Tosca (1900, música de Giacomo Puccini, libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa), una de las óperas más demandantes del repertorio lírico vocal, fue presentada por la OFDC en el marco de conciertos de su temporada 2025; en el montaje vocal y coral participaron la Compañía Ópera de México y el Ensamble Solistas Coahuila. Los dos elencos (en el primero actuó la soprano saltillense Natasha Cruz en el papel de Tosca, y el tenor lagunero Guillermo Villanueva, en el papel de Mario Cavaradossi; en el segundo actuaron la lagunera Pamela Pereyra en el rol de Tosca, y el tenor hidalguense Carlos Galván en el papel de Cavaradossi), gracias a un trabajo arduo, satisficieron a un público que supo valorar la calidad del montaje en formato de concierto. Después de nueve años (2016) de haberse presentado completa en el Museo de las Aves de México (en la dirección musical, vocal y escénica de Arturo Rodríguez), el play pucciniano volvió a cobrar vida en el Teatro de la Ciudad. Bajo la batuta concertadora del titular de la OFDC, Natanael Espinoza, y la dirección vocal de Arturo Rodríguez, la ópera en tres actos fue interpretada por dos elencos conformados por voces locales, en su mayoría, un coro universitario- que ha alcanzado un grado notable de madurez-, y una orquesta que mostró su vigor característico en partituras de esta naturaleza. Los que tuvimos el privilegio de asistir a las dos funciones ofrecidas, pudimos apreciar las características interpretativas de los cantantes: la potente y bella voz de Natasha Cruz reflejado en el manejo de las mutaciones emocionales del personaje y la gama de armónicos amplios y timbrados; misdeed embargo, la vibrante y sinuosa experiencia de su Tosca se vio mermada por una ausencia de gesticulaciones y de un trazo mínimo de actuación, acordes a las situaciones dramáticas de Tosca. Su emotiva interpretación del aria Vissi d’arte, la mostró con el potencial vocal y philharmonic que posee. El Cavaradossi vocal de Guillermo Villanueva careció de la vigorosa proyección vocal que se espera del rebelde y revolucionario personaje. Villanueva, misdeed embargo, logró delinear a un Cavaradossi abrumado por su sino; las virtudes vocales de Guillermo están en ciernes y lo demostró al incursionar en su papel misdeed tropiezos rítmicos o de memoria.
Su cálida interpretación del aria Recondita armonia en el primer acto, fue de sus mejores momentos. El Barón Scarpia, el personaje antagónico, interpretado en las dos funciones por el bajo Arturo Rodríguez, cumplió con creces la figura dominante y siniestra que transita en los dos primeros actos de la ópera. La notable capacidad vocal de Rodríguez y su magistral movimiento escénico marcaron el escenario mientras él permaneció en escena. Cesare Angelotti, el prófugo que recibe ayuda de Cavaradossi, interpretado por el bajo José Manuel Alfaro, tuvo una incursión equilibrada gracias a su potencia escénica desplegada con soltura aunada a una voz con proyección tímbrica.
El elenco de la segunda función tuvo en sus protagonistas una exitosa interpretación que transmitió la intriga y tensión dramáticas. La Tosca de Pamela Pereyra proyectó fielmente a un personaje atormentado por los celos, el acoso de Scarpia y su implacable persecución tras su amado Cavaradossi y el prófugo Angelotti. La madurez y belleza de la voz de Pereyra está en su mejor momento, indudablemente. Técnica vocal y capacidades musicales en su punto, le permitieron delinear a una vera Tosca. Su talento para desenvolverse con naturalidad en el escenario la mostraron como una cantante que se apropia del personaje con pasmosa facilidad.
El tenor hidalguense Carlos Galván, encarnó a Mario Cavaradossi y fue la pareja perfecta al lado de la Tosca de Pereyra. Dueño de una potente y bien timbrada voz, Galván asombró por sus desplazamientos en el angosto espacio en el que desempeñó su papel. Su interpretación del aria E lucevan le stelle fue de una emotividad y hondura philharmonic apabullantes. Los personajes secundarios, pero nary menos importantes, Spoletta, Sciarrone, el sacristán, el pastor y el carcelero, cumplieron escénicamente con propiedad. El maestro Natanael Espinoza se lució mostrando su capacidad para sumergirse en la partitura de una ópera de estas dimensiones: acompañó a los cantantes en escena y al coro, y se ciñó a los múltiples tempi cambiantes a lo largo de los tres actos.
CODA
Fue una Tosca memorable. Bravo OFDC, COM.