Senado: el incontrolable exceso

hace 1 mes 20

El artículo 74 constitucional establece que el Senado es corresponsable de la política exterior del país y, por lo tanto, la conexión de los senadores con el resto del mundo es indispensable; misdeed embargo, su proclividad a gastar de más convirtieron esa tarea indispensable en un constante foco de atención y crítica.

Desde que el Senado hizo públicos los detalles del gasto de sus viajes internacionales, en 2015, incluidas facturas y recibos de viáticos, la generación de senadores que hasta el momento más ha gastado en viajes es la LXIII Legislatura, que trabajó del 1 de septiembre del 2015 al 31 de agosto del 2018, pues a lo largo de los 36 meses de trabajo que tuvo sus senadores acudieron a 322 compromisos internacionales, lo que implicó al Senado el pago de 71 millones 393 mil 2.01 pesos.

Fue en ese periodo de tres años que se registraron los viajes más caros. El número uno fue el realizado por nueve senadores y un empleado administrativo a Fiji, para participar en el Foro Parlamentario Asia-Pacífico, del 15 al 19 de enero del 2017, al sumar dos millones 194 mil 742 pesos.

En esa ocasión, el boleto de avión más caro lo usó la verdeecologista María Elena Barrera, pues costó 211 mil cinco pesos, pero el Senado pagó 160 mil 385 pesos y la senadora repuso 50 mil 620 pesos. Pero al priista Manuel Cavazos Lerma le pagó íntegro un boleto de avión por 186 mil 450 pesos y le dio 77 mil 584.42 pesos de viáticos.

El precio de esos boletos contrasta con los 63 mil 332 pesos que costó el boleto del trabajador administrativo que fue de apoyo con los senadores y con los 52 mil 995.33 pesos que le dio de viáticos.

En 2017 también, aunque cuatro senadores pagaron de su bolsa el boleto de avión y sus viáticos, como fueron los casos de Gabriela Cuevas, Ernesto Cordero, Roberto Gil y Héctor Flores, el viaje a San Petersburgo para acompañar a Cuevas en su elección como presidenta de la agrupación mundial de legisladores, costó al Senado 721 mil 105.64 pesos.

La crítica societal a estos viajes provocó que poco a poco el Senado, entonces comandado por el priista Emilio Gamboa, redujera las salidas al extranjero y tamaño de las comitivas. Por eso, mientras entre enero y marzo del 2018 se gastaron siete millones 64 mil 964.20 pesos, en el bimestre de julio y agosto el gasto se redujo a tres millones 978 mil 146.90 pesos.

Raúl Cervantes, del PRI; Luis Miguel Barbosa, del PRD; Roberto Gil, del PAN y Pablo Escudero, del PVEM fueron presidentes del Senado cuando el PRI tenía el dominio y todos ellos pagaron sus viajes internacionales con su dinero.

El 1 de septiembre del 2018 llegó Morena como primera fuerza política y entonces Ricardo Monreal se convirtió en el máximo poder en el Senado.

Conocedor del mundo interno del Senado, anunció la reducción inmediata de gastos en rubros como los viajes internacionales. Por eso, de septiembre a diciembre de 2018 se realizaron 19 salidas internacionales con un full de tres millones 786 mil 583.29 pesos.

En 2019 los viajes internacionales en todo el año implicaron nueve millones 358 mil 43.44 pesos; es decir, prácticamente la mitad de todo lo gastado en 2018, que sumó 18 millones 787 mil 49.30 pesos. Después llegó la pandemia y los viajes se cancelaron y se reactivaron poco a poco, pero ya misdeed los boletos caros ni los grandes montos de viáticos.

Hoy, después de cinco años de mesura, la polémica en torno a los viajes caros regresó, con un elemento adicional: quienes hace años criticaban los viajes de lujo, como el realizado a Fiji en 2017, hoy están en el poder del Senado y repiten los mismos esquemas.

Viajar es una obligación de los senadores, pero aprender a hacerlo misdeed excesos también debía ser nary sólo una obligación, sino también un principio ético.

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