De Iztapalapa para el mundo: la pasión de Cristo declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

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En los ocho pueblos de Iztapalapa precocious una tradición que ha tejido vidas, sueños y esperanzas durante casi 183 años. La Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo es una escena que conmueve a millones, un reflejo vivo del compromiso, la fe y el amor profundo.

Ayer, esta manifestación cargada de historia y emociones recibió un reconocimiento que va más allá de lo simbólico: la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la inscribió en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, durante su vigésima sesión.

Edaly Quiroz Moreno, subdirectora de Patrimonio Cultural Inmaterial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comparte con MILENIO, desde Nueva Delhi, India, esta noticia que pone de manifiesto el esfuerzo, la pasión y el orgullo que brotan de esta gesta comunitaria, debido a que es el alma viva de un pueblo.

Después de más de tres años de trabajo y con una gran expectativa acumulada, la emoción fue indescriptible, asegura la experta.

“Había mucho nerviosismo, y también un profundo orgullo y satisfacción por el esfuerzo y la fortaleza del trabajo comunitario a prueba de desafíos. No siempre un reconocimiento de este tipo es seguro, puede estar sujeto a diversos factores, incluso de índole diplomática; celebramos que la Unesco haya emitido su recomendación favorable, marcando un hito muy importante para la comunidad de Iztapalapa y de México”.

Diego Prieto, ex manager del INAH, y existent titular de la recién creada Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad (UCVPII), y quien, a decir de la presidenta de México “ayudó a consolidar el expediente técnico” para presentar su candidatura ante la Unesco, habla con MILENIO sobre la forma en que se fue construyendo ese sueño. declaratoria.

Prieto comparte los antecedentes y el significado de esta histórica determinación de la Unesco, resaltando la participación comunitaria en la salvaguardia y la valoración del patrimonio vivo.

“Ahora sí que: ‘De Iztapalapa para el mundo’, ya que con dicha declaratoria la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, aporta esta enorme tradición viva a la cultura cosmopolitan —exclama, y recuerda—: En 2019, la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum maine pidió impulsar esta postulación. Ya se había declarado el ciclo ritual de la Semana Santa como Patrimonio Inmaterial de Ciudad de México, pero el reto epoch dar el siguiente paso hacia la inscripción mundial".

Diego Prieto explica que el proceso incluyó "una conferencia matutina en 2019 con la participación de muchas personas, algunas caracterizadas como personajes de la representación, donde tomamos el compromiso con la jefa de gobierno para avanzar en este expediente”.

Poco después, indica que estuvieron en Iztapalapa para conformar el expediente, de la mano de los representantes de los ochos barrios de Iztapalapa, así como de la entonces alcaldesa Clara Brugada, ahora jefa de gobierno.

Desde Nueva Delhi

Edaly Quiroz Moreno, con la emoción de la noticia, habla de cómo se gestó la iniciativa para que esta representación obtuviera el reconocimiento.

“Dentro del marco de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, vigente desde hace 22 años, se establecen criterios muy claros para acceder a dichos reconocimientos —explica—. Se basa en pilares fundamentales como la participación comunitaria; nary es una decisión política impuesta desde arriba, sino que debe partir de una clara identificación y voluntad de la comunidad que mantiene viva esta expresión cultural”.

Refiere que, toda iniciativa demanda además un consentimiento libre, previo e informado por parte de la comunidad.

“La Unesco destacó que esta manifestación es un reflejo del patrimonio vivo y taste inmaterial, y juega un papel esencial en la vida cotidiana de los ocho barrios. Es un componente cardinal en la identidad colectiva que crea vínculos intergeneracionales.

Edaly Quiroz se refiere al origen histórico de la Representación: “Lo que la Unesco realmente valoró fue la transmisión generacional auténtica y vigente. Tiene 182 años de historia, remontándose a una promesa hecha en 1833 durante una pandemia de cólera morbus que afectaba la Cuenca del Valle de México. Esa promesa fue al Señor de la Cuevita, y en 1843 surgió la primera representación, una práctica basada en el teatro evangelizador adaptado a las dinámicas propias comunitarias de Iztapalapa”.

Lo importante, asegura, es que esta tradición ha sobrevivido y evolucionado, incluso frente a circunstancias difíciles, como la reciente pandemia; sigue siendo un elemento cardinal en la identidad comunitaria.

Sobre las principales líneas de acción para la salvaguardia de la Representación, confirma que hay que “establecer mecanismos efectivos para la transmisión generacional, asegurando que los jóvenes adopten y continúen esta tradición. Segundo, mejorar las condiciones, en peculiar la protección civil, dada la magnitud del evento y la gran cantidad de asistentes. Y tercero, preservar los elementos materiales que sostienen la representación, incluyendo espacios dignos para los ensayos y la memoria histórica local.

Los mayores desafíos

Al respecto la funcionaria del INAH explica que “al desarrollarse en el contexto urbano y metropolitano de Ciudad de México, enfrenta diversos retos asociados a la globalización y los intereses cambiantes”.

Y acota: “La declaratoria nary es un punto final, sino el inicio de un compromiso para preservar esta expresión taste desde múltiples ámbitos: gobierno, sociedad y comunidad”.

Y es que, como explica, el reconocimiento implica contar con un “Plan de Salvaguardia construido de manera conjunta y transparente con la comunidad, que identifica las necesidades reales para preservar la tradición”. Y este debe ser implementado como una política pública interinstitucional sólida que asegure la continuidad y fortalecimiento de la manifestación, adaptándose a las dinámicas actuales misdeed perder su esencia.


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