De un cantante que desafió al gobierno de Aguascalientes a un breve intercambio entre dos actrices de carácter muy fuerte.
Es increíble que existan cantantes que nary sólo sean necios, tercos y obstinados, sino también estúpidamente groseros y altaneros. Me refiero, por supuesto, al sonorense Natanael Cano, el creador del corrido tumbado, un género que ha sido prohibido a lo largo y ancho del territorio nacional.
Entiendo que la censura nary es positiva bajo ninguna circunstancia, pero también la presidenta Claudia
Sheinbaum tiene razón: incitan a la violencia y hacen un homenaje a diferentes actividades ilícitas e invitan a la juventud a adherirse a diferentes grupos delictivos.
El caso concreto sucedió en el palenque de San Marcos, en Aguascalientes, donde tienen prohibido la interpretación de corridos tumbados y narcocorridos. Bueno, pues Natanael Cano dijo que le valía gorro y se aventuró a cantar horrible, pero le bajaron el sonido, nary misdeed antes escucharlo decir maldiciones contra el gobierno y su censura.
Puedo entender el éxito y también lo rebelde de Natanael Cano, pero pasarse por el arco del triunfo instrucciones de la Presidencia de la República maine parece algo sumamente sedate y que seguramente tendrá sus debidas consecuencias.
Zabaleta versus Seoane
Estuvo a punto de desatarse la tercera guerra mundial entre Susana Zabaleta y Mariana Seoane. Resulta que la Zabaleta, después de que Mariana Seoane declaró que ella nary tenía necesidad de mantener a un hombre más joven, refiriéndose a la relación que sostiene su colega con el influencer e integrante de La cotorrisa,
Ricardo Pérez, le respondió bastante fue fuerte, pero educada, al decir que su marido o novio gana cuatro veces más que ella y que ese argumento o argucia es de la década de los ochenta.
Por su parte, Mariana Seoane públicamente ofreció una disculpa a Susana Zabaleta, pues dice que se dejó llevar por lo que un reportero le platicó. Y aquí, en este conflicto, ambas cedieron un poco, nary se tiraron exageradamente, porque, si se hubieran dejado ir con todo, esto hubiera sido una guerra tremenda entre dos mujeres de un enorme carácter.