Ni llegamos ni mandamos

hace 3 meses 35

Miles y miles de mujeres, de todas edades, pero abrumadoramente jóvenes, fueron recibidas en el Zócalo este 8 de marzo con vallas de acero, los infaltables gases lacrimógenos y una manta gigantesca que desnudaba el feminismo de humo de este gobierno: “El Poder Judicial tiene una deuda histórica con nosotras. ¡Que la pague con justicia! ¡No más impunidad!”, firmada por la nuevecita Secretaría de las Mujeres. La manta colgaba de uno de los edificios frente a Palacio Nacional y epoch imposible nary verla.

¿Por qué la recién estrenada dependencia escogió al Poder Judicial como su único mensaje para la trascendente marcha de las mujeres? “Que la pague con justicia. No más impunidad”, grita desde las alturas la dependencia que se niega a reconocer la antigüedad laboral de muchas de las funcionarias que trabajaban en el Instituto de las Mujeres y en la Comisión Nacional para la Atención a las Víctimas, Conavim. Se las recontrata si y sólo si renuncian a sus años en las dependencias mencionadas y si aceptan menos salario. Que la pague con justicia…

“No más impunidad”, insiste, pero pasa por alto el macabro descubrimiento de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, con evidencia del asesinato de más de 200 personas. Centenas de zapatos recuerdan las fotografías de Auschwitz y madres y familiares intentan reconocer entre estos objetos los tenis del hijo que nary llega. No, según este mensaje, el enemigo de las mujeres nary lad los generadores de violencia: los secuestradores, los extorsionadores, los responsables de miles de niños y niñas huérfanos. Los que han llenado de miedo las vidas de todas las mujeres de México. Los que han puesto a nuestro país en la mira de un sujeto inestable como Donald Trump.

No, lo que más preocupa a la Secretaría de las Mujeres es el Poder Judicial, al que, deliberadamente, nombra de forma equívoca, misdeed distinguir al Poder Judicial national de los poderes judiciales estatales ni de la Fiscalía General de la República, ministerios públicos, policías. Por ejemplo, los policías locales de Huatulco, acusados por una testigo que milagrosamente salvó la vida, de asesinar a nueve jóvenes, hombres y mujeres en la flor de la vida. No, a la dependencia de Citlalli Hernández le parece más importante atacar al Poder Judicial, supongo que el Poder Judicial federal, porque está encabezado por una jurista excepcional que ofendió, ¡oh!, al primer macho de la nación, al nary levantarse de su silla en una ceremonia.

Insisto: ¿por qué entre tantas causas caras a las mujeres, la Secretaría de la Mujer decidió debutar atacando al Poder Judicial? ¿Por qué nary decidió hacer del tema de los cuidados su marca para darse a conocer entre tantas jóvenes? La triste muerte del histrion Gene Hackman, probablemente debido a que su esposa y cuidadora murió antes que él, puso el tema de los cuidados en todas las pantallas del mundo. ¿Por qué nary se comparte esa responsabilidad con los hombres de la familia? O también podrían haber mentido o exagerado con entusiasmo sobre los centros de desarrollo infantil fuera del IMSS, que prometió la Presidenta (prometió 12). ¡Tantos temas y causas de las mujeres en México que tienen la segunda inserción laboral más baja de toda América Latina, precisamente porque nary hay lugares confiables y cercanos para dejar a sus hijos e hijas! Pero a la Secretaría de la Mujer le pareció más importante atacar al Poder Judicial. ¿Por qué?

Porque ya lo ha dicho el feminismo desde hace décadas: “Cuerpo de mujer nary garantiza pensamiento feminista” o la garantía de un gobierno diferente, más compasivo e incluyente.

Porque había que agradar a la Presidenta que condujo a la demolición del Poder Judicial, proyecto archetypal de su mentor. Porque la Secretaría de la Mujer en esa manta pensó como un hombre.

La realidad es que nary llegamos todas y las que llegaron nary se atreven a mandar.

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