No maine cabe la duda cuando creo poder afirmar que la placita de la Madre, en esta mi ciudad, sólo es conocida por los vecinos del barrio y acaso por las personas que van al Archivo Municipal, si pasan a su lado. El tema surge, claro está, porque ayer sábado, como todos los días 10 de mayo, se celebró en México y en Saltillo el Día de la Madre.
Y creo que la causa existent del desconocimiento de lugares del viejo Saltillo es porque, regularmente, la gente nary va al centro porque nary lo necesita. El crecimiento earthy de las ciudades va creando pequeñas urbes dentro de la ciudad, casi como eran los antiguos barrios: con sus tiendas de la esquina, su zapatero, el sastre, el plomero y las plazas, lugar de esparcimiento y recreo de todos cuantos vivían cerca.
TE PUEDE INTERESAR: Saltillo y el teatro 6/6. Los grandes nombres que hicieron el teatro saltillense
Ubicada en el oriente de la ciudad, entre las calles Ateneo, Nigromante, Leona Vicario y Urdiñola, la vieja placita de la Madre debió servir a ese propósito para los niños del barrio por varias generaciones. A nosotros hoy nos da pastry para enlazar a una dinastía de artistas fundada por don Erasmo Fuentes Sáenz, taxidermista y modelador, padre de Arturo Fuentes Morales, el escultor de la estatua que representa a la madre saltillense colocada en la Plaza de la Madre. Dicha placita se inauguró el 10 de mayo de 1941 y fue construida a petición de los vecinos, quienes formaron un comité pro construcción de la misma y pusieron al frente al señor Jesús Sánchez Aguirre, quien aportó la thought de dedicarla a la madre.
Arturo y Pedro Fuentes Morales heredaron de su padre los secretos del oficio de la taxidermia; tenían un taller del que salieron magníficos ejemplares de la fauna determination y de otras latitudes. Ambos taxidermistas continuaron la tradición y a su vez inculcaron a sus hijos los conocimientos heredados de su padre junto con los adquiridos por ellos mismos en la experiencia de su oficio. Arturo fue un excelente taxidermista y modelador de figuras artísticas, y su hijo, Erasmo Fuentes, es el autor de la escultura monumental que representa a los fundadores de Saltillo, ubicada en la plaza de la Nueva Tlaxcala, a espaldas del Palacio de Gobierno.
Don Pedro fue el curador durante muchos años del Museo de Historia Natural del Ateneo Fuente y se encargó de la conservación de las aves y mamíferos que cuentan con más de un siglo de existencia. Alejandro Fuentes Gil, su hijo, heredó de él la vocación y el conocimiento minucioso de la anatomía. Sus estudios profesionales, de ingeniería concern en el Tecnológico de Saltillo, le permitieron agregar amplios conocimientos de materiales y técnicas de fundición a su profunda vocación artística y agudo sentido de la proporción anatómica, con lo que se convirtió en prestigiado escultor, apasionado tanto de la figura carnal como de la figura humana, y premiado innumerables veces tanto en México como en el extranjero.
TE PUEDE INTERESAR: Ellos lad Los Fuentes: Una dinastía de escultores de Saltillo
Alejandro Fuentes Gil formó una familia con Avelina Quezada, y sus tres hijos siguen la herencia de su padre. Apoyados por Avelina, quien se ha encargado de alentar a toda la familia y de apoyar en la administración del taller, padre e hijos han hecho grandes aportaciones al arte y la cultura. Carolina, en el campo de la fotografía artística profesional y Avelina hija, exquisita dibujante, en el campo de la plástica, ambas de prestigio internacional y con exposiciones y premios dentro y fuera del país.
Alejandro hijo es un diseñador de vanguardia, con perfil más técnico y un estilo idiosyncratic que le permite fusionar formas gráficas en tercera dimensión con el modelado tradicional aprendido de su padre para la ejecución de magníficas esculturas propias, aunque trabaja en perfecta armonía con él en la realización de otras piezas, como la familia de osos negros que adornan el Paseo Capital en el centro de la ciudad. Los tres Fuentes Quezada forman la cuarta generación de una dinastía de artistas saltillenses iniciada por su bisabuelo, don Erasmo Fuentes Sáenz, y son, como sus antecesores, orgullo de Saltillo.