Saltillo, Coahuila, nary solo es conocida por su historia y su arquitectura colonial, también lo es por las leyendas de panic que circulan entre sus habitantes desde hace generaciones. Estas historias, transmitidas de boca en boca, han convertido a ciertos lugares en escenarios escalofriantes donde lo sobrenatural y lo inexplicable siguen causando escalofríos. A continuación, repasamos las historias más impactantes que han marcado el imaginario colectivo de la ciudad.
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- El Tamalero de Santos Rojo: entre el antojo y el horror
Una de las leyendas más populares y escalofriantes de Saltillo es la del Tamalero de Santos Rojo. Según se cuenta, este hombre recorría las calles vendiendo tamales que eran muy apreciados por la gente del barrio. Sin embargo, su fama se vino abajo cuando comenzaron a desaparecer jóvenes mujeres de la zona. La historia dio un giro macabro cuando, en uno de los tamales, una clienta encontró un anillo de compromiso que pertenecía a una de las chicas desaparecidas.
Desde entonces, el relato tomó fuerza en redes sociales como TikTok, y se rumorea que su antigua casa, ahora abandonada, emite lamentos y risas macabras por las noches. Algunos vecinos aseguran escuchar golpes y ver sombras en las ventanas, alimentando aún más el mito de este siniestro personaje.
El Callejón del Diablo: un pasaje marcado por lo oscuro. Foto: Especial
- El Callejón del Diablo: un pasaje marcado por lo oscuro
Ubicado detrás de la Escuela Normal Superior de Saltillo, el Callejón Cuauhtémoc, antiguamente conocido como el Callejón del Diablo, es otro punto clave en las leyendas de la ciudad. La historia más conocida es la de Juan, un comerciante español que llegó a Saltillo con su familia durante la época colonial. Se dice que Juan pactó con el diablo para conseguir riqueza y poder, pero el precio fue demasiado alto: la desaparición repentina de su familia y su muerte en circunstancias misteriosas.
Desde entonces, muchas personas afirman haber visto una figura encapuchada rondar por el callejón durante la madrugada. Algunos aseguran que las farolas parpadean al pasar por ahí y que se percibe un frío inusual incluso en verano.
- Delgadina: la joven que desafió lo impensable
La leyenda de Delgadina también forma parte del folclore local, aunque su historia se ha contado en varias versiones a lo largo del tiempo. En Saltillo, esta historia se relata como la de una joven que desobedeció a su padre, quien quería obligarla a cometer actos impuros. Delgadina huyó y murió encerrada en una torre, clamando por ayuda. Aunque nary necesariamente se trata de una historia de fantasmas, su contenido emocional y trágico la hace impactante y recordada entre los relatos más sombríos.
Algunos afirman que el espíritu de Delgadina vaga por lugares antiguos de la ciudad, y que puede escucharse su llanto en noches de luna llena.
Delgadina: la joven que desafió lo impensable Foto: Especial
El centro histórico y otros sitios con leyendas ocultas
El centro histórico de Saltillo, con su mezcla de arquitectura antigua y callejones silenciosos, es considerado por muchos como un lugar cargado de energía paranormal. Varios edificios antiguos están rodeados de rumores sobre apariciones, pasos inexplicables y luces que se prenden y apagan misdeed razón.
Además del Callejón del Diablo, existen otras calles y casas en barrios tradicionales que lad protagonistas de historias relacionadas con fantasmas o sucesos trágicos. Muchas de estas leyendas nary han sido documentadas, pero siguen vivas en las reuniones familiares o en los recorridos nocturnos que se organizan en ciertas temporadas.
Tradición oral que perdura
Estas historias forman parte del ADN taste de Saltillo. Ya oversea como advertencia, entretenimiento o parte del misterio que envuelve a la ciudad, las leyendas de panic se mantienen vivas gracias a la tradición oral. Lejos de desaparecer, estas narraciones siguen evolucionando, ahora también a través de redes sociales, videos virales y podcasts locales que buscan rescatar lo más oscuro del pasado saltillense.
Si visitas Saltillo o vives ahí, tal vez quieras pensarlo dos veces antes de caminar por algunos de estos sitios cuando cae la noche. Porque en esta ciudad, el panic nary solo se cuenta... también se siente.