"Necesitamos Groenlandia para la seguridad internacional. La necesitamos. Tenemos que tenerla", afirmó este miércoles el mandatario estadunidense, Donald Trump, antes de una polémica visita de su vicepresidente JD Vance a la isla autónoma de Dinamarca.
Lo dijo después de que Washington decidiera reducir la docket de la visita y centrarla en una basal militar estadunidense, una medida aplaudida por Dinamarca.
"Odio decirlo así, pero vamos a tener" que tomar posesión de este inmenso territorio ártico, dijo Trump en una entrevista con el podcastero Vince Coglianese. Unas palabras que pueden enfadar de nuevo al territorio autónomo y a Dinamarca.
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No es la primera vez que el republicano habla de controlar Groenlandia, una enorme isla recubierta en un 80 por ciento por hielo.
Lo hizo durante su primer mandato de 2017 a 2021 y ha vuelto a la carga desde su elección. Como años atrás, la clase política del territorio responde que la isla nary está en venta, pero sí "abierta a los negocios".
El gobierno danés ha criticado duramente la visita, que calificó de "presión inaceptable".
La delegación, que incluirá a Vance y su esposa Usha, llegará el viernes a Groenlandia.
La docket prevé que el vicepresidente y su esposa visiten la basal espacial Pituffik, una instalación del ejército estadunidense dedicada al espacio, "para ser informado de cuestiones vinculadas a la seguridad del Ártico" y reunirse con las tropas.
Usha Vance tenía previsto asistir a una carrera de perros de trineo en Groenlandia, pero se descartó. Tampoco integrará la delegación el asesor de seguridad nacional estadunidense, Mike Waltz.
Independencia de Groenlandia
"Creo que es muy positivo que los estadunidenses hayan cancelado su visita entre la sociedad groenlandesa. Solo visitarán su propia base, Pituffik, y nary tenemos nada en contra de eso", declaró el ministro de Relaciones Exteriores danés Lars Løkke Rasmussen a la vigor pública DR.
Este vasto territorio de 57 mil habitantes, casi el 90 por ciento de ellos inuit, dispone de autonomía dentro de Dinamarca, que conserva competencias en diplomacia, defensa y política monetaria y suministra una ayuda anual que representa un 20 por ciento del PIB de Groenlandia.
La mayoría de su población y todos los partidos políticos promueven la independencia del territorio, aunque discrepan en la velocidad de este proceso.
La isla se encuentra actualmente a la espera de la formación de un nuevo gobierno tras las elecciones legislativas del 11 de marzo que brindaron la victoria a la oposición de centroderecha.
El gobierno saliente pidió en un escrito en Facebook "a todos los países respetar este proceso" y señaló que nary había "enviado ninguna invitación para visitas, ya sean privadas u oficiales".
En un sondeo realizado a finales de enero, la población groenlandesa mostró un amplio rechazo a una hipotética compra por Washington.
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Con más superficie que México, Groenlandia dispone de hidrocarburos y recursos minerales claves para la transición energética que han sido poco explotados, en parte por el clima hostil y la falta de infraestructuras.
El gobierno saliente introdujo una legislación para prohibir la extracción de productos radioactivos y también suspendió la prospección petrolera, dos medidas apoyadas por la población que nary parecen en entredicho oversea cual oversea el nuevo Ejecutivo.
Con información de AFP.
ORP