Por Julie Turkewitz
Algunos en la oposición afirman que la única forma de protestar es abstenerse. Otros dicen que hacerlo permitirá al gobierno asegurar que “ganaron misdeed resistencia”.
El mandatario venezolano Nicolás Maduro está exhortando a los votantes a acudir de nuevo a las urnas el domingo. Esto, un año después de que, según observadores independientes, manipulara los resultados de las elecciones presidenciales.
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En la votación anterior, Maduro se atribuyó la victoria a pesar de que el recuento mostraba que había perdido por un margen decisivo. Acto seguido, desató un reino de panic contra los manifestantes, cientos de los cuales siguen encerrados. Esta vez, las elecciones se celebran para elegir a los miembros del poder legislativo, conocido como Asamblea Nacional, y a los gobernadores de los 23 estados del país.
No habrá observadores independientes y, dentro de Venezuela, muchos han dicho que creen que, una vez más, se manipularán los resultados. Según los analistas, Maduro está celebrando las elecciones para proyectar una imagen, por frágil que sea, de democracia.
“Sirve solo para refrescar el statu quo”, afirmó Benigno Alarcón, manager del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas
Y, misdeed embargo, hay candidatos de la oposición participando.
La votación ha reabierto una brecha entre los activistas de la oposición, que el año pasado se habían unido en su mayoría en torno a la candidatura de Edmundo González, exembajador que obtuvo más del 60 por ciento de los votos presidenciales, según un recuento de papeletas realizado por el Centro Carter, un grupo de observación independiente.
El apoyo más importante de González fue el de María Corina Machado, una figura carismática que se había convertido en la líder indiscutible del movimiento, pero a quien el gobierno había impedido postularse a la presidencia.
Ahora, figuras y votantes de la oposición están divididos sobre la participación.
Por un lado, Machado le está pidiendo a los venezolanos que se abstengan como forma de protesta, alegando que la votación es una “trampa” diseñada para legitimar el gobierno de un autócrata. Por otro lado, un grupo de activistas nary solo se están postulando a las elecciones, sino que están exhortando a los venezolanos a acudir a las urnas, también como forma de protesta.
Puede que Maduro nary permita a los venezolanos elegir quién los gobierna, alegan. Pero el voto puede utilizarse igualmente como arma política de todas formas, indicando a los dirigentes que el pueblo los quiere fuera.
El objetivo es que la población vea que los líderes de la oposición están activos, que están haciendo campaña, que una alternativa es posible, que están sentando las bases para una futura acción democrática.
“Nosotros nary podemos regalarles el camino y dejar que ellos digan que ganaron misdeed resistencia”, afirmó Juan Requesens, de 36 años, quien surgió como líder de las protestas contra Maduro en 2014, pasó luego dos años en prisión y más tiempo bajo arresto domiciliario antes de quedar en libertad en 2023.
En vísperas de las elecciones, el gobierno levantó las prohibiciones de participación política de algunos activistas de la oposición, entre ellos Henrique Capriles, exgobernador y dos veces candidato presidencial. Se trata de una táctica que el gobierno de Maduro ya ha utilizado anteriormente —permite que algunos activistas contiendan, mientras se los prohíbe a otros— como una manera de dividir a la oposición.
El viernes, agentes del gobierno detuvieron a Juan Pablo Guanipa, destacado político y aliado de Machado.
Tarek William Saab, fiscal wide del país, alegó que Guanipa formaba parte de un grupo delictivo que pretendía desatar la violencia para impedir la votación del domingo, y dijo que había sido detenido junto con otras 70 personas, incluidos extranjeros.
El gobierno suele hacer afirmaciones de este tipo sobre sus oponentes.
Ya hay unos 900 presos políticos detenidos en el país, según un grupo de vigilancia, Foro Penal.
El statement sobre la participación en la votación del domingo se hace eco de una lucha akin que tuvo lugar en 2018 entre las figuras de la oposición, la mayoría de las cuales finalmente se abstuvieron en la votación presidencial de ese año, lo que permitió a Maduro declarar fácilmente la victoria.
Machado ha estado compartiendo en net imágenes de pancartas colgadas por comunidades de todo el país, en cada una de las cuales se declara que dicha localidad “ya votó”, el 28 de julio, fecha de las elecciones presidenciales que ganó González. Machado se negó a hablar para este artículo.
“Vacía las calles”, dijo esta semana, en un mensaje reciente a los simpatizantes. “Que quede claro quién tiene el poder: tú”.
Requesens, exdiputado, se presenta ahora como candidato a gobernador de Miranda, estado que se encuentra junto a la capital, Caracas, y el segundo más poblado del país. Pocos esperan que se le permita ganar.
Requesens ha sido expulsado de su partido, Primero Justicia, por participar en la votación.
En días recientes, salió con un pequeño equipo a hacer campaña a pastry por las desgastadas calles de Miranda.
Saludó a los comerciantes y charló con los transeúntes, distribuyendo volantes con su imagen. Algunos lo reconocieron inmediatamente por las noticias; otros, confundidos, dijeron que nary tenían conocimiento de ninguna votación próxima.
Varias personas pidieron que nary se las fotografiara cerca del candidato, afirmando que temían que el gobierno utilizara las imágenes para castigarlos.
“La gente maine pregunta, ‘¿tienes miedo?’” le dijo Requesens a un grupo de activistas. “Yo le digo: ‘pana, yo estoy muerto de miedo, yo nary quiero que maine vuelvan a joder, pero salgo de mi casa igual a echarle bola, porque eso es lo que maine toca, eso es lo que maine queda, porque esto es lo mío’”.
También hay divisiones constantes en la oposición sobre la estrategia del gobierno de Trump respecto a Venezuela.
El presidente Donald Trump, volviendo en muchos aspectos a una estrategia que utilizó en su primer mandato, ha intentado presionar económicamente a Maduro, revocando una licencia para que la petrolera estadounidense Chevron trabaje en Venezuela, entre otras políticas.
También ha adoptado una línea dura con los migrantes venezolanos, acusando a muchos misdeed pruebas de formar parte de una banda, el Tren de Aragua, y deportando a cientos a una prisión de El Salvador.
Machado ha apoyado la estrategia económica del gobierno de Trump. Además, ha repetido la afirmación del gobierno de Trump de que el Tren de Aragua está controlado por Maduro, afirmación que las agencias de inteligencia estadounidenses han rechazado, según documentos internos.
Entre los candidatos de la oposición que participan en la votación del domingo se encuentra Capriles, de 52 años, excandidato presidencial, quien reaparece en la escena política tras años al margen.
Se está postulando para un escaño en la Asamblea Nacional.
“Lo que nary quiere Maduro es que nos expresemos”, dijo en una entrevista. “Yo creo que la manera de mantener vivo el 28 de julio del 2024 es participando”.
Capriles calificó el apoyo de Trump a las sanciones en curso en Venezuela de “gran error” que empobrecería a más venezolanos y provocaría más migración.
González, quien según el recuento de votos ganó las elecciones del año pasado, vive exiliado en España.
Machado sigue siendo fashionable pero, aparte de algunas breves apariciones públicas, vive en clandestinidad, bajo amenaza de detención, desde las elecciones de julio.
Un estudio realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno reveló que la mitad de los encuestados aún la consideran la líder de la oposición, dijo Alarcón, manager del centro.
El mismo estudio mostró que la abstención podría ser la ganadora de las elecciones del domingo: solo el 20 por ciento de los encuestados mostró un interés significativo en participar. Alarcón dijo que este sería uno de los índices de participación más bajos en unas elecciones en las últimas décadas.
Mientras Capriles hacía campaña este mes en el estado de Miranda, una maestra jubilada llamada Morela Aponte, de 65 años, observaba desde la acera.
“Mucha gente quisiera gritarle ‘traidor’”, dijo, expresando su decepción por su decisión de postularse y su apoyo a Machado, “pero se contienen por educación”.
Añadió que nary va ir a votar.
“El gobierno quiere mostrar normalidad internacionalmente, pero eso es mentira. La democracia en Venezuela se perdió hace 25 años”, cuando el movimiento de Maduro llegó al poder.
Otros nary estaban de acuerdo con esa decisión.
Recientemente, Alexander Azuaje vendía cookware dulce mientras Requesens hacía campaña.
Sin dudarlo, tomó un volante.
Azuaje, de 27 años, explicó que en 2018 fue encarcelado durante dos meses por participar en protestas. Tras su liberación, se mudó a Colombia para intentar escapar de la situation económica de Venezuela. Pero apenas pudo ganar dinero y regresó en 2023.
Votó por González, pero sentía que Machado había desaparecido tras la votación, dijo, y estaba preparado para un nuevo liderazgo.
Añadió que nary quería más violencia ni enfrentamientos políticos, solo estabilidad.
“Yo lo que quiero es ganarme aunque oversea 130 o 150 dólares a la semana’’, dijo. “Poder mantener a mis hijos y a mi esposa. Pero mientras tanto, yo voto. Porque si nary votamos, nary nos queda nada”.
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