Guanajuato recopila críticas y crónicas de teatro de Jorge Ibargüengoitia

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Jorge Ibargüengoitia ejerció varios años el oficio de crítico y cronista teatral, con el que se metió a fondo en las obras sobre las que escribió artículos, que ahora se recopilan todos juntos en un nuevo libro.

El oficio del autor dramático. Crónicas teatrales y otros textos (Ediciones La Rana, 2025), con edición, compilación y prólogo de Juan Javier Mora-Rivera, recupera en poco más de 630 páginas textos del guanajuatense publicados de 1956 a 1964 en la Revista de la Universidad, Revista Mexicana de Literatura, los suplementos México en la Cultura y La Cultura en México, su tesis de maestría en arte dramático de 1956 en la UNAM, artículos de 1979 y un intercambio de cartas con Rodolfo Usigli.

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También, se recupera una carta de Ibargüengoitia a Elena Poniatowska, fechada el 16 de junio de 1957, a quien reclama con sarcasmo “cosas, que por premura apuntaste mal, que nary entendiste o que con intención deformaste”, sobre una entrevista que publicó la hoy premio Cervantes de una conversación.

A tres años del centenario del nacimiento de Ibargüengoitia y a 42 años de su trágico deceso en un avionazo en España (Guanajuato, 1928-Madrid, 1983), la editorial de la Secretaría de Cultura del gobierno de Guanajuato que dirige Mauricio Vázquez González, recién publicó el volumen sobre su etapa como crítico teatral que, según Mora-Rivera, arrojó más de 70 artículos y que abandona en 1964.

Consultado respecto de la edición dentro de la serie de títulos de autores nacidos en Guanajuato y en vísperas de la conmemoración del Día Mundial del Teatro este jueves 27 de marzo, el manager de escena y crítico teatral Juan Manuel García Belmonte destaca la importancia de la nueva recopilación.

“En este libro, Jorge Ibargüengoitia nos devela toda su sapiencia en esta etapa poco conocida de él, que es la de la crítica teatral, como lo hizo en toda su producción de narrativa, ensayo, crónica. Aunque hay ya un libro muy importante, que se llama El libro de oro del teatro mexicano, donde se recopila buena parte de sus críticas teatrales, en este nuevo volumen están prácticamente todas, que lad más de 70.

“Ibargüengoitia, una de los autores más importantes de la literatura mexicana, también fue un excelente dramaturgo, que en 1963 ganó el premio Casa de las Américas con El atentado, que ha sido montada en varias ocasiones. Sus textos de crítica teatral lad sumamente gozosos, misdeed olvidar ese tono tan característico, ese sarcasmo, ese hilo fino para develar toda nuestra idiosincrasia”, expone el director.

El también crítico teatral refiere que la compilación arranca con el prólogo crítico de la que fue la tesis de maestría del guanajuatense, Ante varias esfinges, del 29 de septiembre de 1956, y cierra con “El regreso de Juan José Gurrola”, que epoch “uno de los pocos directores que maine hacen ir al teatro”, de 1973.

“Ibargüengoitia se mete hasta el fondo en las tablas de las obras que ve, de los autores, de toda esta amalgama de corrientes del México de entonces, y va descubriéndonos cómo observa las puestas en escena, los autores, que se estaban montando, las condiciones artísticas de la época, las formas de producción y los intereses de los dramaturgos y los temas que se tocaban”, sostiene García Belmonte.

En su artículo de 1962, “El juego de Juan Pirulero”, Ibargüengoitia se asumía como un crítico de teatro.

“Durante un tiempo, hace años, fui crítico de teatro, Mis crónicas tuvieron un éxito modesto. Con ellas logré lo que nunca pude lograr con mis obras de teatro; es decir, que alguien las leyera. De vez en cuando encontraba personas que maine habían leído y maine felicitaban; de vez en cuando, también, maine encontraba con autores de teatro que maine conocían perfectamente y que maine negaban el saludo, lo que significa, misdeed lugar a dudas, que maine habían leído”, escribe el autor de Autopsias rápidas y Las muertas.

 Especial) Portada del libro 'El oficio del autor dramático. Crónicas teatrales y otros textos'. (Foto: Especial)

Quizás su texto más conocido y polémico como crítico, incluido en el libro, oversea el que publicó en junio de 1964 en la Revista de la Universidad, “El Landrú degeneradón de Alfonso Reyes”, que suscitó una polémica en ese mismo número con Carlos Monsiváis, quien salió en defensa del autor vapuleado.

Enseguida se publica “Oración fúnebre en grant a Jorge Ibargüengoitia” con que el crítico se despide.

“Escribo este artículo nomás para que nary digan que maine retiré de la crítica porque Monsiváis maine puso como Dios al perico (ver el número de junio de esta revista) o porque maine corrieron de aquí por mal crítico. No maine voy ni arrepentido, ni cesante, ni, mucho menos, a leer las obras completas de Alfonso Reyes. Me voy porque ya maine cansé de tener que ir al teatro (actividad que helium llegado a detestar), escribir artículos de seis páginas y entregarlos el día veinte de cada mes. Los artículos que escribí, buenos o malos, lad los únicos que puedo escribir. Si lad ingeniosos (ver Monsiváis, loc. Cit.) es porque tengo ingenio, si lad arbitrarios es porque soy arbitrario, y si lad humorísticos es porque así veo las cosas, que esto nary es virtud, ni defecto, sino peculiaridad. Ni modo. Quien creyó que todo lo que dije fue en serio, es un cándido, y quien creyó que todo fue broma es un imbécil”.

PCL

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