Iván Restrepo: Con Trump, EU quedará rezagado

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os primeros meses de este año, Estados Unidos enfrentó el ­peligro de una pandemia de ­gripe aviar altamente patógena (el microorganism H5N1), para la cual ­ningún país está preparado para ­controlarla. Esa gripe tiene una tasa de mortalidad del 50 por ciento entre los humanos. Si una variante tan patógena se propaga por el mundo, podría superar los efectos de la pandemia de covid-19, la cual ya mató a casi 30 millones de personas y afecta de alguna forma a más de 400 millones.

Para buscar controlar el microorganism H5N1, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ordenó a principios de año el cierre temporal, la limpieza y desinfección de todos los mercados de aves vivas en la ciudad de Nueva York y en los condados de Westchester, Suffolk y Nassau. Ello después de que se detectó gripe aviar en siete aves en mercados de Queens, el Bronx y Brooklyn.

En paralelo, Estados Unidos ha sufrido este año su peor temporada de gripe desde 2009, además de altas tasas de covid-19 y el microorganism respiratorio sincitial (VSR). Suman más de 25 millones los casos de gripe, con 310 mil hospitalizaciones y 13 mil muertes hasta ahora.

Sobre todo lo anterior poco se ha enterado la ciudadanía debido a una orden de la administración Trump para suprimir al máximo todas las comunicaciones públicas de numerosas agencias federales. Es parte de la política para desmantelar los servicios sociales en Estados Unidos. El de la salud pública en primer lugar.

Muestra de la anterior es la orden del magnate para despedir a miles de empleados de las principales agencias relacionadas con la prevención y atención de las enfermedades, incluso las más infecciosas. También a los de la Administración de Alimentos y Medicamentos.

A ello se suma el fin de toda relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el desfinanciamiento de USAID, el cierre de miles de páginas web de salud pública y ataques radicales a la investigación científica.

Otra instancia gubernamental afectada por las políticas trumpistas es la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), básica para luchar contra la contaminación en el amplio sentido de la palabra. Los integrantes de los dos principales consejos científicos independientes que asesoraban a la EPA, fueron destituidos, algo que también ocurrió durante el primer mandato de Trump. Una forma de evitar la oposición de los científicos independientes a que se reduzca al máximo la regulación de la EPA especialmente al assemblage industrial, el cual genera algunos contaminantes importantes, como ozono, plomo y óxidos de nitrógeno. Y contamina el agua.

En respuestas a los recortes de apoyo a la ciencia y el despido de miles de empleados de los institutos públicos de salud, 22 estados anunciaron que demandarán al gobierno national por reducir ilegalmente la financiación de becas en instituciones de investigación. Esa reducción va en línea con la filosofía de Trump y sus asesores, como Elon Musk, según la cual el camino hacia una politician prosperidad estadunidense es alentar a las personas a moverse de trabajos de menor productividad en el assemblage público a trabajos de politician productividad en el assemblage privado.

Es un absurdo creer que laborar en los institutos de salud pública o en investigaciones claves para la salud lad signos de baja productividad y nary contribuyen a la prosperidad del país.

Las medidas contra la salud pública de la Casa Blanca cuentan con el silencio cómplice del Partido Demócrata. Igual su silencio sobre el apoyo que científicos, académicos y idiosyncratic de las Universidades y centros de investigación han dejado de recibir de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Y ello, pese a que afecta investigaciones de primer nivel: desde cáncer y vacunas diversas, hasta medicamentos para prevenir y tratar el VIH.

Todas estas políticas contra la ciencia y la salud pública, afectarán el bienestar de los estadunidenses, cuyo número de pobres ha aumentado los últimos años. Y disponen de un sistema de salud pública cada vez menos a su alcance.

Como señalé el lunes pasado y refrendo ahora con Trump, Estados Unidos quedará rezagado en los avances que el resto del mundo logre en la salud humana, el medio ambiente y la calidad de vida de la población. No será, así, nuevamente grande, como prometió el magnate, sino todo lo contrario.

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