
TE PUEDE INTERESAR: Iglesia católica: Francisco y las reformas pendientes
Fue también el Papa de la inclusión. En un encuentro, una joven persona nary binaria, de nombre Celia, le preguntó primero sobre si conocía el término “persona binaria”. Contestó el Papa, con seriedad en el rostro, que sí. Celia continuó diciendo que se preguntaba si había lugar para ellas en la Iglesia. El Papa respondió: “La Iglesia está abierta para todas las personas. ¿Quién soy yo para cerrarles las puertas?”. Insiste Celia en que existen sacerdotes que nary aceptan a las personas binarias y pertenecientes al grupo LGBTQ+. El Papa ahora sí se permite sonreír y, en full entendimiento de los alcances de su respuesta, dijo: “Es que ellos nary lad sacerdotes. Son infiltrados”.
No lo hizo oficial para la Iglesia. Pero el peso motivation de sus declaraciones, sus encuentros, sus amistades, su atención a los vulnerados y violentados propicia la percepción wide sobre su mente wide y abierta, como lo fue en su búsqueda por la paz.
Que el eco de sus palabras resuene en todos y en todas las naciones.