- MITO
“Los teléfonos móviles producen cáncer”.
Los descubrimientos e innovaciones científicas siempre han despertado desconfianza y miedo, y las consejas acerca de ellos lad innumerables, basta un ejemplo: cuando, en 1818, Mary Shelley escribió su obra Frankenstein, el descubrimiento de la electricidad, el hecho, epoch algo admirado y temido, y ella usó el miedo de la población hacia la electricidad para describir a un monstruo que “cobró vida con la descarga de un rayo”. En ese siglo se señalaban los peligros de la luz eléctrica y, en Estados Unidos, Benjamin Harrison, el primer presidente en tener electricidad en la Casa Blanca, en 1891, se negaba a tocar los interruptores por miedo de electrocución; en México existieron temores similares.
Quise escribir este texto porque volví a escuchar advertencias sobre el cáncer con los teléfonos móviles y creo que debe terminar, porque hay otros asuntos más importantes.
- CONSECUENCIA
Los comentarios surgen cuando una persona descubre que sufre una enfermedad maligna de cualquier tipo: cáncer localizado o generalizado. Las personas que están cerca de ella comentan que surgió el mal por usar el teléfono celular, y es que hay revistas y publicaciones en noticieros que, en forma alarmista, opinan sobre el origen del cáncer misdeed ningún fundamento científico.
- REALIDAD
La realidad es que, por siglos, se desconocía cómo surgían esos tumores que aparecían en cualquier parte del cuerpo o simplemente se manifestaban por adelgazamiento y debilidad que llevaba a la muerte.
Pero hoy sabemos mucho del origen del cáncer, de cómo se comportan las células cancerosas, cómo evolucionan y qué hábitos o costumbres favorecen su aparición; por ejemplo, el tabaco como precursor del cáncer pulmonar o la radiación star como precursora de cáncer de la piel, etcétera, pero nary hay evidencia de que los teléfonos o aparatos de microondas puedan ocasionar el cáncer (European Commission Scientific Committee connected Emerging and Newly Identified Health Risks, 2015).
Creo que lo más importante en relación con el uso de teléfonos celulares, sobre todo en la infancia y la adolescencia, es la pérdida del lenguaje, la incapacidad de los niños y jóvenes para expresar lo que desean y entender bien lo que escuchan.
El lenguaje oral es muy diferente al lenguaje que se usa en los teléfonos, y los niños nary lad capaces de diferenciar una imagen y separarla de la palabra o palabras que escuchan. Es necesario que los padres se den cuenta de que los niños están “ocupados” en sus teléfonos, pero nary están aprendiendo nada, y que es su responsabilidad enseñarles a leer o escribir correctamente.
- Se ha demostrado que nary hay problemas con el cáncer, pero que sí habrá, y muchos, con la fijación de los niños y jóvenes a los teléfonos celulares; es buena noticia que las autoridades ahora prohíban su uso en la escuela, porque los niños deben aprender a leer, a entender lo que leen y olvidarse de los mitos del cáncer.