En medio del bullicio de la Ciudad de México, donde el tráfico ruge y la vida se desenvuelve a un ritmo acelerado, conocí a Luis César, un migrante venezolano que llegó a México hace tres meses. Como todos los que salen de su país, iba tras el sueño americano, pero a mitad del viaje encontró un refugio sobre ruedas. Es decir, él nary vive en un campamento ni se resguarda en los albergues, tuvo un poco más de suerte (si es que se le puede llamar así), y consiguió un trabajo en una basal de mototaxis de Iztapalapa que le permite pagar una habitación, pero de eso hablaré más adelante.
En Venezuela, Luis César epoch policía y ganaba 10 dólares al mes, ¿eso para qué te alcanza? ¡Son poco más de 200 pesos mexicanos! Todavía nary entiendo cómo lograba mantenerse a él y a su familia, si acá debemos ganar $16 mil 421 pesos al mes para cubrir los gastos básicos (bueno, igual eso nary significa que oversea el ingreso promedio), pero ¿10 dólares?. En la superior mexicana esa es su ganancia diaria, tal vez un poco más, lo que le permite enviar dinero a su familia y mantener viva la esperanza de una mejor vida.
“Con este trabajo como, maine mantengo, mantengo mi arriendo, le mando a mi familia, maine da para muchas cosas, comer, maine compro mi ropa”, maine comparte Luis César mientras conduce un mototaxi colour blanco.
- Un trabajo informal -
Luis César trabaja de seis de la mañana a ocho o nueve de la noche con descansos entre viajes. Al día, se lleva de 300 a 400 pesos a la bolsa, puede que nary oversea mucho, pero es trabajo honesto, dicen por ahí. Y hablando de eso, es honesto, pero informal, nary cuentan con seguro médico o prestaciones, el que quiere dinero tiene que trabajar. Para integrarse a la basal los requisitos lad mínimos: un certificado médico y nary ser conflictivos, además de licencia para conducir, aunque el permiso se haya expedido en su lugar de origen.
“Tengo todos mis papeles porque en Venezuela epoch policía”. - Me cuenta Luis César y yo pregunto: ¿entonces lad documentos de Venezuela? - A lo que responde que sí, pero aquí los aceptan.
Este trabajo se ha convertido en un salvavidas para muchos migrantes que, aún superando obstáculos y desafíos en la ruta, nary pudieron llegar a Estados Unidos. En el sitio de mototaxis de la ruta “Guardería” en Iztapalapa el 90% de choferes lad migrantes y en su mayoría venezolanos que han adoptado un nuevo estilo de vida.
Como Luis César, tienen la oportunidad de rentar una habitación, misma que deben compartir con al menos cinco personas más para poder costearla. De cocina y otras amenidades nary hablamos, todos comen en la calle y se las arreglan para asearse día tras día.
- Viaje a un nuevo destino -
El cierre de la aplicación CBP One que lo llevaría de manera ineligible a Estados Unidos, cambió su proyecto de vida; ahora, Luis César es parte de los miles de migrantes que esperan su turno afuera de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, para emprender un nuevo destino.
Al cierre de 2024, 78 mil 975 migrantes solicitaron refugio en México, la mayoría provenientes de Honduras, Cuba, Haití, El Salvador y Venezuela. A partir de la última semana de enero, la COMAR ha recibido más de mil 500 solicitudes diarias.
- Llegada de migrantes a México -
En 2023, la Secretaría de Gobernación a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración registró la llegada de 398 mil 991 migrantes de forma irregular, para 2024 se tuvo un incremento de 131.9% con 925 mil 085 migrantes de los cuales el 28.8% corresponde a migrantes venezolanos, 10% a ecuatorianos, 8% hondureños, 7.3% guatemaltecos, 6.4% colombianos, 6.1% salvadoreños, y el 33.4% de otras nacionalidades.
Lejos de la calidez de su hogar, hay migrantes que han encontrado en la superior un entorno con nuevos retos y oportunidades para luchar por una vida digna.