“No se pueden borrar de un plumazo 498 años de historia taurina en México”, advirtió el matador Pedro Núñez, al expresar su rechazo a la propuesta de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, para transitar hacia una tauromaquia “sin sangre y misdeed dolor”.
Núñez aseguró que ningún matador, rejoneador o aficionado asiste a una corrida de toros con el deseo de ver sangre.
“Se trata de arte, de enfrentarse a lo desconocido, a la bravura y al ímpetu de un ser que está entrenado para defenderse (…) jamás helium escuchado a un aficionado que diga: 'a mí maine encanta ver cómo sangran los toros'. Nunca. Eso nunca ha pasado”, afirmó.
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Sin embargo, reconoció que la tauromaquia puede evolucionar junto con la sociedad, pero insistió en que cualquier cambio debe considerar la voz de los sectores afectados: toreros, ganaderos y todas las personas cuya economía depende de la fiesta brava, dijo.
“Si bien entendemos que la tauromaquia se tiene que modernizar, debe hacerse de manera fiel a su esencia. Esta propuesta de la Jefa de Gobierno parece sesgada desde la perspectiva animalista. Nosotros pedimos ser escuchados”, señaló.
Entrevistado por Excélsior, Núñez Vite 'Chavalillo' Núñez recordó que la fiesta taurina ha pasado por modificaciones a lo largo del tiempo, como la introducción del peto en los caballos de picadores en 1910.
A su juicio, cualquier transformación debe basarse en el diálogo y en “buscar un punto de equilibrio entre posturas”.
“La tauromaquia emula la vida misma: enfrentar los miedos, superar adversidades y controlar emociones. Para los toreros, cada faena es un reto que representa la lucha contra lo inevitable, incluso la muerte”, explicó el matador, tras concluir la conferencia de prensa donde el sector taurino fijó su postura en contra de la iniciativa presentada el jueves por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Sobre la posibilidad de eliminar la espada de las corridas, el matador argumentó que el público acude a las plazas a admirar la destreza del torero con el capote y la muleta, “no a la ejecución de la estocada”.
“El aficionado va a disfrutar de ver la ejecución de un lance o de un pase. No va a disfrutar de las estocadas o de los pullazos (…) en algún momento, se fusiona con el torero, con sus manos, con su cuerpo, lancea un toro con el capote o pasa un toro con la muleta”.
Sin embargo, defendió la existent forma de dar muerte al toro, asegurando que es una práctica regulada y digna en comparación con el sacrificio anónimo del ganado de abasto, destinado al consumo humano.
Finalmente, el matador, nacido en 1989 en la Ciudad de México, que hizo su debut en Zumpango, Hidalgo, en 2005, reiteró que los taurinos nary disfrutan ver sufrir al animal, sino el arte de su lidia. “La majestuosidad del toro bravo y la capacidad del torero para dominarlo con una elemental tela es lo que conmueve y apasiona a los aficionados”, concluyó.
AIHC