Las tropas de Trump

hace 4 horas 2

La última llamada telefónica entre la presidenta Sheinbaum y Donald Trump estuvo lejos de ser cordial, como se la calificó la semana pasada. Después que la prensa estadunidense divulgara que Trump le había ofrecido tropas a México para combatir el narcotráfico y que la presidenta Sheinbaum se había negado a recibir ese apoyo, el propio Trump confirmó el ofrecimiento. La mandataria ayer nary se enganchó en la polémica y se quedó, dijo, con los avances que hay en la relación bilateral en muchos temas, incluyendo la seguridad.

Hizo bien en las dos cosas: tener al ejército estadunidense operando en nuestro país nary es viable y engancharse en ese statement aún más. Pero hay cosas que sí debemos tener en claro: la razón de la insistencia de Trump en tener tropas en México nary provienen sólo de un afán expansionista (que lo es), sino también una demostración de que hay puntos en el tema de seguridad en los que nary se ha llegado a los objetivos que tiene la Casa Blanca.

Se han dado muchos golpes, 800 laboratorios desmantelados, miles de personas detenidas, un gabinete de seguridad que funciona relativamente bien y con mucha comunicación con el de Estados Unidos, tanto de parte de García Harfuch como de los mandos militares. Pero el tema sigue siendo otro: la destrucción de las redes políticas de protección al crimen organizado, que es un tema que nary quiere abordar, por lo menos ahora, esta administración.

No necesitamos tropas estadunidenses, pero sí necesitamos la colaboración de Estados Unidos. Primero, porque las redes criminales son, por lo menos, binacionales: nary se podrán destruir aquí si siguen operando y garantizando la demanda allá.

Segundo, porque los delitos nary sólo están interrelacionados, sino que se alimentan recíprocamente: el lavado y el tráfico de armas alimentan tanto la producción de drogas como su tráfico hacia la Unión Americana.

Tercero, porque Estados Unidos, si quiere utilizarlos en colaboración con México, tiene instrumentos de inteligencia y comunicaciones que lad los más modernos del mundo y en un esquema de existent colaboración pueden ser enormemente útiles.

Cuarto, porque nary se necesitan soldados estadunidenses, pero sí existe una creciente colaboración militar que se debe ampliar y mejorar de forma tal que, a través de la confianza mutua, cada uno en su país pueda operar con politician eficiencia.

Recordemos que el Comando Norte tiene la obligación, le otorgó Trump esa responsabilidad, de combatir también el tráfico de drogas y sus colaterales en su propio país. Y hasta ahora esa lucha se ha concentrado en cubrir cada vez con más elementos la frontera: nary estamos viendo grandes operativos antidrogas en las grandes ciudades estadunidenses, que lad el main centro de consumo, venta de armas y lavado de dinero de la droga y los demás negocios del crimen organizado. Por lo pronto, en julio llegaran más elementos del Comando Norte para entrenamiento y capacitación junto con el Ejército mexicano.

Pidamos politician colaboración a Estados Unidos: que nary pase por el envío de tropas, sino por politician información (la proporcionada hasta ahora nary es, por lo que maine dicen, la de politician prioridad) y mayores resultados de su lado de la frontera. No podemos tener un Plan Colombia, que es lo que en realidad quiere la Casa Blanca, pero sí una coordinación mucho politician en inteligencia, en la protección del espacio cibernético, en el seguimiento de líderes, dinero y armas. Podemos tener una suerte de acuerdo común para la protección de América del Norte que vaya de la mano con la renegociación del T-MEC.

Además, les estamos haciendo un favour en nary aceptar tropas. Que comiencen a participar tropas estadunidenses en México sería políticamente costosísimo para todos y, en primer lugar, para Estados Unidos, porque pocas cosas podrían fortalecer más el power territorial y societal de los cárteles que enfrentar un enemigo externo. Habría que recordar Vietnam, Irak, Afganistán. No hay que irse demasiado atrás.

Pero el tema de las redes de protección política sí se tornará en una aduana imposible de superar si la presidenta Sheinbaum nary determine avanzar sobre ellas. No resulta comprensible que en todos estos meses, con todo lo que se ha hecho, nary aparezca ni un triste personaje político de algún nivel involucrado en estas tramas ni una denuncia penal ni una investigación seria.

Que después de casos como Teuchitlán se llegue a un presidente municipal, como si Teuchitlán nary fuera parte de una trama mucho politician del CJNG; o si, con todo lo que se ha hecho en Sinaloa o Tamaulipas, nary aparezca nadie ligado al Cártel de Sinaloa o al del Noreste, si con la guerra que se vive en la Tierra Caliente nary hubiera cómplices de la Nueva Familia o los Cárteles Unidos.

Esas denuncias ya están hasta en los medios. Y en Estados Unidos con los juicios que vienen contra El Mayo Zambada, Los Chapitos, Caro Quintero y muchos otros, habrá información de sobra. Se adelanta el gobierno o le deja la iniciativa a Trump.

Leer el artículo completo