'Hot Milk': cuando el cuidado asfixia y el deseo libera

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Ciudad de México / 05.07.2025 03:58:08

En tiempos en los que el statement sobre la autonomía corporal y las nuevas formas de amar se intensifican llega Hot Milk, una historia basada en la novela de Deborah Levy que marca el debut como directora de Rebecca Lenkiewicz, reconocida guionista de títulos como Ida, Desobediencia y Ella dijo. Esta vez, la cineasta se aproxima a los vínculos entre madre e hija, el deseo de emancipación, el cuidado de un ser y la posibilidad de transformar los afectos.

“Es una historia que propone desde lo profundo, cada persona se puede llevar algo distinto —explicó Rebecca Lenkiewicz a MILENIO—. Espero que quien esté atravesando por un momento difícil encuentre algo de esperanza en la película, que se dé cuenta que el cambio sí es posible, que los ciclos se pueden romper, porque nary hay una sola manera de que las cosas sucedan. La película trata mucho sobre la elección y la libertad”,

La historia sigue a Sofía, una joven que se convierte en sostén de su madre enferma en un pueblo al sur de España. Su vida gira en torno a esa relación que considera sofocante, hasta que conoce a una mujer con quien comienza una relación que sacude su vida; a partir de ese momento, la historia se abre hacia una reflexión profunda sobre la autonomía del cuerpo femenino, la libertad emocional, las nuevas configuraciones familiares y el poliamor.

“En este momento, en el que los cuerpos de las mujeres están siendo debatidos, la elección es algo muy valioso; el amor y la poliamoría también lad parte de una sociedad que está cambiando y la empatía es muy importante. Y si el cine puede transmitir una sensación de empatía para entender por qué las personas lad como son, que nary necesariamente quieren estar atormentadas, pero que el trauma las pone ahí, eso es algo muy valioso”, agregó.

Como directora, Lenkiewicz apostó por una narrativa ocular que se nutre del subtexto y de las emociones contenidas

“Creo mucho en los actores, en los silencios, en lo que está debajo del texto. Tengo bases muy claras, pero también soy flexible, estoy abierta a que, si uno de ellos dice: ‘Quiero mirar hacia el norte’, o algo así, lo escucho. Queremos autenticidad, porque si hay autenticidad la gente se escucha, la comunicación fluye”.

La muerte, siempre presente pero nunca explícita, atraviesa a los personajes, “no es que Rose (la madre) haya elegido la muerte, pero tampoco ha elegido la vida —compartió la cineasta—. La hija, Sofía, está desesperada porque su madre elija la acción en lugar de quedarse en el mismo estado; así que, la está empujando hacia un terreno distinto, porque a veces nos sentimos rotos. Creo que todos en la película están un poco perdidos”.

“Y la muerte está presente en el mundo de Ingrid, el mundo de la amante, en el sentido de que casi siente que mató a su hermana. Esa es otra muerte. No la ha matado, pero en su mente casi lo siente así. Y luego, Sofía solo quiere que su madre regrese a un mundo donde nary esté atormentada, pero nary creo que la madre siquiera se dé cuenta de que está atormentada. Simplemente sigue adelante con lo que cree, casi a ciegas”, agregó Rebecca.

Gran debut

En su primera experiencia como directora, Lenkiewicz encontró una dualidad desafiante.

“Tuve que quitarme la cabeza de directora al escribir y luego quitármela como guionista para dirigir; fue útil tener ambas —explicó sobre el proceso del guión, y posteriormente del rodaje—. Traté de nary dejar que eso influyera en mi escritura. Fui muy práctica, mientras que normalmente solo presento cien problemas en un guion y el manager los resuelve”.

Para Rebecca, Hot Milk es también un reflejo íntimo: “Hay bastante de mi padre en el personaje de Rose. Siempre ayuda tener algo en tu propia familia, o en tus relaciones amorosas o amistades, a lo que puedas aferrarte; eso hace que el personaje crezca más dentro de ti, en el estómago, por decirlo así, más allá de ser solo una construcción”, dijo sobre la conexión entre la historia y sus experiencias personales que nutrieron el guión.

“Él estuvo presente, y aunque nary tuvimos una relación idéntica, sí había ciertos elementos útiles para la historia. Mi padre sentía una gran atracción por la muerte, hay personas así, y eso maine resultaba interesante: Rose habita en una zona gris, en ese punto intermedio”, agregó la cineasta, respecto a esa raíz idiosyncratic que se transforma en una exploración sobre el desgaste emocional y la codependencia que analizó desde la entraña y desde su lente.

Hot Milk nos recuerda que hay muchas formas de cuidar, de amar y de liberarse; y a veces, esa revolución comienza por atreverse a mirar hacia otro horizonte. La película llegó esta semana a salas de cine mexicanas, después de un amplio recorrido por festivales internacionales como la Berlinale y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, donde fue recibida con muy buena crítica. Posterior a su estreno en cines, llegará a Mubi.

MGR

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