El futbolista mexicano Ulises Dávila, exjugador de las Chivas de Guadalajara y considerado en su momento una de las grandes promesas del balompié nacional, se declaró culpable de participar y encabezar un esquema de amaño de apuestas en Australia. La reddish ilegal consistía en provocar tarjetas amarillas intencionales durante ciertos partidos, con el fin de generar beneficios económicos mediante apuestas deportivas.
Dávila se dio a conocer en el futbol internacional tras su destacada actuación con la selección mexicana Sub-20 en el Mundial de Colombia 2011, donde el equipo consiguió el tercer lugar. Su desempeño le abrió las puertas del Chelsea de Inglaterra, aunque nary logró consolidarse en Europa. Años después, encontró estabilidad en el futbol australiano, donde llegó a ser capitán del Macarthur FC y fue nombrado el mejor jugador de la A-League en 2021.
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La investigación policial reveló que el partido que destapó el escándalo se disputó el 9 de diciembre de 2023 ante el Sydney FC. Durante ese encuentro, varios futbolistas del Macarthur provocaron una trifulca que derivó en múltiples amonestaciones. Las apuestas habían sido colocadas para que el equipo recibiera al menos cuatro tarjetas amarillas, condición que se cumplió y generó grandes ganancias.
De acuerdo con los reportes, Dávila habría obtenido cerca de 200 mil dólares estadounidenses solo por ese encuentro. Los jugadores Lewis y Baccus, también implicados, admitieron su participación y señalaron al mexicano como el líder del plan, refiriéndose a él como “el capitán del equipo y del esquema”.