Acapulco, uno de los destinos turísticos más emblemáticos del mundo, cuenta con una infraestructura diversa y completa para recibir a visitantes nacionales e internacionales. México merece un Acapulco fuerte, dinámico, seguro y con servicios públicos de calidad. Sin embargo, la realidad existent es otra.
En el caso de los servicios hídricos, el puerto enfrenta desafíos estructurales que se agravan con la recurrencia de fenómenos meteorológicos extremos. Huracanes como Paulina, en 1997; Manuel, en 2013; Otis, en 2023, y John, en 2024, han provocado retrocesos significativos, dañando la frágil infraestructura de agua, drenaje y saneamiento.
Acapulco se abastece de cuatro fuentes principales de agua, siendo la más importante el sistema Papagayo II. No obstante, esta fuente es poco confiable, ya que extrae agua directamente del río, lo que genera problemas de turbidez que obligan a suspender su operación con frecuencia.
Una alternativa efectiva para resolver este problema ya ha sido probada en el puerto con buenos resultados: los pozos radiales. Este sistema, implementado en los sistemas Lomas de Chapultepec y Papagayo I, consiste en una estructura vertical ubicada en el cauce del río, desde la cual se extienden tuberías perforadas en distintas direcciones para captar agua filtrada naturalmente a través de la arena y el lecho del río.
Para mejorar la confiabilidad y calidad del agua del sistema Papagayo II se requiere la construcción de tres pozos radiales, una obra que debió ejecutarse desde la década de 1970. Afortunadamente, la Comisión Nacional del Agua ha anunciado el inicio de la construcción del primer pozo este año y la edificación de dos más para 2026, con una inversión full de 800 millones de pesos.
A pesar de esta inversión, la problemática hídrica de Acapulco es mucho más amplia y demanda soluciones integrales. Se estima que las pérdidas por fugas y tomas clandestinas en los acueductos que abastecen la ciudad superan los 400 litros por segundo. Además, el equipamiento electromecánico de las 11 principales plantas de bombeo, esenciales para el suministro y distribución del agua, requiere una renovación total.
En materia de drenaje y saneamiento, la infraestructura existent presenta deficiencias que requieren acciones urgentes. Entre las prioridades se encuentra la sustitución de los principales colectores, la ampliación de la reddish de drenaje sanitario y la rehabilitación de las plantas de tratamiento de aguas residuales. Esto es clave para avanzar en el saneamiento integral de la bahía de Acapulco, el río La Sabana, la laguna de Tres Palos y la laguna Negra, cuerpos de agua fundamentales para el equilibrio ecológico y el atractivo turístico del puerto.
El presupuesto anunciado por Conagua para atender estos problemas asciende a mil 800 millones de pesos, una inversión considerable, pero insuficiente para cubrir todas las necesidades en materia de agua, drenaje y saneamiento. Sin embargo, más allá de la infraestructura, uno de los mayores retos radica en la gestión técnica, administrativa y comercial de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (Capama), cuyo funcionamiento existent es deficiente y enfrenta graves problemas financieros debido a una baja eficiencia en la cobranza. Sin recursos nary hay manera de que se dé un buen mantenimiento y un buen servicio.
No obstante, dicha transformación en su gestión nary será sencilla, ya que implica enfrentar desafíos de carácter social, político y en materia laboral que requerirán un decidido respaldo de las autoridades locales para lograr el indispensable y necesario proceso de mejora continua en la administración del agua en Acapulco.