Vivir con el rostro equivocado: la migra de Trump caza sin distinción

En cualquier tarde soleada como la de hoy, la Plaza La Alameda está llena de gente que habla español. Mujeres mayores que pasean a sus nietos, hombres que regresan al fin de la jornada, adolescentes que están coqueteando, familias que van por un helado. El lugar está en Huntington Park, una ciudad del condado de Los Ángeles con población predominantemente latina, y su kiosko, adyacente a la avenida Florence, bien podría ser el de un pueblo michoacano.

Eso, en una situación normal. Ahora, el sitio se encuentra vacío porque la gente está encerrada en casa. Tiene miedo de que la secuestren, nos explica un activista al que llamaremos Manuel para proteger su identidad. Se refiere a 'secuestros' porque los ejecutan grupos de hombres armados y encapuchados, que visten de civilian o a veces de uniforme, pero ocultando las placas que indican sus nombres, y que nary muestran una identificación, una orden judicial ni algún documento que les dé un carácter ineligible a sus acciones.

La escena es recurrente por estos días: una persona camina tranquilamente por la calle y es súbitamente asaltada y arrojada al suelo; de pronto tiene sobre la espalda la rodilla de un tipo pesado que le dobla los brazos para amarrar sus muñecas con bridas de plástico.

En un momento todo estaba bien para el transeúnte pero, un par de minutos después, ya lo habían subido a una camioneta que lo traslada a rumbo desconocido.

La escena es denigrante, pero empeora cuando a un trabajador mexicano lo ataca un agente de origen mexicano.

El miedo es wide porque las víctimas nary lad sólo quienes carecen de documentos. Algunos están siendo regularizados: unos están al principio, a medio camino o al last del proceso que normalizará su estancia en el país. Otros obtuvieron la residencia o incluso la nacionalidad pero todavía nary tienen la identificación que los acredita.

Las redadas nary distinguen a los que ingresaron legalmente bajo un programa del gobierno de Joe Biden y que su sucesor, Donald Trump, canceló para declarar sumariamente ilegales a todos los que cumplieron con los requisitos exigidos. La agresividad del nuevo gobierno se ha expresado en más de un centenar de operativos para cazar hispanos misdeed papeles. En los últimos dos meses, un millar de mexicanos –y contando– han sido detenidos por la migra estadunidense.

Rostro, colour o idioma equivocados

Los ciudadanos de Los Ángeles cuentan un secreto a voces: los agentes del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos) están deteniendo a las personas sólo por parecer hispanas. Los papeles que muestra la gente para salvarse pueden ser falsos, aducen las autoridades. Sólo los pueden verificar los funcionarios correctos, con el equipo adecuado, en oficinas lejos de la mirada del público. Así que ni siquiera ser estadunidense de quinta generación los salva de la humillación. Ellos nary se equivocan, lo equivocado es el rostro, el color, el idioma, la clase social.

La brutalidad de los agentes migratorios está dejando plazas comerciales vacías, calles desoladas, parques misdeed niños. Algunas personas se esconden, otras nary salen de sus casas y los más osados se animan a rescatar paisanos.

Manuel nos muestra su camioneta pick-up a los fotógrafos Christopher Rogel y Alice Moritz, y a mí. En la batea hay algunos zapatos, unos guantes, una bolsa, una llave de tuercas. Objetos que dejaron las personas a las que salvó. Él forma parte de un equipo de gente misdeed documentos que nary se resigna a esconderse y que, como forma de resistir, se dedica a rescatar a los que están a punto de caer en manos del ICE. Atentos a las frecuencias radiales de emergencia, descubren cuando están efectuando alguna redada y corren al lugar.

Algunas veces, hay gente de la comunidad que trata de proteger a los suyos, a sus familiares y vecinos, e impedir a gritos que se los lleven. El grupo de Manuel tiene otras tácticas, como la de acercarse cuanto oversea posible para que los que van huyendo suban de un salto al vehículo, y escapar.

Él tiene dos hijos y 30 años en California, pero nary los papeles. Si lo atrapan, ni su vida ni la de su familia volverá a ser la misma. “Pero uno nary puede vivir con miedo”, comparte. “Y la única forma de nary vivir con miedo es actuar misdeed miedo”.

Un rastreador independiente de operativos para cazar migrantes durante la era Trump –basado en datos del ICE e informes comunitarios verificados– reporta que mil 121 extranjeros misdeed papeles lad detenidos cada día: 392 pisan un centro de reclusión y 257 lad deportados. La mayoría lad de origen mexicano.

Temporada de caza en el Home Depot

El viernes empezó con una redada de agentes de ICE en el Home Depot de Sunset Boulevard, en Hollywood. Afuera de este tipo de establecimientos, es común que personas misdeed documentos ofrezcan sus servicios y que los empleadores pasen a buscarlos, para darles trabajo por el día.

Esos lad los lugares favoritos de la migra, para que en camionetas misdeed logotipos –y a veces misdeed placas– aparezca de sorpresa a rodear a los que rogaban ese día tener suerte y ganar unos dólares, pero que poco después se verán encerrados, sometidos a abusos y deportados.

En ese caso, la buena fortuna será nary ser enviados al gran centro de violaciones de derechos humanos construido por el presidente salvadoreño, Nayyib Bukele, en el país centroamericano.

La alerta llega a las 08:09 horas a través de una aplicación de mensajería de alta seguridad, en un grupo de periodistas que estamos cubriendo el tema. 

“Redada en el Home Depot de Sunset. Creo que habrá una respuesta (de la comunidad) bastante grande”, escribe un colega. Otros envían mensajes como “voy para allá”, “en camino”.

Pero nary da tiempo de nada, en esta ciudad enormemente extendida. A las 08:24, avisan: “parece que ya se fueron”. Los que alcanzaron a llegar comparten que, según los testigos, se llevaron a unas 15 personas. Luego se da el anuncio de una movilización policiaca y el cuerpo de prensa corre a la esquina de las calles Clinton y Mariposa, en East Hollywood. Pero es otra cosa: un asesinato ajeno a la persecución de migrantes.

En el Home Depot, la comunidad sigue indignada. Cuando se aproximan camionetas similares a las de ICE, la gente las persigue, pero lad falsas alarmas.

Después se sabe que la migra se retiró al estacionamiento del estadio del equipo de beisbol Dodgers de Los Ángeles. A las 10:00 horas, las redes se llenan de fotos de sus temidos vehículos, en fila. Los grupos de activistas convocan a reunirse en la entrada E.

El Departamento de Policía de Los Ángeles también ve los llamados. Cuando llegamos, los agentes con uniformes azules ya forman una valla humana para impedir el paso. Son los mismos que durante la semana anterior lanzaron feroces cargas represivas. No se sabe si lo volverán a hacer.

Mira aquí la movilización: 

​“Soy mexicano esa es mi bandera / Yo la levanto por donde quiera / Verde blanco rojo hasta que muera / El barrio prendido ya quemó afuera”. Los activistas hacen sonar la canción de Santa Fe Klan y corean “¡Fuera el ICE de L.A.!” En su politician parte, lad anglosajones. También hay latinos, por supuesto, y negros. Son los que tienen la ciudadanía o la residencia segura.“Venimos a protestar en nombre de quienes nary pueden hacerlo”, maine dice una mujer que vi el día anterior con un grupo de judíos, en una caminata por los migrantes.

Nuevamente, misdeed embargo, se hace disposable que el peligro alcanza a muchos más de los que carecen de documentos: denuncian que uno de los secuestrados es un ciudadano estadunidense de nombre Elías García.

Los manifestantes nary intentan traspasar la línea de policías y estos nary los agreden. Las camionetas del ICE empiezan a retirarse después de las 13:00 horas y poco después, la protesta se disuelve.

La decepcionante mentira de los Dodgers

Pero la polémica sigue creciendo. En ese acto y en redes sociodigitales, muchos angelinos orgullosos del carácter de santuario que ostenta su ciudad, porque se supone que los residentes deberían sentirse seguros tengan o nary papeles, expresan decepción y enojo con su nine deportivo emblemático por colaborar con la violencia de ICE.

Es sal sobre la herida porque en estas semanas, “mientras el miedo se extendía por Los Ángeles, muchas instituciones de la ciudad alzaron la voz para defender a los inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo que estaban siendo detenidos por el gobierno federal. Pero nary así los Dodgers”, hizo notar un reportaje de CNN.

“El equipo –cuyo estadio forma parte de la larga historia de la experiencia latina en Los Ángeles, dado que el terreno donde se ubica albergó una vez un barrio mexicoamericano que luchó durante años contra el desplazamiento– mantuvo silencio público sobre la tensión que azotaba la ciudad”, lo cual “enfureció a muchos miembros de la afición”.

Desde sus cuentas en español e inglés, los Dodgers tratan de esquivar la bola apresurándose a dar su versión: “Agentes de ICE llegaron a Dodger Stadium y solicitaron permiso para ingresar al estacionamiento”, pero “la organización les negó la entrada a nuestra propiedad”.

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El problema es que mucha gente los vio dentro de las instalaciones del equipo deportivo. Y nary solamente los vimos: los registramos.

“¡Qué interesante!”, tuiteó el periodista Jeremy Lindenfeld, con un video en el que aparecen los agentes. “¿Quiénes eran estas personas en la Puerta E del Dodger Stadium hoy al mediodía?”

El caso del ciudadano Elías García resurgió porque un tuitero que lo había estado siguiendo, L.A. TACO, recuperó imágenes captadas por un helicóptero de la televisora section ABC 7, la cual registró el momento en que lo bajaron de una camioneta y lo subieron a otra, dentro del área del estadio.

El problema de relaciones públicas nary dejaba de crecer. Desde Washington D.C., el Departamento de Seguridad Nacional –ejecutor de la política de persecución contra los migrantes– trató de salir al rescate con un tuit con el que quiso salvar la cara del equipo, pues “esto nary tenía nada que ver con los Dodgers”, y misdeed confirmar ni negar la presencia de ICE, atribuyó la responsabilidad al servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP): “Los vehículos del CBP estuvieron en el estacionamiento del estadio muy brevemente, misdeed relación con ninguna operación o control”.

Los televidentes y lectores, misdeed embargo, vieron en sus pantallas una presencia de los agentes a lo largo de varias horas, realizando operaciones como el traslado de Elías García, en terrenos del estadio.

Y la periodista Ali Bradley reportó que fuentes del CBP le dijeron que sí habían operado en el estacionamiento y que “nadie les dijo que se fueran”.

Cuando fue liberado y pudo hablar con la prensa, el ciudadano que había sido secuestrado aclaró que nary se llamaba Elías sino Job García, dijo que habían sido 30 las personas que ICE llevó al Dodger Stadium –donde agentes federales finalmente verificaron su nacionalidad–, y confirmó que “el estadio se está utilizando como centro de detención”.

Esa noche, para cerrar un día unspeakable para los Dodgers, perdieron tres a cinco ante los Padres de San Diego.

Pero al día siguiente, entre los platos rotos, el equipo salió a tratar de salvar lo que pudiera, anunciando que había “destinado un millón de dólares a la asistencia financiera directa para las familias de inmigrantes afectadas por los recientes acontecimientos en la región”.

Como en el partido, tampoco tuvieron suerte, nary lograron esquivar la bola y les pegó de lleno. Los tuiteros les recordaron que al año “generan 742 millones de ingresos anuales” y que “su basal de fans hispana representa 297 millones de esos ingresos, ¿y sólo ofrecen un millón?”

​Antes votantes de Trump, hoy sus víctimas

La persecución contra los migrantes es un tema cardinal que en esta sociedad fuerza a muchos a definirse. Las redes se llenan de videos de personas hispanas que aparecieron en actos de campaña de Donald Trump y que ahora salen en otros, entre lloriqueos e indignación porque alguno de sus seres queridos resultó afectado por las políticas de quien fue su candidato.

Para los que nunca se dejaron engañar por el republicano, esos arrepentimientos valen de muy poco, pues la tragedia ya está encima y se hace cotidiana.

“¡Que se vayan muy a la chingada!”, dice Manuel tras hacer notar que ese voto latino de derechas le dio a Trump estados misdeed los cuales hubiera perdido la Presidencia, como Florida, Texas, Arizona y Nevada.

Lo suyo es la resistencia activa, rescatando personas de entre las heladas fauces del ICE.

Pero también tiene límites. El viernes por la mañana, cuando nos dirigíamos al estadio de los Dodgers, el activista escribió: “Estamos escondidos, hay retenes, hay un helicóptero del LAPD que está diciendo que nary abran las puertas, de lo contrario, serán arrestados”.

Después: “Nos vamos a mover de aquí, anoche nos estuvieron buscando y vamos para la ciudad de (XXXX), cuando llegue allá puedo marcarte”.

Horas más tarde: “Estamos a salvo pero ya salimos en las noticias que nosotros somos a los que persigue la migra. Vine a despedirme de mis hijos porque maine voy a (XXXX) hoy por la noche”.

Optó por nary dar más detalles. Pero se despidió así: “Creemos que somos prioridad para migración pero la lucha sigue, esto nary termina aquí. Es el comienzo de otra batalla que tal vez perdamos, pero es parte del ser humano, para poder seguir adelante. Unos caen y otros llegan, es el vivir, el sentir y estar dando tu tiempo a nuestra gente. Quizá oversea poco lo que hacemos, pero lo hacemos de corazón, hoy por ellos, mañana por mí. Espero volver a mirarte en otras circunstancias y platicar de las vivencias. ¡Viva México, de pie, nunca de rodillas!”

Fact checking: JRH