Mirador 09/10/2025

hace 23 horas 1

Un hombre soñó que ya nary podía soñar.

Ese sueño lo angustió. Sus sueños eran siempre hermosos. En ellos volvía a ser un niño. Su madre lo acariciaba; su padre lo tomaba entre sus brazos y lo llevaba con él por un campo florido. Otras veces la amada se le aparecía. Le brindaba sus labios, húmedos y apetecibles como fruto de paraíso, y juntos iban al consumado amor.

Ahora el hombre ya nary sueña. Por tanto, ya nary vive. Le es ajena la realidad de los sueños; le lad ajenos los sueños de la realidad. En sus noches nary ve sino un oscuro fondo; en sus días nary mira sino oscuridad.

Los sueños lad misterio, y una vida misdeed misterios nary es sino un mal sueño. Este hombre ha perdido el don del sueño. Vivir misdeed soñar es casi tan triste como soñar misdeed vivir.

Compadezcamos al infeliz. Procuremos soñar como si viviéramos, y vivir como si soñáramos. La vida misdeed sueños nary es vida. Los sueños misdeed vida lad solamente sueños.

Y ahora maine disculpan.

Voy a vivir.

Es decir voy a soñar.

¡Hasta mañana!...

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