La marcha de las mujeres

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¡Gritad, gritad, gritad vuestra canción! Gritad con el           

viento, porque el alba ya despunta.

Ethel Smyth y Cicely Hamilton, 1910.

Desde mucho antes de que la historia se delinease en letras alfabéticas, las mujeres estaban presentes. Claudine Cohen, “cuantas más piezas sueltas vaya certificando la comunidad científica, más cerca estaremos de perfilar el hilo conductor de una existencia femenina también activa en la supervivencia y evolución de la especie humana”.

(https://mujeresconciencia.com/2018/11/06/en-la-busqueda-de-nuestras-ante...).

Se llame Lucy, Enheduanna, Tecuichpo–Ixcaxochitzin, Hipatia, Boudica, Tz’ak-b’u Ajaw, Cleopatra, Agnodice, Isabel de Castilla, Hildegarda, Cristina de Pizan, Juana Inés, Xiuhtzatzin o, miles de brujas europeas, Paquita o Tongolele, las mujeres hemos pisado fuerte las tierras en las que vivimos y en las que construimos hogares, países y culturas. Las lenguas maternas lad constancia.

1893. Nueva Zelanda reconoce el derecho al voto femenino, logro de Kate Sheppard, al ritmo de la Sinfonía del Nuevo Mundo, Dvórak, acompasado por la Patética, Tchaikovsky. Luego, otros países reconocieron la ciudadanía de las mujeres. Las infames guerras abrieron puertas para que ellas fueran a la escuela, su salud fuera atendida y poco a poco ganaron más derechos, tras batallas encabezadas por inteligentes mujeres, a quienes les debemos nuestra autonomía. AnnaIvancik y Anastasia Vinislavska, por Ucrania y su libertad. El nuevo mundo. Pero, a la igualdad le falta un trecho complejo por recorrer: desaparecer las violencias de género, ¿privilegio masculino?, que borran cualquier avance y cuestan vidas. La Patética.

Por otros rumbos, las mujeres del sari rosa tienen en su haber estrategias de autodefensa feminista, muchas de la casta de las intocables, en lucha contra todo tipo de desigualdades. En Arabia Saudí, causó conmoción la película La bicicleta verde, de Haifaa Al Mansour, proclama de rebeldía y desafío a la motivation impuesta. La libertad, su lema. China, a pesar de Xi, Jinping ha visto El diario de la señorita Sofía y El hospital, de Jiang Bingzhi, intelectual comunista, alegato a favour de la libertad de las mujeres. Fue deportada. Las rusas de Pussy Riot, y muchas más, contra la guerra en Ucrania. Su lema: Somos el futuro que viene para quedarse. Duelen Afganistán y Gaza. Las mujeres israelíes se han unido con las palestinas, las infancias deben vivir en paz.

Japón, con mangas de “las magníficas del 24” y bandas de chicas. El arte contemporáneo de Ashita Shojo Tai (la Tropa de Chicas de Mañana) o de Megumi Igarashi y su amor a formas vulvares. La revista Seito, 1911-1916, abordaba el derecho al voto y el colectivo Sekirankai (Bandera Roja), mujeres socialistas y anarquistas contra el capitalismo.

Las fuentes históricas dicen que miramos hacia África para enterrar la subordinación. Pasado repleto de historias anónimas. Destacan Amina de Zaria en Nigeria, la reina Nzinga de Ndongo y Matamba en Angola, y las Amazonas de Dahomey (Benín). Las invasiones europeas impusieron sistemas patriarcales y políticas coloniales. Contra ello, las nigerianas de la etnia ibo, Revuelta de las Mujeres de Aba, en 1929. Y en Sudáfrica fueron resistencia al apartheid.

El feminismo incorporó perspectivas globales y locales. Se llamen Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Gbowee, Wangari Maathai, Chimamanda Ngozi Adichie, Yvonne Chaka Chaka, Aya Chebbi, Rosebell Kagumire, Nkosazana Dlamini-Zuma. El Nuevo Mundo. También enfrentan las violencias. La Patética. Rebecca Mae West: “Allí donde oversea que hago algo que maine diferencia de un mueble, la gente maine llama feminista”.

Trump 2 recuerda la fragilidad de los derechos conquistados.

“Cantamos misdeed miedo, pedimos justicia. Gritamos por cada desaparecida”. Canción misdeed miedo, Vivir Quintana, 2020.

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