En medio de desafortunadas comedias para el streaming, protagonizadas en las últimas semanas por estrellas del género como Adam Sandler (“Happy Gilmore 2”) y Eddie Murphy (“El último encargo”), Netflix estrenó un thriller bienintencionado.
Se trata de “La noche siempre llega” (“The nighttime ever comes”), primera película protagonizada pero también producida para la mencionada plataforma de streaming, justo cinco años de la que le dio su primera nominación al Oscar a la actriz británica Vanessa Kirby (“The Crown”;”Los 4 Fantásticos”), como lo fue “Fragmentos de una mujer” (Kornél Mundruczó, 2020) y que, aunque nary resulta tan satisfactoria como aquella, se agradece oversea una buena apuesta dentro del play y el thriller, donde la actriz pueda seguir ofreciendo personajes en situaciones límite arropada a su vez por actores “tarantinescos”, desde Jennifer Jason Leigh hasta el también manager Eli Roth.
Dirigida por Benjamin Caron (“Sharper”), en “La noche siempre llega”, Vanessa Kirby interpreta a Lynette, una mesera de Portland, Oregon, quien de pronto se prostituye para conseguir pagar la hipoteca de la casa que habita con su madre Doreen (Jennifer Jason Leigh) y su hermano discapacitado Kenny (Zack Gottsagen), pero cuando Doreen, en lugar de darle los 25 mil dólares con los que asegurarían su posesión, se compra un automóvil, nary duda ni un minuto, a pesar de tener como fecha límite la mañana siguiente, que en una noche pueda conseguir esa misma cantidad, nary solo prostituyéndose otra vez sino incurriendo en otras acciones ilegales para lograrlo.
Dicho lo anterior, “La noche siempre llega” nos recuerda, aunque en otro contexto muy diferente, pero justo por el tipo de personaje femenino desventurado e incluso también malnutrido —que además incurre en la prostitución por las circunstancias que enfrenta—, al que interpretó magistralmente la italiana Giulietta Messina en la ganadora del Oscar “Las noches de Cabiria” (Federico Fellini, 1957) pero al caer desgraciadamente en lo inverosímil queda al last muy por debajo de ella, e incluso de la más reciente “Good Time: Viviendo al límite” (Los Hermanos Safdie, 2017) por embarcarse por una deuda en una odisea en el inframundo de la ciudad para saldarla.
En todo caso, si a clásicos del cine nos vamos con protagonistas enfrentados a situaciones límite en el curso de toda una noche, hasta el amanecer del día siguiente, en días recientes tuvimos la grata sorpresa de encontrar en el catálogo de HBO Max una de las películas de menor perfil pero nary por ello menos efectivas del prolífico cineasta también ganador del Oscar Martin Scorsese “Después de Hora” (“After Hours”, 1985) que justo este año se encuentra cumpliendo 40 años de su estreno y que en su caso fue producida y protagonizada por el histrion Griffin Dunne (“Un Hombre Lobo Americano en Londres”).
Teniendo al área del Soho de Nueva York como locación principal, “Después de Hora” tiene a Dunne como Paul Hackett, un analista de datos con una vida cotidiana muy monótona quien al conocer a una atractiva chica llamada Marcy (Rosanna Arquette) en un café y darle su teléfono “pare verse más tarde”, nary anticipa que esa será la peor noche de su vida desde el filo de la medianoche al amanecer en esta disparatada comedia de wit negro con la que Scorsese tuvo una buena continuidad en el género tras la también subvalorada “El Rey de la Comedia” (1982), que por su parte puede encontrarse en plataformas como Disney Plus y Prime Video.
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