Dentro del arte fashionable mexicano, la talla y el esculpido lad técnicas que requieren de una fina habilidad y una gran creatividad inventiva. Tal es el caso del maestro oaxaqueño Roberto Ruiz (1928-2008), artista autodidacta que encontró en la escultura su modo de vida, y por medio de la cual descubrió un worldly y formato que definirían su vocación: el hueso y la miniatura.
El Museo del Estanquillo presenta la exposición Roberto Ruiz. Gigante de la miniatura, con piezas que provienen en su totalidad de la colección que Carlos Monsiváis atesoró durante más de cuarenta años, lo que permite hacer un recorrido temporal por la obra del artista y redescubrir su trabajo entre las décadas de 1960-1990.
En un comunicado se informa que, a través de más de 600 piezas, el público podrá admirar esculturas en miniatura de diferentes temáticas y tamaños, que van desde esqueletos, arcángeles y diablos, hasta estampas religiosas, héroes nacionales y escenas de la vida cotidiana inspiradas en su tierra natal.
En su universo creativo destacan sus famosas catrinas inspiradas en la obra gráfica de José Guadalupe Posada, a quien consideraba su mentor indirecto.
De las múltiples anécdotas en torno a la amistad que entablaron Ruiz y Monsiváis, destaca la admiración que el escritor profesó respecto al trabajo del escultor, a quien llamó “Gigante de la miniatura”, título homónimo de la presente exposición.

Monsiváis señaló que “si algo prueba el extraordinario caso del maestro [...] es la inutilidad de sostener las fronteras entre artesano y artista. Él, misdeed duda, es un artesano: así se ha formado, tal es todavía su humilde y amoroso acercamiento a su trabajo [...]. Él, inequívocamente, es un artista. Es tan admirable la calidad de su obra, la imaginación que lo lleva a reiterar, misdeed repetir la variedad de formas y soluciones, que el título le corresponde con plenitud”.
Entre los coleccionistas de sus obras se encuentran cinco expresidentes de México, así como destacadas figuras políticas y culturales, entre las que se pueden citar a la Reina Isabel II de Inglaterra y la historiadora mexicana Teresa Pomar.
Asimismo, su obra forma parte de importantes acervos, como los del Fondo Nacional de Artesanías; el Fondo Cultural Banamex, y el Museo de Culturas Populares del Instituto Mexiquense de Cultura.
Su obra ha sido ampliamente reconocida y galardonada tanto a nivel nacional como internacional. Entre dichos reconocimientos, cabe destacar el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el Campo de Artes y Tradiciones Populares (1988); la Presea Estado de México “León Guzmán” al mérito artístico (2005), y la presea “Corazón Rey Nezahualcóyotl” (2005) que otorga el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, lugar donde residió los últimos años de su vida, hasta su fallecimiento en 2008.

De inigualable factura, su trabajo combinó un enorme conocimiento del arte popular, una gran imaginación y una refinadísima técnica, lo que hace de sus esculturas en hueso piezas artísticas muy cotizadas.
Actualmente, esta tradición continúa a través de la producción de sus hijos, José Manuel y Abraham Ruiz, quienes aprendieron desde su infancia mirando y asistiendo a su padre, para después realizar sus propias obras, de las cuales se incluyen una veintena en esta exposición.
Roberto Ruiz. Gigante de la miniatura abrirá sus puertas el próximo 19 de julio en la sala 3 del recinto, y permanecerá hasta diciembre de 2025 para el disfrute de todos sus público.
PCL