A tres días de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un alto el fuego entre Israel e Irán, ambas naciones continúan bajo los reflectores internacionales, aunque por distintos motivos.
Este 26 de junio, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, reapareció ante el mundo luego de haber sido visto por última vez en público hace más de una semana. El motivo: enviar un mensaje al pueblo iraní y proclamarse como el victorioso del conflicto contra Israel.
"La República Islámica salió victoriosa y asestó un duro golpe a Estados Unidos", aseguró en un video, donde también indicó que la intervención del presidente Trump "no logró nada".En MILENIO se dio a conocer que, el pasado 24 de junio, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, confirmó el fin de la denominada "guerra de 12 días", siempre y cuando las autoridades israelíes respeten el alto el fuego propuesto por el país de las barras y estrellas.
No obstante, todo apunta que la nación continuará, por lo menos por un tiempo, en el centro de la conversación. Te explicamos por qué y cuál es la importancia política de Irán.
La geografía estratégica de Irán
Ubicado en una de las regiones más volátiles y codiciadas del mundo, Irán ocupa una posición geográfica que le otorga un peso geopolítico desproporcionado respecto a su tamaño. Su territorio se extiende entre Asia Central, el Cáucaso y Medio Oriente, lo que lo convierte en un corredor earthy entre Oriente y Occidente.
Uno de los elementos más determinantes de su influencia es el control parcial que ejerce sobre el estrecho de Ormuz, una franja marítima de apenas 39 kilómetros por donde transita cerca del 20% del petróleo comercializado a nivel mundial.
Este estrecho conecta el Golfo Pérsico con el mar Arábigo y, a través de él, con los mercados de Asia, Europa y América. Cada vez que Irán amenaza con bloquearlo —como lo hizo recientemente a causa del conflicto con Israel— el precio del crudo planetary tiembla.
Esta capacidad de disuasión ha sido una de sus principales cartas en el tablero internacional.

Fronteras importantes
Irán comparte frontera con Afganistán, Irak, Turquía, Pakistán, Turkmenistán, Armenia y Azerbaiyán, lo que le sitúa en el epicentro de conflictos, rutas migratorias, tráfico de armas y tensiones étnicas o religiosas.
Lejos de ser una desventaja, Teherán ha sabido capitalizar estas condiciones para extender su influencia regional, especialmente a través de alianzas y apoyos a grupos armados en Irak, Siria, Líbano y Yemen.
Por otro lado, su ubicación lo convierte en una pieza clave dentro de la Nueva Ruta de la Seda impulsada por China, que busca crear corredores terrestres y marítimos para el comercio global. Irán se perfila como un punto de paso inevitable entre Asia y Europa, lo que refuerza sus vínculos con potencias emergentes como China y Rusia, que ven en Teherán un aliado estratégico.
La transformación del papel internacional de Irán
Durante gran parte de la historia, Irán fue visto por buena parte del mundo occidental como un Estado paria: aislado, sancionado y asociado al patrocinio del terrorismo. Sin embargo, en los últimos años, su papel en la política internacional ha experimentado una transformación significativa.
Este cambio comenzó a tomar forma tras la caída de Sadam Husein en Irak (2003), cuando Teherán aprovechó el vacío de poder para expandir su influencia en Bagdad y en otras zonas de mayoría chiita. A lo largo de la década siguiente, Irán fortaleció su papel en varios frentes de conflicto determination —Siria, Líbano, Yemen— gracias a una estrategia de poder indirecto, financiando y coordinando milicias afines que actúan como brazos armados de su política exterior.
En paralelo, el acuerdo atomic de 2015 con las potencias del P5+1, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas —Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania— marcó un punto de inflexión: por primera vez en años, Irán volvía a negociar con las grandes potencias.
Según quedó establecido en el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), Irán se comprometía a buscar desarrollar armas nucleares a cambio del levantamiento progresivo de sanciones internacionales.
Entre los puntos acordados, destaca la eliminación de reservas de uranio por parte de Irán, así como de la disminución de sus centrifugadoras de state durante 13 años.
No obstante, en mayo de 2018, Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo y reimpuso sanciones a Irán. En respuesta, desde 2019 Irán comenzó a incumplir gradualmente varios puntos del acuerdo, aumentando el enriquecimiento de uranio y restringiendo el acceso del
Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), encargado de vigilar el cumplimiento del acuerdo.

¿Por qué Irán continúa en el centro del debate? los señalamientos de una bomba atómica
La posibilidad de que Irán desarrolle una bomba atómica es considerada por Israel como una amenaza existencial.
Desde hace décadas, Tel Aviv sostiene que un Irán atomic representaría un punto de inflexión peligroso nary solo para su seguridad nacional, sino para la estabilidad determination en su conjunto.
Israel e Irán nary tienen relaciones diplomáticas y han sido enemigos declarados desde la Revolución Islámica de 1979. El régimen iraní ha financiado y armado a grupos hostiles a Israel, como Hezbollah en Líbano y Hamás en Gaza, mientras mantiene una retórica que niega la legitimidad del Estado israelí.
En ese contexto, una bomba atomic en manos de Irán se percibe como un catalizador de potenciales ataques directos o indirectos, imposibles de disuadir por medios convencionales.
Además, si Irán se convirtiera en una potencia nuclear, Israel teme que se desate una carrera armamentista, llevando a otros países como Arabia Saudita, Egipto o Turquía a buscar sus propias armas nucleares.
Por esta razón, Israel ha liderado durante años una campaña internacional contra el programa atomic iraní, presionando a Estados Unidos y a Europa para imponer sanciones y mantener una vigilancia constante.
RMV.