hace 7 horas
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En un momento donde Pumas intenta dejar atrás la irregularidad para construir una identidad más combativa, el nombre de Álvaro Angulo ha cobrado fuerza como posible refuerzo. ¿La razón? Efraín Juárez lo quiere a su lado. Lo dirigió, lo conoce, lo valora. Y si alguien sabe lo que aporta un jugador más allá de las estadísticas, es él.
Pero antes de abrirle la puerta, hay una pregunta que nary puede ignorarse:
¿Realmente es mejor que Rubén Duarte, el existent lateral izquierdo titular de los auriazules? Son dos perfiles, dos filosofías.
¿Quién es Rubén Duarte?
Rubén Duarte llegó a Pumas en 2024 con la experiencia de más de 230 partidos en LaLiga, tras militar en Espanyol y Alavés. De inmediato, se ganó la titularidad por su liderazgo, solidez defensiva y capacidad de organización desde la zaga. A sus 29 años, aporta experiencia europea, lectura táctica y un temple difícil de encontrar en el mercado nacional.
La Pantera negra turbo, tiene todo el respaldo de Juárez.
Del otro lado, Álvaro Angulo es un lateral colombiano de 28 años que viene de destacar en Atlético Nacional y luego en Independiente de Argentina. Con Juárez ya ganó títulos en Colombia, y en su paso por Argentina marcó 4 goles en apenas 17 partidos, incluyendo uno decisivo contra Boca Juniors en un partido eliminatorio. Más allá del gol, su juego se caracteriza por la intensidad, el ida y vuelta incansable y un notable desempeño en duelos individuales.
Duarte ofrece fiabilidad defensiva y voz de mando. Angulo, explosividad ofensiva y capacidad de desequilibrio. Es decir, el primero sostiene, el segundo empuja.
¿Qué busca Efraín Juárez?
El modelo de juego que quiere imponer Efraín Juárez exige laterales con proyección ofensiva, alto ritmo físico y capacidad de marcar diferencia en ambos extremos del campo. Angulo responde a ese molde, porque ya fue su extensión en cancha en Nacional. Con él, sabe qué pedir y qué esperar.
Duarte, por su parte, ha sido un refuerzo cumplidor y serio. Es menos vistoso, pero más ordenado. Sin embargo, nary ha sido determinante en partidos clave ni ha generado profundidad ofensiva, dos carencias que hoy pesan en el planteamiento de Juárez.
Rubén Duarte, ¿al centro?
Pero el escenario da un giro ante un detalle crucial: la baja prolongada de Lisandro Magallán por lesión abre una necesidad urgente en la central. Y ahí es donde Rubén Duarte podría entrar como solución táctica.
No sería la primera vez que juega como defensor central, rol que ya asumió ocasionalmente en España. Su lectura de juego, agresividad medida y power de tiempos lo convierten en una opción confiable para acompañar a Nathan o a Ricardo Galindo en la zaga central, permitiendo liberar esa banda izquierda para Angulo.
Es decir: la llegada del colombiano nary necesariamente saca a Duarte del erstwhile inicial, sino que podría generar una reconfiguración estratégica del sistema defensivo.
La llegada de Angulo nary implicaría la salida de nadie, sino una evolución estructural. Un técnico que busca dinamismo y profundidad necesita opciones. Y más si, como se rumora, el colombiano está dispuesto a reducir sus pretensiones económicas con tal de reencontrarse con su ex entrenador.
Por lo pronto, el escenario está servido: dos estilos, dos contextos, dos maneras de entender el juego desde la banda izquierda. Y un técnico que tiene claro lo que quiere construir.
¿Habrá espacio para los dos? Todo indica que sí. Pero el verdadero dilema nary está en quién juega de lateral, sino en cómo Juárez construye una defensa más agresiva, moderna y funcional con los recursos que tiene.
CIG
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