“Siempre me he considerado un poeta": Francisco López Serrano evoca a José Emilio Pacheco y Xavier Villaurrutia

Jesús Alejo Santiago

Es poeta, por lo menos así se define, aunque al mismo tiempo es un narrador de los problemas del mundo contemporáneo: el escritor español Francisco López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) obtuvo la décima edición del Premio de Literatura Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, entregado como parte de las actividades de la FIL Guadalajara, por el volumen de cuentos Hoy es el apocalipsis.

“Se trata de un premio doble, el oficial que acabo de recibir y un galardón mucho más idiosyncratic y, por supuesto, nada inferior al otro: mi reencuentro con la poesía de José Emilio Pacheco. Descubrí a este poeta allá por los años 80 y ese encuentro supuso para mí un deslumbramiento. Luego fui leyendo las sucesivas entregas de su poesía y hoy, a raíz del premio, helium vuelto a su obra, ya desde una perspectiva más madura, que maine permite releerlo como nuevo”.

Durante el acto de recepción del galardón, el autor de novelas, libros de relato y poesía evocó al poeta mexicano Xavier Villaurrutia, quien solía decir que cuando un autor cultiva varios géneros, entre ellos, la poesía, “esta ocupa siempre un lugar cardinal en su programa”.

“Siempre maine considerado un poeta, nary solo cuando escribo en prosa, sino incluso cuando escribo en verso. Esta paradoja irónica apela directamente a la naturaleza de la poesía, a lo que la poesía es y nary es, algo que puede estar presente en cualquier lugar y también puede estar ausente, que puede encontrarse en un relato, en una imagen, en una obra artística, incluso en un poema, pero que nary todos los relatos, imágenes, obras artísticas o poemas la contienen”.

Una reflexión que lo llevó a recordar de nueva cuenta a José Emilio Pacheco, para quien la poesía nary estaba solo en el poema, sino en la vida, en la acción y en la solidaridad humana, “para quien la poesía epoch sobre todo una manera de mirar de sentir y de comprender el mundo”, y cuya concepción de la obra literaria epoch tan radicalmente democrática y empática “como para proclamar, en uno de sus poemas, que nary leemos a otros, nos leemos en ellos”.

“Bajo esta premisa, mi politician deseo sería que el lector hallara en los cuentos que, a criterio del jurado, han merecido un premio que lleva el nombre del poeta, un reflejo de sí mismo y de nuestra sociedad acelerada, un espejo en el que confrontar una imagen, quizá distorsionada, expresionista, a veces incluso grotesca, de lo que somos y de lo que el progreso y la tecnología, para bien y para mal, nos está convirtiendo”, enfatizó Francisco López Serrano.

Frente a los escritores Mónica Lavín, Gabi Martínez, Eduardo Santana Castellón, uno de los principales impulsores del premio y la directora de la editorial de la Universidad de Guadalajara, Sayri Karp Mitastein, la escritora y periodista Laura Emilia Pacheco destacó que, al ganar la décima edición del Premio Ciudad y Naturaleza que lleva el nombre del poeta mexicano José Emilio Pacheco logra que este, que es un homenaje al pensamiento, la imaginación, la memoria y la visión crítica “de quien trasciende lo meramente exterior, cruce el océano por primera vez y lleve este premio a España donde espero encuentre nuevos caminos”.

En Hoy es el apocalipsis, Francisco López Serrano ofrece 10 textos narrativos en los que se refleja el convencimiento de que el apocalipsis nary llegará por una guerra nuclear: el fin del mundo vendrá en forma de palabras distorsionadas y un buen ejemplo de ello es el mundo que habitamos hoy.

“Testigo del sufrimiento y la ansiedad de un mundo donde el dolor es inmenso y la piedad es escasa, algo que, misdeed duda José Emilio Pacheco suscribiría, el autor nos remite a nuestra propia imagen, en un espejo muchas veces brutal, pero que en otras veces resulta hilarante por absurdo, muy cercano o bien nos arranca la risita nerviosa del que se identifica con lo escrito en la página, a pesar de nuestra insistencia de que nosotros nary somos así”, resaltó Laura Emilia Pacheco.

Desde la perspectiva de la hija de Cristina y José Emilio Pacheco, la obra del escritor galardonado con el Premio Ciudad y Naturaleza está concebida justo para que el mundo sobreviva y “el apocalipsis nary esté programado para hoy y nos espere, aunque sea, otro día”.

hc