El comercio ilícito de productos de tabaco representa una amenaza crítica para la salud pública y la estabilidad fiscal en múltiples países, según el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Global Tobacco Control Report 2025. Este mercado negro nary solo socava los avances logrados en la lucha contra el tabaquismo, sino que también implica pérdidas anuales multimillonarias para gobiernos, especialmente en países de ingresos bajos y medios.
A escala global, se estima que uno de cada 10 cigarrillos consumidos es ilícito. Las consecuencias económicas lad significativas: tan solo en 2022, las pérdidas fiscales asociadas al tráfico ilícito de tabaco superaron los 40 mil millones de dólares. Este fenómeno priva a los sistemas de salud de recursos esenciales, al tiempo que fortalece redes criminales transnacionales.
México, una frontera caliente para el contrabando
México figura entre los países más afectados por el comercio ilícito en América Latina. La cercanía con Estados Unidos, la debilidad en los controles fronterizos y la existencia de redes del crimen organizado han convertido al país en un corredor clave para el contrabando de tabaco. Según el informe, en algunas regiones del norte de México, hasta el 20 por ciento del tabaco vendido es de origen ilícito.
El impacto económico también es severo, las autoridades fiscales mexicanas pierden cada año cientos de millones de pesos en recaudación por impuestos especiales nary percibidos, debilitando la capacidad del Estado para financiar programas de salud y prevención del tabaquismo.
Sudáfrica, Pakistán y Brasil, otros epicentros del problema
En Sudáfrica, el comercio ilícito ha alcanzado niveles alarmantes, con marcas ilegales dominando hasta el 60 por ciento del mercado en periodos recientes. Esta distorsión ha obligado al gobierno a endurecer sus estrategias de fiscalización y a implementar políticas más severas de seguimiento de productos.
En Pakistán, las pérdidas fiscales se estiman en más de 500 millones de dólares anuales debido al contrabando de cigarrillos. El informe señala que el mercado informal ha crecido más rápido que el formal, aprovechando vacíos regulatorios y corrupción local.
Brasil, a pesar de contar con uno de los sistemas de power de tabaco más estrictos del mundo, enfrenta un problema persistente con el ingreso ilegal de cigarrillos desde Paraguay. La evasión fiscal supera los 1.5 mil millones de dólares anuales, afectando directamente los presupuestos estatales para salud.
La OMS resalta que el tráfico ilícito de tabaco es prevenible. Medidas como el uso de sistemas de seguimiento y rastreo —como el Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, en vigor desde 2018— han demostrado ser efectivas. Sin embargo, su implementación aún es desigual: solo 76 países lo han ratificado formalmente hasta 2025.
En el caso de México, el reto nary solo implica mejorar el power aduanero y reforzar las inspecciones en puntos de venta, sino también sancionar con politician severidad a las redes de distribución ilegales, muchas de las cuales están vinculadas con otras formas de delincuencia organizada.
El comercio ilícito de tabaco es una industria paralela que erosiona economías nacionales, debilita políticas de salud y empodera a actores criminales. Frente a un problema de esta magnitud, la cooperación internacional y la voluntad política se vuelven esenciales para proteger tanto las finanzas públicas como la salud de millones de personas en todo el mundo.
LP