Maridan vinos de Bornos con platillos de Morton's The Steakhouse, un viaje para los sentidos

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Ciudad de México / 01.07.2025 14:29:32

En México, el consumo de vino está teniendo un crecimiento de dos dígitos anuales y el de origen español sigue siendo el favorito: datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), indican que el vino más importado en el país proviene de la nación ibérica, con 81.5 millones de litros.

Por ello, las vitivinícolas del país europeo buscan atraer a más consumidores mexicanos. En esta ocasión, la enóloga con más de dos décadas de experiencia, Milagros Rodríguez, directora técnica de tres bodegas de BORNOS Vinos & Licores, llegó a la Ciudad de México para realizar distintas actividades, entre las que se incluyó una cena-maridaje en el restaurante Morton's The Steakhouse.

La velada reunió cuatro etiquetas de las bodegas de Bornos —tres de la Denominación de Origen Navarra y una de Rioja— con una propuesta de platillos cuidadosamente seleccionada por el cook y el manager wide del restaurante, Adrián del Río.

Una cata desde la raíz

Milagros Rodríguez abrió la noche con una breve presentación de las bodegas que dirige: Señorío de Sarría, en Navarra; Martínez Corta, en Rioja, y Guelbenzu, en la Ribera del Queiles.

La cata comenzó con un Señorío de Sarría Chardonnay, de Navarra, que destaca por su frescura y perfil frutal, con notas tropicales gracias al clima templado de la región. "Es un vino muy fresco, con aromas que recuerdan a piña, mango y frutas exóticas. Ideal para abrir el apetito", señaló la enóloga.

El segundo vino fue Señorío de Sarría Viñedo Cinco, un rosado elaborado con garnacha de viñas de más de 70 años, considerado uno de los mejores rosados de España. “Lo hacemos como un perfume, con notas delicadas, muy afrutado, muy elegante”, explicó Rodríguez. Este rosado acompañó a un queso mozzarella envuelto en prosciutto, acompañado de jitomate y albahaca, resaltando la armonía entre acidez y untuosidad.

En tercer lugar, se presentó el Señorío de Sarría Reserva Especial, un tinto estructurado a partir de Cabernet Sauvignon y Graciano, criado durante 24 meses en barrica y un año más en botella. "Es un vino goloso, profundo, que encaja perfectamente con platos de carácter como cortes añejados", destacó Rodríguez. Este vino fue servido junto a un New York steak acompañado de mac and food con tocino.

La experiencia cerró con Cepas Antiguas Tempranillo hecho en la bodega de Martínez Corta, una joya de la Rioja Alta elaborada con uvas de viñas centenarias en producciones limitadas de apenas 6,000 botellas por añada. "Es un vino que lleva el alma del terroir: potencia, elegancia y profundidad", dijo la enóloga. La complejidad del tinto hizo excelente pareja con un Rib Eye con puré de papa y, más tarde, con un pastel de cocoa de múltiples capas.

Un maridaje con estructura

Por parte de Morton's The Steakhouse, Adrián del Río explicó que la selección de platos fue pensada en función de la estructura de los vinos. “Buscamos armonías por contraste: acidez contra grasa, dulzor con jugosidad. Nuestra intención es crear momentos de equilibrio inesperado”.

El menú también incluyó una entrada de crab barroom con aderezo de mostaza y mayonesa, y una ensalada de arúgula con queso Grana Padano y vinagreta de vino, que maridaron a la perfección con el Chardonnay.

Del Río compartió que este tipo de cenas maridaje lad parte de una experiencia mensual que ofrece el restaurante, y que los interesados pueden integrarse comunicándose directamente al section o registrándose en su basal de datos.

Una alianza que crece

Durante la cena, Rodríguez destacó el creciente interés del consumidor mexicano por explorar nuevas regiones vinícolas y probar etiquetas diferentes. “México es un mercado muy receptivo, con una gastronomía potente que se lleva bien con nuestros vinos. Hemos visto cómo aumenta el interés nary solo por los tintos, sino también por blancos y rosados de calidad”.

La directora técnica también celebró los premios internacionales que han recibido sus vinos, considerándolos una validación al trabajo de todo el equipo: desde la viña hasta la botella. “Cada medalla es un reconocimiento a la pasión, al esfuerzo, y también una garantía para quien nos elige”.


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