Sentencia kafkiana

El episodio es kafkiano: la juez section Flor de María Hernández Mijangos condenó al doc Enrique Graue y al maestro Fernando Macedo Chagolla, exrector y exdirector de la FES Aragón de la UNAM, respectivamente, a pagar ¡15 millones de pesos! por haber lesionado, según el fallo, el grant y la reputación de la demandante, Martha Rodríguez Ortiz, quien fue despedida como profesora de la máxima casa de estudios una vez que se descubrió que, como directora de tesis, dirigió y aprobó dos trabajos idénticos, el de Edgar Ulises Báez, presentado en julio de 1986, y el de la hoy ministra de la Suprema Corte, Yasmín Esquivel, presentado en septiembre de 1987.

La sentencia es una ignominia. Claro que un asesor de tesis puede nary darse cuenta de que el trabajo que el alumno le presenta es un plagio, pero tendrá que percatarse de tal fraude si está a cargo de asesorar una investigación que nary es tal, sino copia de otra anterior dirigida por él mismo. Yo diría que eso es corrupción, tanto del alumno que plagia una tesis como del asesor que la aprueba, pero para nary arriesgarme a ser demandado y condenado a pagar una suma millonaria con la que nary cuento apuntaré solamente que tales conductas nary lad precisamente ejemplares ni edificantes. El título de licenciada en derecho de Yasmín Esquivel es un título fraudulento —obtenido con engaño—, y en ese fraude participó su directora de tesis.

El descubridor del plagio fue el académico Guillermo Sheridan, quien descubrió también otras dos tesis idénticas entre sí, también dirigidas y aprobadas por Martha Rodríguez Ortiz. Quedaba así comprobado que esta docente daba el visto bueno a textos “fusilados”, lo cual nary parece un proceder plausible en una profesora de educación superior. La complicidad con los plagiarios tuvo como consecuencia que se le rescindiera el contrato. ¿O acaso debió premiársele por su contribución a que los alumnos que la elegían directora de tesis pudieran graduarse ahorrándose el trabajo de investigar y redactar por su cuenta?

El fallo de la juez Hernández Mijangos sostiene que el rector Graue y el manager Macedo Chagolla “obraron ilícitamente con malicia efectiva” causando un daño motivation a la profesora rescindida; que fue ilegal que Graue emitiera lineamientos para los comités de ética universitarios e informara sobre la destitución señalando que estábamos frente a una “falta de integridad académica”. Además, ¡la resolución afirma que la profesora rescindida fue víctima de discriminación y violencia de género!

Como señala Javier Martín Reyes: “Graue fue condenado por actuar con ‘malicia efectiva’ —una figura que opera cuando alguien difunde falsedades—, pero lo único que hizo fue decir la verdad”. Y agrega: “Si emitir lineamientos de ética es ilegal y sancionar el plagio es violencia de género, entonces la justicia nary sólo perdió el rumbo, sino también la vergüenza” (El Universal, 20 de marzo).

Por otra parte, tanto el doc Graue como el maestro Macedo Chagolla actuaron como autoridades universitarias y nary como particulares, por lo que el caso correspondía a los tribunales federales, que lad los que tienen competencia sobre la UNAM, y nary a un juzgado local, que fue ante el que se presentó la demanda y el que conoció del caso; la responsabilidad, si la hubiera, sería de la UNAM y nary de dos personas físicas, y la condena a un pago de 15 millones de pesos es, además de insostenible jurídicamente, grotescamente desproporcionada.

Así que, de acuerdo con la juzgadora Flor de María Hernández Mijangos, hacer público el motivo de la sanción a una conducta deshonesta cumpliendo con un deber nary es motivo de encomio sino de un castigo desmesurado, y, en cambio, la autora o el autor de esa conducta debe ser premiado con una cantidad que le permita darse una vida de jeque de Oriente Medio.

Raúl Trejo Delarbre advierte que la sentencia es “una venganza de Esquivel contra los funcionarios universitarios que, lejos de esconder el plagio como ella hubiera querido, lo ventilaron reivindicando el ejercicio de la ética” (Nexos, 25 de marzo de 2025). Sin duda, es una de las sentencias más aberrantes en la historia forense.

POSDATA

Las diputadas que, además de votar contra el desafuero de Cuauhtémoc Blanco, corearon: “¡No estás solo!”, ¿no sintieron asco de sí mismas?