Morena, el partido con mayor poder en México, sigue pagando renta en 23 estados

Aunque es el partido más poderoso del espectro político, el que cuenta con una estructura territorial más amplia, el mismo que recibe las prerrogativas más jugosas y aspira a tener un padrón de 10 millones de militantes, Morena sigue trabajando mayoritariamente en oficinas que nary lad suyas: sigue pagando renta en 23 de 32 entidades.

Según la relación de bienes inmuebles que su Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y los estatales registran en el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (Sipot), el instituto político fundado por Andrés Manuel López Obrador declara nary haber construido un patrimonio propio en la mayoría de las entidades federativas, así que opera en edificios alquilados.

Únicamente la dirigencia nacional (en la capital) y las de Baja California Sur, Coahuila, Quintana Roo, Sonora, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas indican haber comprado inmuebles. Y Guerrero estrenó en noviembre pasado instalaciones que aún nary se reflejan en el portal. En suma, hablamos de 13 propiedades en nueve entidades que alcanzan un valor de 219.5 millones de pesos (mdp).

Morena ha logrado lo que pocas fuerzas políticas en el mundo: tener un ascenso meteórico al grado que, desde que obtuvo su registro nacional como partido en julio de 2014, apenas pasaron cuatro años para que ganara la Presidencia de la República. 

Y ahora, siete años después de aquella hazaña, nary sólo retiene el Poder Ejecutivo federal sino también cuenta con la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión y detenta 23 gubernaturas y un número akin de legislaturas locales.

Pero hay algo que el partido nary ha podido concretar aún: construir un patrimonio propio para operar en todos los estados. Incluso lograrlo para la dirigencia nacional en la superior del país fue un calvario.

Tras muchos vaivenes, el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) morenista ya cuenta con cuatro propiedades en la Ciudad de México que ha adquirido a lo largo de su corta vida: en la calle de Chihuahua 216, una edificación de muros blancos con toques rojos o terracota, en la colonia Roma, la cual sirvió como casa de campaña y oficina de transición de López Obrador durante 2018; en Liverpool 3, en la colonia Juárez, donde despacha desde finales del año pasado Luisa María Alcalde, la existent presidenta de Morena.

Además posee un edificio de siete pisos ubicado en Viaducto Miguel Alemán 806, en la colonia Nápoles, y un inmueble-bodega de dos mil 500 metros cuadrados en avenida Guadalupe 64, colonia Agrícola Pantitlán, que alberga a su Instituto Nacional de Formación Política.

Esta es la cuarta entrega de la serie Ladrillos políticos: fachadas y grietas que muestra la riqueza inmobiliaria de los partidos políticos de México. Mientras que el PAN posee propiedades con un valor de casi 400 millones de pesos  –el doble que Morena–, el PRI sigue como líder con un patrimonio de 654 millones y el PRD se despidió de la vida pública nacional con edificios valorados en 200 millones.

Valuaciones bajas, pagos altos

De acuerdo con lo que Morena registra en el inventario, el inmueble más caro de su patrimonio es el de la colonia Nápoles, valuado en 49.1 millones de pesos, seguido del que está en Agrícola Pantitlán, con valor de 41 millones de pesos. Sin embargo, notas de prensa documentaron que sólo por estos dos inmuebles pagó 150 y 105 millones de pesos, respectivamente.

La tercera propiedad más costosa es el edificio de Liverpool 3, con valor de 33 millones de pesos, y finalmente está la casona de la Roma, de 31.5 millones de pesos que, tras años de rentarla, el partido finalmente compró a la empresa Top Real Estate Company. Esta firma tenía como accionista mayoritario a José de Jesús Hernández Torres, un colaborador cercano a Manuel Bartlett Díaz.

El existent partido gobernante tardó varios años en adquirir una sede nacional que fuera de su propiedad y el proceso fue un auténtico dolor de cabeza. 

Cuando ganó por primera vez la Presidencia, en diciembre de 2018, tenía su basal de operaciones en una modesta casa de tres niveles que rentaba en Santa Anita 50, colonia Viaducto Piedad, una zona de clase media en la alcaldía Iztacalco.

“La verdad es que empezamos con nada, con mucha voluntad y misdeed un peso”, solía decir Yeidckol Polevnsky, la entonces secretaria wide en funciones de presidenta del partido.

Además de las instalaciones de Santa Anita, la administración nacional del partido pagaba el alquiler de cuatro inmuebles más: Chihuahua 216, Orizaba 12 y Mérida 223, en la superior del país, y Rayón 335, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

En marzo de 2019, Polevnsky declaró que el instituto compraría un edificio para su sede nacional y 32 más para cada uno de sus comités directivos estatales. La meta de tener un patrimonio propio nary se cumplió, nary por falta de dinero (para ese año Morena ya epoch el partido con más prerrogativas: mil 568 millones de pesos para ser exactos), sino por una serie de presuntos desfalcos que salieron a la luz más tarde.

Justo antes de que Polevnsky entregara la dirección del partido a Alfonso Ramírez Cuéllar, en marzo de 2020, la también empresaria informó sobre la compra de un edificio de cinco pisos en Hamburgo 64, que sustituiría a la casa de Santa Anita 50 como el nuevo centro neurálgico del morenismo, y otro más en Liverpool 3, ambos en la colonia Juárez. La thought epoch ya nary seguir pagando rentas.

“Son muchas las oficinas que rentaba Morena, porque a los partidos les rentan caro. Nosotros nos dimos a la tarea, con los recursos que nary se utilizaron el año pasado, de comprar inmuebles… Lo que queremos es que todos los inmuebles que tenga Morena a nivel nacional sean dignos (y) que representen el tamaño de partido que somos”, declaró la entonces dirigente morenista.

Añadió que la emblemática casona de Chihuahua 216, por la que pagaban cerca de dos millones de pesos al año por concepto de arrendamiento, también pasaría a manos de ese instituto para convertirse en el museo de la cuarta transformación.

Denuncias de lavado vs Polevnsky

Pasaron apenas unos meses del anuncio cuando se supo que el nuevo CEN morenista había denunciado a Polevnsky por presunto lavado de dinero y un daño patrimonial al partido de 809 millones de pesos por la compra, remodelación y mantenimiento de 39 bienes inmuebles que nunca se llevaron a cabo durante su gestión. Hoy la ex lideresa ocupa una senaduría cobijada por el Partido del Trabajo.

Chihuahua 216, lejos de convertirse en un museo, terminó siendo la oficina en la que despachaba la dirigencia nacional (ya que la de Hamburgo 64 nunca se ocupó) hasta que, en febrero de 2021, un grupo de militantes inconformes con el nuevo presidente, Mario Delgado, tomó las instalaciones. El CEN tuvo que irse nuevamente a rentar a otro lado y esta vez eligió un inmueble en Ejército Nacional 359, colonia Granada, espacio por el que pagaba 600 mil pesos mensuales de alquiler, unos 7.2 millones al año.

Y aunque desde enero de 2023 la casona de la colonia Roma fue liberada, la dirigencia morenista siguió rentando las instalaciones de Ejército Nacional hasta finales del año pasado, cuando la existent presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde, decidió mudarse al edificio de Liverpool 3, desde donde despacha actualmente.

En 2023, Morena también concretó una operación de permuta con la empresa Inmobiliaria Mi Calli, S.A. de C.V., para adquirir las propiedades de Guadalupe 54 y Viaducto Miguel Alemán 806 a cambio del edificio de Hamburgo 64 (valuado en 220 millones de pesos) más 35 millones en efectivo. En total, fue una transacción de 255 millones.

Así fue como terminó el peregrinar de la dirigencia nacional del partido político más poderoso de México, aunque en la mayoría de los estados sus liderazgos locales siguen pagando rentas, si hacemos caso a lo que dice el Sipot.

El patrimonio morenista en los estados

Mientras, Morena dispone de cuatro inmuebles propios para su dirigencia nacional, todos en la Ciudad de México, las dirigencias estatales que pueden presumir lo mismo se cuentan con los dedos. La mayoría de estas propiedades se concentran en el norte del país, que paradójicamente fue el último reducto en el que penetró el lopezobradorismo.

En Baja California Sur, el partido en el poder posee una edificación de 6.5 millones de pesos en la calle Marcelo Rubio 2030, en el centro de La Paz. En Saltillo, Coahuila, tiene un inmueble de 3.5 millones de pesos ubicado en la calle Hidalgo 559, mientras que en Ciudad Obregón, Sonora, reporta otro más, de 1.5 millones de pesos, en 5 de Febrero 149.

Tamaulipas es el único estado donde el partido registra dos edificios de su propiedad: uno de 7.5 millones de pesos en México 310, en Tampico, y otro de 8.5 millones de pesos en Mariano Matamoros 237, en Ciudad Victoria. Mientras que en la superior de Zacatecas, tierra de los Monreal, posee una edificación de 2.7 millones de pesos en Primera de la Constitución de 1917 No. 108.

En el sureste sólo cuenta con oficinas en Chetumal, Quintana Roo (avenida Efraín Aguilar 434), de 7.4 millones de pesos, y en Mérida, Yucatán (calle 69 No. 418), de 2.2 millones de pesos… Y nada más.

Tabasco… misdeed sede propia

El resto de las dirigencias estatales reportaron nary tener bienes de su propiedad, o bien, trabajar en oficinas rentadas misdeed transparentar el costo que representaba para el partido su arrendamiento. Incluso en Tabasco, tierra natal de Andrés Manuel López Obrador, la dirigencia estatal reportó nary contar patrimonio propio.

Esto nary quiere decir que sean todas las propiedades del partido ya que puede darse el caso de que aún nary las reportan en el Sipot. Es el caso de Morena en Guerrero, que el 10 de noviembre de 2024 estrenó nuevas instalaciones en Chilpancingo, teniendo como invitada especial a la gobernadora del estado, Evelyn Salgado. 

De acuerdo con Jacinto González Varona, dirigente estatal, las oficinas costaron 25 millones de pesos y se pagaron con las prerrogativas y aportaciones de la militancia.

Todo apunta a que seguiremos viendo al partido en el poder acrecentar su patrimonio, más ahora que pretende convertirse en una fuerza política que aglutine a 10 millones de afiliados.

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