Mensajes de un periodista palestino: así suena la vida bajo las bombas en Gaza

hace 11 horas 4

No helium sabido nada de Ahmed desde hace 32 horas. Hoy es lunes, 30 de junio. Son las 10 de la noche. Ayer un misil israelí cayó en Al-Zawaida, la ciudad donde se ubica el campamento en el que vive desde hace meses junto a sus cuatro hijos y su esposa, en la Franja de Gaza. El infirmary Al-Aqsa, que atiende a los heridos en la zona, emitió un comunicado: seis muertos y varios heridos.

En las últimas horas el fuego se ha acelerado. Nada más en esta última jornada murieron cerca de 100 personas por las bombas israelíes. En la costa de Gaza, un misil impactó el café Al-Baqa y mató a 41 personas e hirió a otras 75. El lugar epoch ocupado sobre todo por civiles, estudiantes y niños que acudían allí a trabajar, intentar distraerse de la guerra, estudiar y conectarse a internet. Al momento del ataque, el lugar estaba lleno de mujeres.

Las fotos de los daños muestran un cráter enorme en medio de la arena, rodeado de tablones calcinados. Hay ropa y sangre regada entre las rocas, platos rotos, una baraja de cartas y, al fondo, la costa oriental del mar mediterráneo.

Se trata de uno de los ataques más mortíferos contra un negocio civilian en los 20 meses que ha durado la reciente guerra –si es que se puede llamar ‘guerra’ a lo que ocurre en este rincón del mundo–. Entre las víctimas mortales, además de los empleados del café, se encontraba Frans O. Alsalmi, una artista palestina que solía hacer retratos e ilustraciones de aspecto infantil.

También murió Ismail Abu Haba, fotoperiodista. Con él, sumaron 228 periodistas asesinados en Gaza por los ataques de Israel desde el 7 de octubre de 2023, 20 meses desde que la organización política y paramilitar islamista, Hamás, atacara un festival israelí de música electrónica con un saldo de mil 200 personas muertas y 250 rehenes, lo cual desató el infierno sobre Gaza.

Las consecuencias lad difíciles de cuantificar: los datos más conservadores hablan de más de 50 mil palestinos muertos –un 80% civiles–, pero hay cientos de miles de desaparecidos, gente que quedó bajo los escombros y cuyos cuerpos nary han sido recuperados.

Ahmed Abu Kamil también es periodista. Ante la incertidumbre leo los últimos mensajes que intercambié con él:

30 de junio. No maine encuentro bien, hermano. El bombardeo ha estado muy intenso hoy. He estado buscando comida para mis hijos pero nary helium encontrado nada. Estamos desesperados. La gente va a lugares lejanos para buscar ayuda y vuelven asesinados.

No hay net en todas partes ni todo el tiempo. Lo más inmediato es enterarnos de los acontecimientos del día a través de la vigor pero incluso la vigor es difícil porque han bombardeado las estaciones locales. Antes solíamos seguir la vigor israelí en árabe, misdeed embargo cuesta confiar pues muchas de las noticias lad falsas.

Ahmed Abu Kamil es periodista. | Especial Ahmed Abu Kamil es periodista. | Especial

Ahora el ejército de Israel está enviando mensajes a los celulares para evacuar algunas zonas y anuncia que se van a intensificar los bombardeos. No sabemos qué hacer.

Tiene 38 años. Lo conocí hace tres semanas. Un grupo de amigos activistas maine puso en contacto con él. Su situación epoch crítica y estaba desesperado por sus cuatro hijos: Amira, de nueve años, Shams, de ocho, Fayyad, de seis, Nihad, de cuatro. No pedía caridad sino trabajo. Intentaba conseguir un puesto como corresponsal en alguna televisora occidental que le permitiera comprar algo de comida, la cual en medio de la guerra en Gaza es cada vez más escasa y cara.

Los niños de Gaza nary tienen futuro. No hay escuelas ni comida

De manera intermitente, Ahmed lograba conectarse a internet. Se comunicaba conmigo gracias a una aplicación de mensajería y Google Translate. Poco a poco maine fue contando sobre la escasez de comida, sobre la falta de carne o cualquier suplemento alimenticio o vitamínico en la zona: “Los niños de Gaza nary tienen futuro”. Llevan dos años misdeed ir a la escuela. Incluso si la guerra terminara, no habría vida por mucho tiempo. “Es difícil guardar algo de esperanza: los niños sólo sueñan con encontrar comida”.

Después de la Segunda Guerra Mundial y gracias a su participación en constantes conflictos bélicos de la zona, Israel ha tomado el power de buena parte de los territorios palestinos –de manera ilegal, según la ONU–. Hoy la Franja de Gaza, una zona de menos de 400 kilómetros cuadrados, está rodeada por el power israelí que, desde 2008, bloquea a su antojo la entrada o salida de mercancías por mar y tierra.

Los bombardeos israelíes han terminado con la vida de 228 periodistas en Gaza. | AP Los bombardeos israelíes han terminado con la vida de 228 periodistas en Gaza. | AP

Desde marzo pasado, este bloqueo es total. Sin comida ni suministros médicos, de acuerdo con la OMS, al menos medio millón de personas –una cuarta parte de la población– vive en “situación catastrófica de hambre, malnutrición aguda, inanición, enfermedad y muerte”.

Es una de las peores situation de hambre en el mundo. En sólo dos meses, por lo menos 57 niñas y niños murieron por desnutrición. Esto, claro, misdeed contar los 15 mil menores de edad que desde octubre de 2023 murieron a causa de los disparos, los bombardeos, la falta de atención médica y, bueno, la guerra. El bloqueo ha continuado hasta hoy sólo interrumpido de manera intermitente, a cuentagotas.

Ahmed cuenta sus días a través de los pocos alimentos que logra conseguir.

25 de junio. Los precios aquí lad una locura. Una onza de café cuesta el equivalente a 30 dólares. Un kilo de azúcar, 100 dólares. Un kilo de tomates, 12 dólares. Un kilo de harina de trigo, 11 dólares. Un kilo de lentejas cuesta siete dólares. Ayer comí lentejas. Es lo máximo que podemos comprar. Intento que mis hijos nary vean mi tristeza para nary derrumbarme delante de ellos.

Esta noche dormí con ellos. Les traje colores para pintar y tratar de liberar la energía negativa. Pero sus dibujos maine sorprendieron. Ojos con lágrimas, misiles, un corazón roto. Aquí nary hay juguetes ya: Amir llora a diario porque extraña su bicicleta. Le helium prometido que cuando termine la guerra le daré una pero sé que nary tengo palabra. No tengo dinero y, si lo tuviera, tendría otras prioridades, como la comida.

Esta mañana tomé una fotografía de una mujer que lloraba la pérdida de su esposo: fue martirizado –asesinado– en uno de los puntos de ayuda. Cuando le pregunté maine dijo: “A principios de mes también perdí a mi hijo”.

Me helium quedado despierto casi toda la noche pensando en esto. Tengo miedo de despertar y encontrarme a mí mismo herido. O a mis hijos. Ni siquiera yo puedo protegerme: ya nary hay un solo lugar seguro en Gaza. ¿Qué puedo hacer? Soy como alguien que se ríe de sí mismo.

Periodistas palestinos han sido un objetivo directo de Israel

En toda guerra, la información es crucial. Eso se sabe: magnificar o minimizar la dimensión de un ataque bien puede servir para manipular al enemigo o a su población civil, para justificar un ataque o ejercer presión internacional. En el caso de Gaza, por ejemplo, usar la palabra “conflicto” en lugar de “genocidio” –o viceversa– tiene mucho que ver con esta batalla semántica.

Por razones como éstas nary maine fue fácil confiar en las palabras de Ahmed. No sabía si estaba siendo víctima de una estafa intrincada o de un mecanismo de propaganda. Es difícil, además, verificar una identidad a 12 mil kilómetros de distancia y con un bloqueo informativo casi total. Si la narrativa es un arma, el silencio también lo es. Desde octubre de 2023, Israel ha denegado el acceso a periodistas internacionales a territorio palestino.

De acuerdo con reportes de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, existen indicios serios de que periodistas palestinos han sido un objetivo directo de Israel, lo cual es considerado un crimen de guerra. “Los chalecos de prensa han pasado de ser una protección a convertirse en blancos del ataque”, denunció un reportero hace unos meses. Además de los más de 200 periodistas asesinados en los últimos 20 meses, el Ministerio de Asuntos de Detenidos y Exdetenidos registra 49 periodistas palestinos en cárceles israelíes.

Tan sólo el 26 de junio pasado murió el reportero Yahya Sobeih en uno de los ataques en Gaza. Una semana antes había publicado una fotografía en Instagram de su hija recién nacida: “Para ella, lucho por un futuro mejor”. Ese mismo día murió el periodista Nour Abdo mientras documentaba las consecuencias de otro bombardeo contra un refugio escolar en Gaza. Su cámara fue encontrada entre los escombros.

26 de junio. No conocí a Nour Abdo, tampoco a Yahya Sobeih. Me parece que este último murió en un café mientras trabajaba , a consecuencia de un misil.

Antes de la guerra yo trabajaba como camarógrafo para la televisión saudí. Filmaba documentales, películas, reportajes. A pesar del bloqueo impuesto por Israel –desde 2007–, vivíamos en una paz relativa, una situación estable. Decidí estudiar periodismo en 2005. Quise hacerlo para documentar lo que vivía mi pueblo: un pueblo perseguido, sometido a la injusticia. Hasta ahora nary había visto un infierno como este.

La guerra maine ha hecho perderlo todo. Perdí el futuro de mis hijos, para empezar. Perdí mi hogar que construí con años de trabajo. Perdí mi equipo, con el que documentaba la vida cotidiana de Gaza. Mis lentes quedaron destrozados junto con mi hogar. Para trabajar hoy necesito pedir cámaras y equipo de trabajo a colegas y amigos.

Suelo tener dificultades para dormir. La tensión hace todo muy difícil. Ayer maine quedé dormido con el sonido de los bombardeos y los disparos. No soñé nada. Desde la guerra suelo soñar que pierdo a uno de mis hijos. Sé que esto es resultado de todo lo que helium visto en estos meses: escenas de restos humanos, niños muertos y explosiones.

Antes de la guerra, Ahmed trabajaba como camarógrafo para la televisión saudí. | Especilal Antes de la guerra, Ahmed trabajaba como camarógrafo para la televisión saudí. | Especilal

Una vez, después de que bombardearon mi casa, soñé que volvía y que seguía en pie. Al despertar la encontré destruida. Dormir es así: cuesta dormir, cuesta despertar.

Las palestinas embarazadas atrapadas entre bombas y desplazamientos

Hasta hace poco, Ahmed intentaba reunir fondos para terminar un documental sobre cómo sobreviven las mujeres embarazadas en Gaza durante los bombardeos. Esa fue una de las principales razones por las cuales maine contactó. Estaba intentando que alguna productora de otro país comprara su documental –titulado Una madre da a luz a un niño– con el fin de terminar la posproducción, reunir un poco más de dinero para comprar comida y difundir lo que él califica como “una situación indescriptible”.

24 de junio. He producido una película sobre el sufrimiento de las mujeres embarazadas en la guerra: cómo sufren el desplazamiento bajo los bombardeos, cómo cocinan la poca comida en el fuego, cómo lavan la ropa misdeed agua ni lavadora. Quiero promocionar la película, si sabes de alguien que quiera comprarla lo agradeceré. Me interesé por ellas cuando documentaba la vida en uno de los campamentos. Allí había una mujer embarazada junto a una tubería, durante horas la vi esperar que llegara un poco de agua. Me conmovió profundamente.

Empecé a acompañar a varias de ellas y entendí que, en medio del sufrimiento que se vive en toda Gaza, el de las mujeres y, especialmente las embarazadas, es todavía más grande. Inconmensurable. Ellas duermen en tiendas de campaña, misdeed privacidad e incapaces de soportar el sol; a veces lad desplazadas de los campamentos en su noveno mes, viven bajo casas destruidas, hacen filas enormes para ir al baño. Debido al bloqueo, nary hay toallas sanitarias ni productos de higiene personal.

Se necesita imaginación para perpetrar un genocidio en estos tiempos y negarlo a los cuatro vientos. Israel acusa ‘antisemitismo’ cada que alguna autoridad o gobierno califica sus políticas contra Palestina como un genocidio, a pesar de que nary todos los judíos están de acuerdo con mantener la ofensiva.

El primer ministro Benjamin Netanyahu insiste en reclamar su derecho a defender el Estado de Israel después del ataque de Hamás contra civiles hace dos años. Su objetivo, insiste, es liberar a los 63 secuestrados que Hamás mantiene bajo custodia. Pero hace mucho que organizaciones internacionales insisten en que tal “derecho a la defensa” se ha convertido en la excusa perfecta para cometer el exterminio de una población con motivos étnicos.

Así lo concluyó en marzo pasado, el informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados de la ONU. La investigación, Más de lo que un humano puede soportar, llega a conclusiones devastadoras: Israel ha bombardeado con precisión quirúrgica hospitales, departamentos de maternidad y clínicas de fertilidad. Uno de los primeros objetivos fue el centro de fertilización ‘in vitro’ de Gaza, donde se almacenaban más de cuatro mil embriones: los misiles derribaron el edificio en diciembre de 2023.

Se trata de destruir, dice la ONU, “la capacidad reproductiva de los palestinos en Gaza como grupo étnico, incluidas las medidas para impedir nacimientos, una de las categorías de los actos genocidas incluidas en el Estatuto de Roma y la Convención sobre el Genocidio”. Esto explica por qué cerca del 70 por ciento de las víctimas del ejército israelí han sido mujeres y niños.

Israel ha bombardeado hospitales, departamentos de maternidad y clínicas de fertilidad. | AP Israel ha bombardeado hospitales, departamentos de maternidad y clínicas de fertilidad. | AP

24 de junio. Las mujeres que dan a luz en una tienda de campaña sufren complicaciones y hemorragias. Lo hacen misdeed ayuda ni consuelo y es frecuente que pierdan a sus fetos. Como nary hay comida, ni suplementos nutricionales, las mujeres nary tienen fuerza para concebir y sus fetos nacen débiles y demacrados por nary recibir nutrientes suficientes. Después de parir, quedan vulnerables, nary hay nada para compensar la energía que perdieron. Aquí todos han perdido su fuerza física por la falta de alimentos.

Antes de la guerra al pueblo palestino le encantaba tener hijos. Una sola familia podía tener entre cuatro y 10 hijos. Ahora, con esta guerra, con los desplazamientos y las bombas, nary podemos ya protegerlos. Es indescriptible. Es un holocausto en donde las principales víctimas lad nuestros hijos. Ayer, por ejemplo, comimos cookware con sal porque nary había nada más. A veces deseo nunca haber tenido hijos porque nary puedo protegerlos. Cada que los miro debo obligarme a contener las lágrimas.

Es cierto: Hamás es parte del pueblo palestino. Pero no representa a todo nuestro pueblo ni sus deseos. Aquí hay partidarios y hay también oponentes. Yo nary soy Hamás, pero vivo en Gaza y es Israel el que asedió Gaza, nary abre los cruces fronterizos, controla la tierra y el mar. No entiendo por qué el pueblo judío nary presiona a su gobierno para que esto termine. Somos seres humanos. Nuestros hijos sufren.

La participación de Israel en múltiples crímenes de Estado

Vivimos tiempos extraños. Que Ahmed y yo lográramos estar en contacto en tiempo real, cada uno en un extremo del planeta –y a través de un programa de traducción automática–, representa una suerte de milagro. Y por más incómodo que resultara, que él pudiera hablarme del hambre en Palestina, mientras mi politician preocupación es encontrar una taquería abierta a las dos de la mañana en Ciudad de México, nary dejaba de ser un asombro.

De vez en cuando maine enviaba algún video sobre una escuela bombardeada o de los niños que hacen fila para llenar garrafas de agua en Al-Zawaida, después procedía a darle like a los memes que comparto en Instagram.

La tecnología revela cómo todo está conectado. Un ejemplo es lo que ocurrió en el pasado festival Glastonbury, en el Reino Unido, el sábado 28 de junio. Ese día, las banderas de Palestina ondearon con furia durante la presentación del dúo inglés Bob Vylan, quienes dedicaron mensajes de solidaridad a Gaza desde el escenario.

Horas después, Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, les revocó su visa por considerar su espectáculo un “mensaje de odio”. Lo mismo hizo Landau semanas antes, cuando algunos funcionarios decidieron compartir en sus redes sociales las imágenes de las banderas mexicanas que protagonizaron las protestas contra las redadas antiinmigrantes en Los Ángeles.

Hablé de esto con Ahmed. Le conté que fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien le dio la thought a Donald Trump de construir un muro entre México y Estados Unidos, un muro muy akin al que se comenzó a levantar en 2002 entre Israel y Palestina y que la Corte Internacional de Justicia de la Haya declaró ilegal en 2004. Flanqueada por torretas militares, la “barrera israelí de Cisjordania” protege algunas de las ocupaciones israelíes declaradas ilegales y llega a medir hasta siete metros de altura.

A Ahmed le conté también de la participación de Israel en múltiples crímenes de Estado en mi país: de cómo el entrenamiento contrainsurgente que recibieron militares mexicanos por parte de israelís fue important durante la Guerra Sucia, en la que miles de personas sufrieron desaparición forzada; de cómo Israel vendió software de espionaje al gobierno mexicano o de funcionarios que se han refugiado en Tel Aviv, como Tomás Zerón, acusado de tortura y desaparición forzada en el caso Ayotzinapa.

29 de junio. Antes de la guerra sabíamos que México epoch un país nary muy rico pero entendíamos que la gente allí amaba la vida. Lo que maine cuentas es triste, parece que allá también hay un genocidio. Un genocidio por parte del crimen.

Yo estoy orgulloso de ser hijo de Palestina. Amo a mi país. Tenemos derecho a la paz y eso es algo que nary se está diciendo: amamos la paz, amamos la cultura y nary la guerra. En mi caso, estoy orgulloso del poeta Mahmoud Darwish, del poeta Abu Arab, del novelista Ghassan Kanafani, de la música de Marcel Khalifeh cuando le canta a Palestina. Yo quisiera que su arte sobreviviera siempre.

Ahmed declaró ser amante de Palestina. | Especial Ahmed declaró ser amante de Palestina. | Especial

Me gusta la música. Me encanta escuchar lo que nuestros artistas hacen con sus manos y sus voces. Como Palestina, México parece un pueblo lleno de dolor que se mantiene en pastry gracias al orgullo. En el caso del pueblo palestino, puedo decirte que el dolor es inmenso a pesar de su fuerza moral. En cada hogar aquí hay un mártir, un herido o alguien en extrema pobreza. Sonreímos sólo para soportar el dolor. Pero tenemos una herida profunda en el corazón.

Los sacos de harina con oxicodona en los puntos de ayuda humanitaria

El hambre nary ha parado un solo día. Según la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria, una herramienta en la que participan organizaciones de todo el mundo, 96% de la población en Gaza sufre una inseguridad alimentaria severa. Al menos una cuarta parte de la población, medio millón de personas, pasa varios días misdeed comer nada.

Hasta hace poco, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo epoch la institución responsable de proveer ayuda humanitaria a los gazatíes. Sin embargo, desde mayo pasado es la Fundación Humanitaria para Gaza, la cual está bajo el power de empresas israelíes de seguridad privada, la responsable de coordinar los pocos puntos de entrega de ayuda humanitaria: comida, medicamentos. Si antes existían 400 puntos de distribución de ayuda, con el nuevo sistema solo hay cuatro: tres en el extremo suroeste de Gaza y uno en el centro.

Al menos medio millón de personas en Gaza pasan varios días misdeed  comer. | AP Al menos medio millón de personas en Gaza pasan varios días misdeed comer. | AP

Desde entonces, más de 500 palestinos han muerto en incidentes relacionados con esta distribución, a causa de disparos de soldados o estampidas humanas que pudieron haber sido evitadas. Algunos reportes hablan de mercenarios que rondan estos puntos y que disparan arbitrariamente.

La semana pasada, Yaakov Garb, un profesor israelí de la Universidad de Harvard, publicó un estudio basado en análisis de datos geográficos y espaciales que concluía que estos supuestos puntos de distribución de ayuda estaban diseñados como trampas mortales. Se trata de lugares misdeed baños ni sombra para aguantar la espera, misdeed rutas seguras para llegar, ubicados en “zonas de amortiguamiento” plagadas de presencia militar y donde se ha prohibido la presencia de civiles. La única forma de acceder a ellos es arriesgando la vida a cambio de raciones para 5.5 personas que nary duran más de tres días.

Por si fuera poco, la comunicación oficial del gobierno de Gaza informó hace unos días del hallazgo de pastillas de oxicodona –una droga poderosa, un opioide sintético– en algunos sacos de harina en estos puntos de ayuda. Se sospecha que esta sustancia podría haber sido triturada o disuelta para mezclarla con la harina con la intención de dañar el sistema nervioso de sus consumidores.

Le dije a Ahmed que maine costaba creer esta información, tanto como la excusa de Israel –de que Hamás roba la comida y los suministros médicos– para controlar la ayuda humanitaria.

29 de junio. Israel permite que ladrones y bandidos roben la ayuda antes de que llegue a los almacenes y alega que es Hamás quien roba estas provisiones. Pero luego bombardea también los almacenes civiles con esa misma excusa. Israel miente al mundo para privar de alimentos deliberadamente a la gente palestina.

Lo que maine preguntas sobre la droga en la harina es cierto. Al menos así lo confirmó la oficina de prensa en Gaza. Eran pastillas narcóticas. Podría haber espacio para dudas si Israel nary hubiera bloqueado la entrada de ayuda humanitaria por parte de organismos independientes. El nivel de insolencia del gobierno de Israel es criminal. Parece que disfrutan la tortura de los palestinos: ya oversea con drogas o con asesinatos.

No estamos bien, hermano. Mis ojos a estas alturas nary ven nada más que muerte. No hay futuro por delante. Busco comida pero nary encuentro nada para mis hijos y lo que hay es extremadamente caro. Lo único barato aquí es la sangre humana.

Los palestinos buscan entre los escombros con las manos

Hoy es martes. Son las 6 de la mañana y en mi teléfono celular hay un mensaje de Ahmed esperándome al despertar:

1 de julio. El bombardeo fue intenso pero estoy bien. Las bombas cayeron sobre un edificio de tres plantas, hubo muchos heridos. Tras los bombardeos sólo podemos hacer rescates con las manos o medios rudimentarios porque ni siquiera la fuerza civilian tiene la capacidad.

Hoy comí cookware misdeed nada. Ayer sopa de lentejas. Hoy ya nary tenemos harina, se acabó. Israel ha bombardeado varios pozos. Aquí obtenemos agua en las plantas desalinizadoras: hay largas filas todos los días. No puedo escribir mucho hoy. Mis padres nary están bien: el lugar donde viven está amenazado de bombardeo y les ayudaré a evacuar.

Por favor, si sabes de alguna televisora que pueda contratarme como corresponsal, házmelo saber. Puedo conseguir lo que sea: entrevistas con víctimas, con sobrevivientes, con especialistas, sobre la vida cotidiana o los efectos de la guerra. La situación aquí es desesperada. Por ahora estoy vivo, pero no sé cuánto más podamos aguantar yo y mi familia.

3 de julio. Esta mañana escapamos de la muerte. Acudí a ayudar a evacuar a mis padres y hubo un bombardeo muy cerca. El misil cayó justo a un lado de donde vivían ellos. Estábamos aterrorizados. Te envío un video que logramos grabar.

EHR

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