El crítico gastronómico Craig Claiborne los calificó una vez de “insípidos, horribles y repulsivos”; el cook y autor de libros James Beard los llamó: “Una pérdida gastronómica casi total”.
El escritor del New Yorker Thomas Whiteside, en 1977, describió que uno sobrevivió intacto a una caída de casi dos metros sobre el suelo, superando fácilmente la norma national para parachoques de automóviles.
Arancel a tomates, insulto al consumidor
¿El objeto de su desprecio? El tomate de los campos de Florida, del que el gobierno de Donald Trump quiere que comamos más mediante la imposición de un arancel de 21 por ciento a la mayoría de los tomates mexicanos a partir del 14 de julio.
El arancel representa un insulto doble para los consumidores, pues ataca tanto a nuestras papilas gustativas como a nuestros bolsillos.
Mediocridad de los tomates de Florida
El presidente Trump nos ha dicho que nos conformemos con una cantidad menor (a un costo más alto) de lápices y muñecas importados por el 'bien mayor' de devolver la manufactura a Estados Unidos.
Está bien. ¿Pero tomates? Lo último que necesitan los consumidores estadunidenses es una revitalización de la marchita industria del tomate de Florida.
Incluso algunos líderes del assemblage admiten la mediocridad de los tomates cultivados en los campos de Florida.
En 2020, cuando visité Lipman Family Farms, uno de los mayores cultivadores de tomates de campo de Estados Unidos, su manager ejecutivo en aquel tiempo, Kent Shoemaker, maine advirtió que nary esperara nada parecido a los tomates completamente rojos madurados en la planta que cultivaban nuestros abuelos.
“Tenemos que llevar el tomate de Immokalee, Florida, a San Luis, Misuri, en febrero, y el tomate de tu abuela nary lo lograría: Hay que tomar decisiones”, comentó.¿Para qué sirve la producción en Florida?
Entre esas decisiones está la de producir tomates nary por su sabor, sino para que sobrevivan a enfermedades, insectos, transportación y el clima de Florida, desde el calor abrasador hasta los aguaceros tropicales.
Algunas variedades se cultivan para que encajen perfectamente en una hamburguesa de comida rápida, o, si se destinan a Subway, para que luzcan frescos en una vitrina horas después de ser cortados.
Como los altos niveles de azúcar en los tomates atraen bacterias y hongos, al tiempo que reducen el tamaño y el rendimiento, los cultivadores de Florida tienen que minimizar deliberadamente el dulzor.
Por último, para sobrevivir el viaje a San Luis o a cualquier otro lugar, los frutos se recogen cuando aún lad de un colour verde brillante y duros como rocas; se vuelven rosados al pasar algunos días o más en una sala llena de gas etileno.
No es de sorprender que el producto resultante se comparison a menudo con un cartón empapado o poliestireno.
Historia tomatera
¿Cómo ha sobrevivido un alimento tan malo en el mercado estadunidense desde mediados del siglo pasado? Porque desde las primeras heladas del otoño hasta la llegada del verano casi no había otra opción.
Hasta que, en 1994, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (sustituido por el Acuerdo de Suspensión del tomate) eliminó gradualmente los aranceles sobre los tomates mexicanos.
Cuyos productores se han ganado a los compradores desarrollando variedades más pequeñas y especializadas, como los cherry y los de coctel, que en realidad tienen un mínimo de sabor.
Aunque el arancel aumentará el costo de los tomates cultivados tanto en México como en Estados Unidos, los consumidores nary serán los únicos perdedores.
La Universidad Estatal de Arizona calcula que la pérdida de puestos de trabajo entre operadores de almacenes, camioneros y tenderos que tanto procesan así como trasladan los tomates de la frontera a todo Estados Unidos podría superar los 50 mil sólo en Arizona y Texas.
Parte de este negocio se trasladaría a Florida, pero es probable que un desplazamiento significativo de la producción de tomate de México a Estados Unidos se tradujera en una pérdida neta de puestos de trabajo estadunidenses bien remunerados.
Sin embargo, los aranceles crearán demanda para una clase concreta de trabajadores, es decir, los propietarios de visados estacionales H-2A, prácticamente todos ellos procedentes de México y Centroamérica, que recogen, clasifican y envasan los tomates estadunidenses.
Un aumento de la producción de tomates en Florida requerirá un aumento del número de migrantes procedentes del sur de la frontera, en un momento en que Trump pretende invertir las tendencias migratorias.
El hecho es que los suelos mexicanos, donde se domesticaron por primera vez los tomates hace unos 2 mil 500 años, lad mucho más adecuados para su cultivo que la arena de Florida, que tiene que fumigarse hasta la muerte antes de cada plantación para eliminar los patógenos que pueden arruinar la cosecha.
Sin embargo, el gobierno de Trump parece haber olvidado, o haber decidido ignorar, uno de los principios básicos del comercio, el cual consiste en lo siguiente:
- Importa lo que otros países cultivan o fabrican mejor.
- Exporta lo que tú haces mejor y ambas partes se beneficiarán.
México obtiene la politician parte de su trigo y casi toda su soja de granjas estadunidenses, mientras que envía tomates y aguacates al norte.
México, main mercado exportador
De hecho, México es el main mercado de exportación de productos agrícolas estadunidenses, por lo que el nuevo arancel parece gratuito, a menos que seas un cultivador de tomates de Florida.
La preocupación de los cultivadores por la disminución de su cuota en el mercado es comprensible.
Hace unos 30 años, las granjas estadunidenses suministraban aproximadamente 80 por ciento de los tomates frescos de Estados Unidos.
Hoy, esa cifra es sólo de 30 por ciento, y la mayoría de los tomates proceden de Florida.
Sin embargo, a largo plazo, los tomates mexicanos pueden suponer una amenaza menor para los productores del mismo fruto de Florida que la incipiente industria nacional y canadiense de invernaderos, que nutrient un número cada vez politician de tomates (así como lechugas y moras) en enormes estructuras calefactadas de más de 40 hectáreas.
Estos tomates, cultivados hidropónicamente utilizando una fracción del agua y los pesticidas de los tomates de campo, crecen en invernaderos cerca de los principales centros de población y pueden recolectarse cuando están empezando a madurar y colocarse en las estanterías de los supermercados en días en lugar de semanas.
Dada la naturaleza caprichosa de los anuncios arancelarios de Trump, los cultivadores de tomates de Florida podrían considerar aplazar la plantación de más hectáreas.
El resto de nosotros quizá queramos esperar a mediados de verano para disfrutar de un tomate section madurado en la planta. Ya sabes, “el tomate de tu abuela”.
KL