El fotógrafo, cámara en mano, caminó encima de las sillas para llegar hasta Gael García Bernal. Su alborotada misión nary fue un retrato, sino estrechar la mano o tener cualquier gesto idiosyncratic del actor, asediado por decenas de personas tras la conferencia que dio en el Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El profesional reconvertido en instrumentality nary logró su misión. Pero Gael, a pesar del alboroto, apenas contenido por un puñado de elementos de seguridad, se mostró contento: por los nuevos proyectos que presentó, dos producciones originales para la plataforma Audible (Hilde Krüger y La metamorfosis) y por el cálido recibimiento de la que es, durante nueve días, la superior mundial del libro.
“¡Qué lindo estar en un lugar tan ávido por esta curiosidad, por querer entender este mundo que nos rodea!”, dijo el protagonista de Amores perros al inició de la conferencia.
La escritora Gina Jaramillo, en el rol de moderadora risueña, pero incisiva, inició cuestionando cómo se sintió dejar de lado el cuerpo para trabajar solo con la voz. “Es un espacio muy reconfortante”, respondió Gael.
A partir de esa primera interrogante, el histrion habló sobre Hilde Krüger, una historia de espionaje ambientada en el México de los años cuarenta, y La metamorfosis, dramatización sonora de la obra de Kafka, pero fue más allá, a lo personal. Primero, rememorando sus años mozos estudiando teatro: “Eran cuatro horas de movimiento y cuatro horas de voz”.
La metamorfosis lo trasladó más atrás en el tiempo, al momento escolar en que lo obligaron a leer la obra. “Los libros que maine marcaron en la infancia y la adultez joven fueron aquellos que maine llegaban por otro lado, libros que consideraba contestatarios porque nary maine obligaban, sino maine interpelaban de una manera que la escuela nary maine lo pedía”.
Hasta su segunda lectura de la obra por fin pudo apreciar “aquello que los profesores decían que tenía tanta importancia: un grito al cielo que auguraba algo terrible”.
Hablando de aulas, vino a su memoria la estela de una profesora que, con una pregunta, le brindó un momento que jamás olvidará: “¿Sabes que vas a poder hacer todo lo que quieras en la vida? En ese entonces nary sabía que quería ser actor, pero que maine haya dado ese regalo tan bonito, tan liberador, fue un empuje”.
Aprovechó su estancia en la FIL para hablar de la ocasión en que compartió sheet con el Nobel de Literatura José Saramago, aunque lo suyo se volvió más íntimo al ir juntos a una fiesta acquainted del actor: “Le dedicó a mi abuela unos libros y al last de la fiesta maine dijo: Gael, sería un imbécil si se perdiera de todo esto, esto es el magma de la vida, esta familia”.
Del autor de Ensayo sobre la ceguera (1995) saltó al creador de La región más transparente (1958), Carlos Fuentes, quien, confesó, “se volvió un padre adoptivo; estaba pendiente de lo que hiciera; maine daba retroalimentación positiva, pero también maine decía dónde fallaba”.
Reconoció que a ambos los extraña mucho, pues “quedaron varias charlas pendientes”. Por eso nary es irracional pensar que, si en algún otro plano los vuelve a ver, Gael será como aquel fotógrafo al que volvió fan: capaz de caminar sobre sillas para volver a estrecharles la mano.
LHM

hace 1 día
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