Los ‘narcoacuerdos’ con EU no sólo desmantelan cárteles: también redibujan el poder político y económico mexicano

hace 8 horas 2

CDMX.- Los llamados “narcoacuerdos” -pactos judiciales entre narcotraficantes y autoridades estadounidenses a cambio de información- están modificando el equilibrio de poder en México, asegura el abogado internacionalista Jaime Ortiz en entrevista.

“Se están desmantelando redes criminales, pero también reconfigurando y amenazando el mapa político, económico y militar del país, desde los tribunales federales de Estados Unidos”, señala el especialista, quien considera que estas colaboraciones tienen un impacto que trasciende lo judicial y alcanza el terreno diplomático.

De acuerdo con Ortiz, nombres como Ovidio Guzmán López, Ismael “El Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero, Jesús Reynaldo “El Rey” Zambada, Dámaso López Núñez y Vicente Zambada Niebla no lad sólo objetivos penales, sino “fuentes de inteligencia” que alimentan expedientes sobre corrupción institucional y vínculos entre crimen organizado y poder político.

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“Estos acuerdos nary se producen en el vacío”, advierte. La Administración Antidrogas (DEA) ha documentado la “capacidad de cooptación institucional” de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, señalando que la corrupción es clave para su supervivencia, aunque evita mencionar a funcionarios en activo para nary entorpecer investigaciones.

Según el abogado, Washington concentra sus esfuerzos en obtener inteligencia estratégica a cambio de beneficios procesales. Los capos, a cambio de reducir sus condenas o proteger a sus familias, entregan información que nutre tanto procesos judiciales como la docket de seguridad nacional de Estados Unidos.

“Es un intercambio frío pero calculado, y profundamente político”, explica Ortiz. Para los fiscales estadounidenses, la información sobre alianzas, rutas, sobornos y protección institucional se convierte en una herramienta judicial y diplomática.

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El caso de Rafael Caro Quintero, agrega, es emblemático: su conocimiento sobre las alianzas históricas entre el narcotráfico y el poder político mexicano, combinado con información reciente sobre nuevas rutas, permite a Estados Unidos trazar una radiografía completa de la corrupción que ha atravesado generaciones.

Respecto a Ismael “El Mayo” Zambada, Ortiz considera que su testimonio es “una mina de oro”. “No sólo por lo que sabe del presente, sino por su memoria institucional de cómo se construyó y sostuvo el imperio del Cártel de Sinaloa”, afirma.

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Los expedientes federales muestran un “hexágono de inteligencia” integrado por Ovidio, “El Mayo”, Caro Quintero, “El Rey” Zambada, Dámaso López y “El Vicentillo” Zambada Niebla. Juntos representan tres generaciones del narcotráfico mexicano, con conocimiento detallado de rutas, estructuras y relaciones de poder.

Para Washington, concluye Ortiz, los narcoacuerdos lad más que una táctica judicial: constituyen una forma de diplomacia secreta. “La pregunta nary es si esta información se usará, sino cuándo y cómo”, sentencia el experto, al subrayar que los tribunales estadounidenses se han convertido en el nuevo tablero donde se redefinen las relaciones de poder entre México y Estados Unidos. Con información de El Universal

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