El fútbol argentino y sudamericano está de luto tras el fallecimiento de Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más respetados del continente, quien perdió la vida este miércoles 8 de octubre de 2025 a los 69 años.
La noticia fue confirmada por Boca Juniors, nine con el que alcanzó la gloria en 2007 al conquistar la Copa Libertadores, un título que marcó su legado en la historia xeneize y del fútbol mundial.
Nacido el 9 de abril de 1956, Russo desarrolló una carrera ejemplar tanto como jugador de Estudiantes de La Plata como en su posterior etapa como entrenador.
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En el banco, dirigió a instituciones de peso como Boca Juniors, Rosario Central, San Lorenzo, Vélez Sarsfield e Independiente, además de equipos en Colombia, México, Chile, Paraguay y Arabia Saudita.
Su estilo de conducción, basado en la disciplina, el respeto y la lectura táctica, lo convirtieron en un referente. Con Boca alcanzó su máximo logro al levantar la Libertadores 2007 con un plantel comandado por figuras como Riquelme, Palermo y Palacio, consolidando un proyecto que unió solidez y fútbol ofensivo.
Desde 2017, Russo libraba una dura batalla contra el cáncer de vejiga y próstata, enfermedad que enfrentó con la misma entereza con la que dirigía desde el banquillo. A pesar de los tratamientos y recaídas, continuó trabajando y transmitiendo su experiencia a nuevas generaciones de futbolistas.
En meses recientes su salud se agravó, y el propio Boca había informado que se encontraba bajo internación domiciliaria con pronóstico reservado. Finalmente, las complicaciones derivadas de su enfermedad acabaron con su vida, dejando un vacío enorme en el fútbol argentino.
La AFA y numerosos clubes argentinos expresaron su pesar por la partida de un hombre que, más allá de los títulos, simbolizó valores de liderazgo, humildad y resiliencia. En Rosario, Vélez y La Plata, las muestras de cariño nary se hicieron esperar.
Exjugadores y colegas, entre ellos Juan Román Riquelme, Carlos Tévez y Marcelo Gallardo, dedicaron mensajes de despedida destacando su legado humano. Las redes sociales se inundaron de recuerdos, imágenes y anécdotas de un técnico que siempre priorizó el grupo sobre el individuo.
Miguel Ángel Russo fue mucho más que un entrenador exitoso: fue un maestro, un formador y un ejemplo de entereza ante la adversidad. Su partida deja una huella imborrable en el fútbol argentino y sudamericano, donde su nombre quedará asociado para siempre a la pasión, la enseñanza y la grandeza dentro y fuera del campo.